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Un debate en la izquierda

 

 

Para cualquier latinoamericano (sobre todo si es de izquierda), cuestionarse la existencia del imperialismole resulta raro. Obvio que en Europa hay muchos queniegan (incluso desde la izquierda) que exista esa relación entre Estados imperialistas y otros dependientes o semicoloniales, sometidos a diversos grados de dominación.Prefieren mirar hacia otro lado y disfrutar sus beneficios… Pero que algunos en Latinoamérica nieguen la existencia del imperialismo… y al mismo tiempo se digan de izquierda y hasta socialistas, es increíble.

No hace mucho, en un debate sobre el tema, escuché a un compañero de Razón y Revolución (RyR). Sostienen que ningún país es independiente, ni siquiera EEUU o Alemania. Por lo tanto, las diferentes teorías que hablan de la dependencia son equivocadas. En ese marco, restan importancia aproblemas como el de Malvinas o la deuda externa.

Al negar el imperialismo, cometen un grave error. Esta relación es un aspecto fundamentaldel funcionamiento del capitalismo. Desde el siglo XIX –en que llamó la atención de marxistas y no marxistas–, negarlo es no entender porqué hay países cuyas riquezas escapan a otros países, es no entender el dominio de un pequeño grupo de Estados sobre el resto, la mayoría más atrasada. Y es anular una batalla que lleva a la lucha contra todo el sistema capitalista.

El razonamiento de RyR es el siguiente (por lo menos para Argentina): en 1810 hubo una revolución social que permitió el desarrollo del capitalismo durante el siglo XIX. Como la burguesía  tomó el poder, Argentina es un país capitalista independiente. De esta forma se acopló al mundo sin problemas como productor de materias primas. Y quizás vean que esto pasó en el resto de los países capitalistas.

A partir de esta idea se deforma el resto de la historia. En el caso de Rivadavia y el préstamo de la BaringBrothers, Argentina sacó ventajas a pesar de haber recibido menos de la mitad de lo que pidió y pagó mucho más. Pero como no llegamos a pagar todo lo que se le exigía, se puede decir que “salimos ganando”[[1]]. Fue solamente un movimiento de capital.

No se ve a la deuda externa, como una forma de transferir valor de un país a otro, es solamente una transacción económica. ¡No importa que muchas veces para pagarla se hayan entregado el control de impuestos (clara pérdida de soberanía), no importa que esta deuda se pague con el hambre del pueblo! Para RyR es sólo una transacción de la cual podemos extraer ventajas… Siguiendo esto, le tendríamos que agradecer al FMI y al Banco Mundial por su ayuda.

La deuda externa sigue siendo un problema. Gracias al pago de ella, nuestra economía pierde millones de dólares necesarios para su funcionamiento o para nuestros escasos presupuestos. Les guste o no a los compañeros, es una forma de recortar nuestra soberanía, de poner a nuestro país de rodillas, de reclamar por estos préstamos que apenas sirven para mejorar nuestra situación presente (el pago de sueldos o aguinaldos, por ejemplo, o una obra pública), pero a costa de hipotecar nuestro futuro.

Siempre la deuda es una forma de extorsión. Los países endeudados hasta las narices no pueden tener una política internacional propia, no se pueden enemistar con quienes manejan sus deudas. La deuda externa es un mecanismo de control político, puede favorecer a un gobierno o condenarlo a su ruina si decide pelearse con los prestamistas.

Guiados por el razonamiento de RyR–de que somos libres y no dependientes del imperialismo– no podemos entender cómo gran parte de nuestros presupuestos o planes económicos son discutidos fuera de Argentina.

Y el tema de Malvinas pasa a ser sólo una cuestión del nacionalismo burgués[[2]]. RyR acusa a toda la izquierda de apoyar la causa de la dictadura y la burguesía. La ocupación de las islas en el siglo XIX fue un ataque a la soberanía argentina, eran islas donde vivían y gobernaban argentinos. Inglaterra las ocupó y expulsó a sus residentes. Y esto se vio y se ve, correctamente, como la pérdida de parte del territorio.

El rol de la izquierda no es negar esta causa nacional. Es explicarque los gobiernos de la burguesía argentina no lo van resolver, porque no están dispuestos a enfrentar seriamente al imperialismo británico… ni menos a EEUU. Y eso incluye al desastroso intento de Galtieri, en 1982.

Sólo un gobierno de los trabajadores que luche por una alternativa socialista, puede resolver los problemas de soberanía de los países atrasados. Hay que decirlo con toda claridad: la pelea consecuente contra el imperialismo está en manos de los trabajadores y los socialistas.

Dejar de lado, ignorar, la cuestión imperialista, es desarmar a la clase trabajadora. Es ocultarle un enemigo muy importante, fundamental. Sin tener en cuenta la presión ejercida por el imperialismo en países dependientes como el nuestro, no se podríanentender ciertos planes de austeridad y ciertos gobiernos. Creer que “radicación de capitales extranjeros y la competencia es parte de la dinámica capitalista”[[3]], sin ver que todo esto se realiza en el marco deuna sometimiento y explotación, es un grave error.

No tener una verdadera dimensión de qué es el imperialismo, es no entender las necesidades que tiene hoy el capitalismo. El imperialismo es una herramienta esencialde ciertos países  para mantener la tasa de ganancia. El imperialismo impone relaciones y un comercio entre no-iguales, posibilitando que haya transferencia de valor hacia las metrópolis. Eso mantiene la tasa de ganancia en esos países, mientras esa transferencia empobrece a las semicolonias y mantiene su atraso.

El imperialismo hoy es imprescindible para mantener la valorización del capital mediante su exportación en forma de préstamos o inversiones. Así logra mantener su tasa de ganancia. La deuda externa o las inversiones en fábricas no son un regalo ni una mera transferencia de valores. Son capitales ociosos que vienen de las metrópolis (léase EEUU o Europa, y cada vez más presente, China) a países semicoloniales para valorizarse. En definitiva,esos capitales que en sus países no producían ganancias, vienen a los países atrasados y generan ganancias (y de gran calibre) que luego son giradas a las metrópolis.

Así, el imperialismo mantiene vivo al capitalismo actual, al generar nuevas ganancias con capitales que en sus países no generan nada. Es extraer valor de los países atrasados para exportarlo a los países ricos. Sin él, el capitalismo en esta etapa, estaría muy complicado a la hora de reproducir el capital.[[4]]

La lucha contra la opresión y explotación imperialista en países como el nuestro, ayudan a la lucha por una nueva forma de organizar el mundo, por una nueva sociedad, atacando el corazón del capitalismo, lo cual además puede ayudar a la lucha de los explotados en los países imperialistas. Esta cuestión no fue resuelta en los países dependientes como Argentina, constantemente explotados, con problemas en su soberanía. Por eso la lucha sigue, aunque los compañeros miren hacia otro lado.

 

Martiniano Rodríguez

 

[1].- “¿Quién estafó a quién? El empréstito de la BaringBrothers y la conformación del Estado Argentino”, El Aromo n°76.

[2].- “Un síntoma recurrente, ¿Malvinas una causa nacional?”, El Aromo n°65.

[3].- Op cit., El Aromo n°65.

[4].- Para una explicación más amplia, ver el trabajo de Marcelo Yunes, “Revolución o dependencia, imperialismo y teoría marxista en Latinoamérica”, Ediciones Antídoto-Gallo Rojo.

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