La burocracia sindical trabaja sin descanso para que pase el ajuste



“El problema presidencial es que si consintiera aumentos superiores a la inflación se le caería el plan de ajuste” (La Nación, 26-2-14)

 

A estas horas, el principal problema de la coyuntura nacional pasa por la paritaria docente. Las negociaciones que se están llevando adelante son reveladoras de las intenciones del gobierno, y también del rol traidor que están cumpliendo ya las principales direcciones sindicales del país, que han puesto en marcha un conjunto de maniobras para evitar la lucha conjunta de los trabajadores y que el ajuste más brutal ocurrido en el país en una década, pase sin grandes luchas. A continuación nos dedicaremos a estos temas.

 

El leonino pago a Repsol

 

Primero veamos la coyuntura económica. El gobierno ha logrado parar la escalada del dólar. El oficial sigue quieto y las reservas del Banco Central crecen un poco cada día. El traslado a los precios continúa, pero el gobierno está avanzando en “administrarlo” hasta cierto punto, firmando acuerdos con las cámaras empresarias de cada sector. De todos modos, la corrida de los precios en noviembre y diciembre pasado, así como el redoble de la misma luego de la devaluación a mediados de enero, inevitablemente colocan el horizonte inflacionario en alrededor de un 40% para todo el año, y esto si no se produce una nueva corrida cambiaria o de cualquier otro tipo en los próximos meses, cosa que no está para nada descartada.

En total, lo que se está observando es un giro en toda la línea al ajuste económico por parte del gobierno. Todas las veleidades “progresistas” fueron dejadas de lado cuando de lo que se trataba era de salvar las condiciones para la acumulación capitalista en el país. Incluso el operativo de entronizar a Kicillof, supuesto ministro “marxista” en la cartera de Economía, no fue más que una jugada para engañar a los giles. Se ha transformado en el ministro “fuerte” del gabinete a costa de ir aplicando, una a una, todas las medidas del recetario neoliberal.

A las medidas ya tomadas (devaluación de la moneda, aumento de las tasas de interés, retiro de pesos del circulante, fuertes aumentos de precios, etcétera), está planeando agregar otras en el mismo sentido ortodoxo y de sumisión a los “mercados” (entre ellas, se habla del aumento de tarifas y servicios). La principal a estas horas es el compromiso de pago a Repsol por 5.000 millones de dólares como indemnización por la estatización parcial de YPF. Se trata de bonos del Estado argentino pagaderos en 20 años pero que pueden ser transados de inmediato en el mercado, lo que le aseguraría a la empresa dinero cash, ya mismo.

El pago es escandaloso y demuestra al carácter capitalista y parcial de la estatización llevada adelante por los K, como caracterizamos en su momento. Es decir: se trató de una estatización capitalista a cambio de un jugoso pago, como corresponde. Para agregar escándalo al escándalo de esta entrega, recordemos que todo evidencia que Repsol fue vaciando YPF a lo largo de más de una década: la producción fue bajando, no se abrieron nuevos pozos y cuencas, se giraron ganancias en dólares siderales; que incluso en las filas del oficialismo se había dicho que con estos giros “Repsol ya se había pagado varias veces su inversión”.

Como si esto fuera poco, este endeudamiento del Estado en el mercado internacional para pagarle a Repsol es un paso en la dirección del retorno pleno al mercado financiero, lo que no quiere decir otra cosa que volver a emitir deuda externa, y esto de parte de un gobierno que invirtió cifras millonarias en la tramposa política del “desendeudamiento”, con la cual, supuestamente, se “compraba soberanía”. Hoy estos aires se archivan en el altar de la implementación del ajuste que exigían –y por lo bajo apoyan– toda la patronal y la oposición.

Bajo este cuadro de situación no se puede entender cómo puede haber grupos en la izquierda (el PO) que insistan en que “no es Cristina la responsable política del ajuste”; que pinten consignas contra “el ajuste de Kicillof y Capitanich” como si la presidenta no tuviera nada que ver…

 

La burocracia docente monta una provocación

 

La clave del ajuste es que el gobierno logre imponer salarios a la baja. Al servicio de este objetivo se han puesto la mayoría de las direcciones sindicales del país. El “opositor” Moyano ha descartado toda convocatoria a una medida de fuerza de conjunto y dice que exigirá un 30% para camioneros… cuando llegue su paritaria en junio. Mientras tanto, bloquea las plantas de Siderar por una decena de trabajadores despedidos, lo que no está mal, pero es sólo un teatro, una escenificación de que “lucha”, mientras se niega rotundamente a hacerlo en serio.

Por el lado de Caló, Pignanelli y la CGT oficial, las cosas son iguales o peores. Ni siquiera ensayan un ademán “luchista”: su discurso se centra en que las industrias metalúrgicas y mecánicas “ganaron mucho bajo los K” y que ahora se trata de “cuidar el empleo”. De cómo se llenaron los bolsillos los grandes empresarios de ambas ramas industriales, ni palabra. Por el contrario, utilizan la espada de Damocles de las suspensiones y despidos para intentar acobardar a los trabajadores, para que ni piensen en salir a luchar.

