Recién en los últimos días la campaña electoral comenzó a despertar algún interés entre los votantes cordobeses.

El faltazo al debate organizado por la Universidad Nacional de Córdoba y la Católica en conjunto con canal 10 el pasado domingo 28 movió un poco el avispero electoral por cuenta del repudio popular que produjo el mismo.

Dentro del clima democrático general en el cual se desarrollan las elecciones, clima incluso llevado al extremo por alguna de estas instituciones que promueven el debate entre candidatos, el hecho que no solamente Schiaretti (que considera tiene la elección ganada y, por lo tanto, no se quiso exponer a debatir), sino Aguad y Acastello que habían firmado el acta de concurrencia junto a los candidatos que si lo hicieron (Pirri de Stolbizer, Olivera del FIT, Gómez del MST y Mulhall de nuestro partido), no se presentaran, causo repudio y levanto un poco el interés por la elección.

La base de que de todas maneras el mismo sea abajo se explica por varias razones. Una de ellas es que la mayoría no sabe siquiera que se va a votar: en este verdadero «festival» de elecciones que la ley electoral k ha transformado a las mismas, donde la superposición de elecciones locales (con PASO o no) y nacionales, más municipales y de otra especie, la mayoría no sabe qué se vota y pierde interés muchas veces en la elección.

Pero a la vez, existe una razón más de fondo: hay bronca por el deterioro del salario y en general de las condiciones de vida pero, de todos modos, la lógica del voto es conservadora; transitamos una transición en la que de manera desacostumbrada para el país no se está viviendo una gran crisis; los votantes parecen confirmarse con lo «malo conocido» más que «lo bueno por conocer», un fenómeno que viene beneficiando a los oficialismos en casi todas las elecciones realizadas hasta el momento.

Nuestro partido ha desarrollado una intensa campaña en las últimas semanas en la provincia; todo un aprendizaje para la nueva generación partidaria que muchas veces hasta tiene que aprender a hablar en un dialogo que va más allá de los sectores habituales en la vanguardia.

Enormemente destacable, en este sentido, fue toda la labor con nuestras figuras partidarias, donde avanzamos muchísimo en instalar a Eduardo Mulhall como una figura con una personalidad distinta que las habituales en un candidato (incluso de la izquierda), en el sentido de ser un trabajador en actividad y, por añadidura con muchísima trayectoria de lucha en el seno del movimiento obrero.

Junto con él, Julia Di Santi como candidata a primera legisladora provincial le ha dado a la campaña el elemento de ascenso de las nuevas generaciones a mayores responsabilidades, en este caso en una compañera que es figura en el movimiento de mujeres provincial, una de nuestras dirigentes de Las Rojas en Córdoba.

Las figuras y la política electoral de nuestro partido se han distinguido del resto de la izquierda.  Del FIT que encarnado por Olivero, una figura de peso en la provincia, de todos modos presenta un perfil que expresa muy poco a las nuevas generaciones obreras, del movimiento de mujeres y militantes que se han venido abriendo paso los últimos años. El MST con su falta de claro eje político y la más completa ausencia de explicación de por qué en la última elección fue con Luis Juez que ahora es candidato de Macri…

Por nuestra parte, hemos hecho una campaña con un claro eje de clase y por el socialismo («Una Córdoba de los trabajadores, las mujeres y la juventud») que ha venido creciendo muchísimo en las últimas semanas, que se ha fortalecido enormente con nuestra exitosa participación en el debate del domingo pasado y que en estos últimos días que faltan hasta el domingo 5 vamos a redoblar más aun.

 

Corresponsal 

 

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