Al día siguiente de cumplirse un mes de la desaparición de Rut Ávila Zembrana, fue encontrada sana y salva en un cajero automático de un barrio de La Plata. Los estudiantes de la Universidad, como todo el movimiento de mujeres y los que nos movilizamos todo el mes, estamos más que alegres por su aparición.

Según la fiscalía y la policía, cuando la joven fue encontrada, planteó que no quería volver con su familia, que se había ido por su cuenta y que había estado trabajando  y viviendo en un barrio de la Capital Federal. Desde ya, que  hasta no poder hablar con la joven y su familia, Las Rojas no confiamos plenamente en esta versión. Aunque de confirmarse, esto mostraría una vez más las condiciones de la educación “pública” en nuestro país, que obliga a los estudiantes a trabajar para poder costear sus estudios. Queremos también, dejar planteadas las conclusiones que nos deja esta lucha para que no haya ninguna confusión al respecto de parte de quienes empezaron a organizarse y luchar por primera vez.

Cuando Rut desaparece, Las Rojas y ¡Ya Basta! planteamos que nuestra principal hipótesis de la que teníamos que partir era  que las mujeres no se van por su cuenta, sino que son desaparecidas, principalmente por las redes de trata para la explotación sexual. Las estadísticas (limitadas por falta de datos oficiales) muestran que más de 600 personas son desaparecidas en nuestro país al año, que de ese total, el 85% son mujeres y  la mayoría tiene entre 14 y 20 años de edad. Esta es la realidad que sufrimos todos los días las mujeres y que cuenta con la responsabilidad de todo el Estado: jueces, policías y funcionarios cumplen un papel activo en los negocios de las redes. Incluso la falta de estadísticas oficiales sobre el tema es una muestra del desinterés que existe entre los gobernantes de resolver este problema, saben que yendo hasta el final se encontrarían sus propias espaldas. La noticia de que a Rut no le sucedió esta triste realidad, nos pone más que contentos. Pero no por esa razón vamos a dejar de plantear lo mismo y de partir de la misma hipótesis cada vez que desaparece una mujer. No es verdad lo que creen algunas personas de que por estos casos, la policía no busca a las que desaparecen. La policía y el Estado no las busca por la razón que acabamos de mencionar: son parte de las redes de trata.

El movimiento estudiantil tiene que estar más que orgulloso de la lucha que llevó adelante todo este mes. Los estudiantes de Ingeniería particularmente, deben sacar la correcta conclusión de que todo lo que hicieron fue fundamental porque sirvió para politizarse. Esta lucha les permitió conocer la realidad que sufrimos las mujeres todos los días, víctimas de un sistema patriarcal y machista desamparadas por el Estado en todas sus formas.  Aprender de la importancia de las asambleas como espacio de discusión y resolución colectiva, que nos permitieron organizar todas las medidas que llevamos a cabo. Conocer a las autoridades en su rol de garantes del orden social, ya que las mismas no fueron capaces de movilizarse ni una sola vez y realizaron una conferencia de prensa recién un día antes de que se cumpliera el mes de la desaparición. Los estudiantes junto al movimiento de mujeres, en cambio, para ese día ya habíamos empapelado la ciudad, organizado tres  movilizaciones y clases públicas en varias facultades. También ver las diferencias entre las distintas corrientes, como por ejemplo, quienes confiamos y apostamos en los métodos del movimiento estudiantil con sus asambleas, interfacultades y su lucha en las calles y quienes apuestan a la negociación por arriba con las autoridades de espaldas a los estudiantes como hizo la Lista Unidad, el PCR y la FULP.

Los estudiantes, el movimiento de mujeres y toda la comunidad demostraron estar a la altura de la situación, pasando a la acción desde el primer día, realizando más de 4 marchas, yendo a los partidos de fútbol, empapelando la ciudad. No podemos decir lo mismo de las instituciones del Estado que se tomaron 6 días desde que fue presentada la denuncia y esperaron una movilización en la puerta de la fiscalía para comprometerse a revisar los registros de los movimientos en la tarjeta SUBE y el PROGRESAR. Tardaron más de 15 días para que los patrulleros tuvieran la foto de Rut, fue necesario llenar las calles y movilizarnos a la puerta de la gobernación para que hicieran algo. El gobernador Scioli no fue capaz de atender a la familia. Y qué decir del hecho de que Rut siempre anduvo cerca de la zona y tardaron un mes para encontrarla. Si la realidad de Rut hubiera sido la que vivimos las mujeres todos los días, con este Estado nunca hubiera sido encontrada. Por eso la conclusión es que todo este proceso que llevamos adelante nos dio experiencia para estar preparados para actuar en estas situaciones.

Hoy nuestra ciudad vuelve a ser notificada de una nueva desaparición: Antonella Evelyn Herrera,  de 17 años de edad, quien iba a la escuela de Berisso y nunca llegó. Todo lo que aprendimos tenemos que ponerlo a disposición de la lucha para que aparezca.

 

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