Pero el premio mayor de la entrega en la actual coyuntura se la lleva la CTA “progresista” de Yasky y Maldonado, que en sustancia está constituida por CTERA, el principal gremio docente del país, y SUTEBA, el gremio más grande en la provincia más grande: Buenos Aires.

Aquí las cosas han llegado, al cierre de esta edición, al nivel de una provocación contra la docencia. Resulta ser que la CTERA había anticipado la decisión de hacer un paro el 5 y 6 de marzo (día de inicio de las clases) si el gobierno no cambiaba su tesitura de otorgar un miserable 22% en tres cuotas y 2.000 pesos bajo la forma extorsiva del presentismo. El gobierno amenazaba sacar esto por decreto si la dirigencia no lo firmaba; de ahí que ayer se esperara un desenlace. Pero no: a cambio del “gran triunfo” de que Cristina no sacara un decreto, se volvieron a postergar las negociaciones al lunes próximo –feriado, quién sabe si se reunirán– al tiempo que se “suspendieron” las medidas de lucha extraoficialmente anunciadas. Conclusión: la convocatoria al paro está en suspenso a cambio de nada. Si se llegara a convocar al mismo, será entre gallos y medianoche, y existe el peligro que esto ni siquiera ocurra y que con la justificación de que “las negociaciones siguen”, se deje correr el inicio de clases el 5 de marzo.

Estamos aquí frente a una doble provocación. La de las direcciones sindicales docentes (CTERA, SUTEBA, FEB y la mayoría de los gremios docentes enrolados en el moyanismo), que abren expectativas alrededor de que el gobierno podría otorgar un aumento mayor, y la del propio gobierno, jugado entero a reventar el salario docentes en aras del ajuste ortodoxo que está implementando, y volviendo a la carga con el presentismo que todos los docentes saben que es una pistola puesta en la cabeza de la docencia para que no pueda luchar.

Este escenario que señalamos es sólo una muestra más de algo que quizá ocurrirá en otros gremios y en su conjunto: los docentes deberán enfrentar no solamente al gobierno de Cristina en su lucha contra el ajuste y la miseria salarial, sino a lo más granado de la burocracia sindical, jugada a muerte para que el ajuste pase sin pena ni gloria. Quizá la marcha docente que se realizó hoy por la mañana en La Plata convocada por la oposición de izquierda, y que tuvo una participación de casi 2.000 compañeros y compañeras sea una muestra de lo que se viene: el necesario desborde en la lucha de las direcciones sindicales traidoras y la exigencia de que las agrupaciones de trabajadores clasistas y la izquierda logren un punto de organización y coordinación independiente apuntando a disputarle la dirección a la repodrida burocracia sindical.

 

Poner la lucha contra el ajuste en el centro de todas las batallas. Todos al encuentro obrero en Atlanta el sábado 15

 

En este cuadro de situación, solamente la CTA Micheli parece haber lanzado una iniciativa: el 5 y 6 de marzo un paro nacional de ATE; para el 12 de marzo una jornada nacional de lucha con marcha a Plaza de Mayo. Ambas iniciativas nos parecen bien, aunque quedan limitadas por el escaso “poder de fuego” de esta central, caracterizada, además, por prácticas reñidas con la democracia de los trabajadores y estar ligada a un sector patronal como el de Binner; en cualquier caso, desde nuestro partido participaremos de las jornadas convocadas.

Sin embargo, se trata de ir más lejos: poner en pie un Encuentro Nacional de Lucha que agrupe a los sectores antiburocráticos, que les dé un punto de coordinación que pueda servir como punto de referencia para el desborde que está planteando.

Ahí cobra su importancia el llamado que ha hecho el Pollo Sobrero, ubicándose por primera vez en mucho tiempo a la izquierda con una iniciativa de este tipo y demarcándose de los acuerdos sólo por arriba que venía sosteniendo con Moyano y el mismo Micheli.

Se trata del llamado al encuentro obrero que se realizará en Atlanta el próximo sábado 15 de marzo con el objetivo que poner en pie un polo de lucha contra el ajuste del gobierno.

A nuestro modo de ver, esta iniciativa es muy importante. Cuando lo más granado de la burocracia trabaja para que el brutal ajuste pase, e incluso fuerzas de la izquierda como el FIT se han negado a tomar toda iniciativa política de conjunto, sosteniendo posiciones oportunistas como que la lucha contra el ajuste no sería el eje de la coyuntura nacional (¡hay grupos que llegaron a decir que el reclamo salarial sería algo meramente “sindicalista” y no la principal batalla política del país!), se ha puesto sobre la mesa una iniciativa enormemente progresiva, a la que desde el Nuevo MAS y nuestras experiencias y representaciones sindicales en el seno del movimiento obrero nos sumaremos con todo.

La lucha contra el ajuste debe cruzar todos los reclamos: la lucha por la absolución de los petroleros de Las Heras y la marcha del próximo 7 de marzo en el Día Internacional de la Mujer, y a la cual desde nuestro partido y Las Rojas nos jugaremos con todo. Y lo propio debe ocurrir con dada una de las luchas que se vayan poniendo sobre la agenda nacional, como la próxima marcha del 24 de marzo. Toda la militancia del Nuevo MAS se jugará con todo en estas batallas, entre ellas para hacer un gran plenario obrero el próximo 15 en Atlanta. 

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