Semanas atrás se dio a conocer la multitudinaria migración de cubanos que atraviesan el Costa Rica en dirección a Estados Unidos en busca de trabajo. Durante este año, hasta setiembre, se calcula que han sido 12166.

Actualmente se encuentran casi mil en la frontera con Panamá a la espera de un salvoconducto que les permita seguir su camino, sin embargo, el gobierno costarricense se los negó y está empeñado en retornarlos. Al mismo tiempo Panamá no está dispuesta a recibirlos, por lo que su situación es incierta.

Otros 300, que llegaron la semana pasada, se encuentran en la Dirección General de Migración y Extranjería en la Uruca. Estos ya están siendo deportados a Nicaragua.

Esta situación es solo un reflejo de las múltiples dificultades que se viven en América Latina. En el camino están a merced de los traficantes de personas, deben atravesar zonas controladas por paramilitares que cobran peaje, policías y funcionarios corruptos que exigen mordida para dejarlos pasar, inclemencias climáticas, zonas de influencia narco, etc.

 

Más y más leyes para asegurar la libertad de movimiento de mercancías y capitales pero no de personas

 

Esta situación se enmarca dentro de la “crisis migratoria” de Europa, de la cual hace parte, guardando sus diferencias. Sin embargo, no es un tema nuevo en Centroamérica y México. Ya lo conocemos bien: ciudades vaciadas, cientos de menores (principalmente del llamado triángulo norte) viajando solos, desaparecidos, personas mutiladas o muertas tratando de atravesar fronteras, etc.

Su situación es desesperada, son hombres y mujeres trabajadoras que salen de Cuba esperando llegar a Estados Unidos y cumplir el “sueño americano”.  Lo cual es una fantasía, Estados Unidos no ha superado la crisis y además es uno de los países más racistas y xenofóbicos del mundo. No se trata de “gusanos cubanos”, esos viajan cómodamente. Son trabajadores y trabajadoras que están empeñando su vida en ese viaje, como bien lo dice a la prensa uno de ellos “que vendió su casa para poder costear el peligroso viaje”(1).

Inserto en el problema, está el tema de violencia de género que sufren las migrantes. No es de extrañar lo que cuenta una de estas personas: “un ‘guía’ armado les asegura protegerlos de la muerte y de las violaciones a mujeres y niños por un pago de $100 cada uno, indicó Karel Sánchez, un cubano de 32 años, que viaja con su esposa y su hija de tres años”(2).

 

Progresismo sin progreso

El papel del gobierno del PAC (Partido Acción Ciudadana) es absolutamente repudiable. Es el gobierno que se ha presentado como defensor de los derechos humanos pero no tiene ningún reparo en mantener a cientos de trabajadores migrantes en un hueco legal expuestos al irrespeto de sus derechos. Es el mismo gobierno que tiempo atrás declaro que no recibiría a refugiados sirios. Es el gobierno del “progresismo sin progreso” que tampoco tiene objeciones en reprimir la protesta social, en encarcelar a activistas, en llevar adelante un duro ajuste sobre el salario de los trabajadores o en utilizar las exigencias LGBT como moneda de cambio con los partidos religiosos.

Desde el Nuevo Partido Socialista extendemos nuestra más amplia solidaridad con los migrantes cubanos y hacemos un llamado a todos los activistas, organizaciones sociales y partidas de izquierda a llevar a cabo una campaña de apoyo a estas personas. Le exigimos al gobierno que deje pasar a los migrantes y que les asegure las mejores condiciones durante el paso.

 

Nuevo Partido Socialista – SoB (Costa Rica)

 

 

Notas:

  1. http://www.nacion.com
  2. Ídem.

 

 

El gobierno “sandinista” se suma a la hostilidad a los migrantes cubanos

 

Siguiendo sobre el tema de los migrantes cubanos debemos repudiar la actuación del gobierno costarricense, ya que, como señalamos en una nota anterior, el “gobierno de los derechos humanos” no tuvo ninguna pena en mantener a los cubanos una semana varados en Paso Canoas con una completa incertidumbre sobre su situación. Tratando de deportarlos a Panamá, Colombia o Ecuador.

Es el gobierno que envió a la policía antimotines a la frontera con Panamá para no dejar ingresar al país a estas personas que, expuestas al tráfico de personasen condiciones deplorables y sufriendo un sinfín de vejaciones y violaciones a derechos elementales, emprendieron el viaje vía Ecuador con destino a Estados Unidos.

Luego del cierre de vías, como medida de protesta por parte de los migrantes, y ante la magnitud del acontecimiento, con la llegada cada día de más personas, el gobierno costarricense decidió lavarse las manos y pasar la bola. Por lo que extendió visas de transito extraordinarias por siete días a los cubanos para que atravesaran el país.

 

El “gobierno de izquierda” de Ortega

 

La sorpresa de los cubanos al llegar a Peñas Blancas fue que el gobierno “izquierdista” de Daniel Ortega los recibió con el ejército, disparando gases lacrimógenos y haciéndolos retroceder hasta la frontera con Costa Rica. Luego de esto el gobierno nicaragüense decidió cerrar por completo la frontera y reforzar la seguridad con la policía de choque, el ejército e incluso naves artilladas.

Los gobiernos “progresistas” de Costa Rica y Nicaragua se comportan al peor estilo de los imperialismos europeos y gringo cerrando las fronteras y tratando a los migrantes como delincuentes indeseables. Los migrantes cubanos vinieron a pagar las consecuencias de un pleito histórico entre las burguesías de ambos países.

Les exigimos a ambos gobiernos que abran sus fronteras y faciliten el tránsito de los migrantes asegurándoles todas las condiciones necesarias para ello. Extendemos ese llamado a los gobiernos del resto de países que están en la ruta de tránsito (Honduras, Guatemala y México). Desde el Nuevo Partido Socialista y la Corriente Internacional Socialismo o Barbarie extendemos toda nuestra solidaridad con los migrantes cubanos.

 

Johan Madriz

 

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