Ante la renuncia del Vicerrector Richarte y el Decano Giusti

 

La Universidad de Buenos Aires es el escenario de un nuevo escándalo institucional. A apenas un mes de la renuncia del Vicerrector Darío Richarte (denunciado por sus vínculos con la ex SIDE durante el gobierno de la Alianza y por diversos negociados en la Facultad de Derecho) se suma ahora la de José Luis Giusti al decanato de la Facultad de Ciencias Económicas.

Mientras el primero dimitió en el marco de una campaña de denuncias encabezada por los Centros de Estudiantes combativos, el caso de Giusti fue mayormente “superestructural”. Principalmente, el escándalo se desató tras la denuncia de su ex esposa por manejos turbios con la caja de la Universidad. Es fundamental recordar que la Facultad de Ciencias Económicas es una de las que mayor flujo de dinero maneja dentro de la UBA (junto con Derecho). Esto se debe no sólo a la administración discrecional de los recursos de la Universidad por parte del Rectorado y el Consejo Superior, sino por la penetración de una política privatista que ha hecho escuela en Económicas: es la facultad “modelo” de los negociados, de la precarización de los docentes (con enorme cantidad de ad-honorems) y posgrados pagos. Los recursos propios representan un 165% frente al presupuesto estatal: el financiamiento de la  facultad (y por ende los dividendos que se reparten quienes la gobiernan) depende fundamentalmente de sus acuerdos tras bambalinas con el sector privado.
Giusti, sucesor en Económicas del actual Rector de la UBA Alberto Barbieri, es un fiel representante de esta orientación. Con estrechos vínculos políticos con el PRO, su gestión estuvo al servicio de la replicación de los negociados capitalistas en su facultad. Como no podía ser de otra manera, esto trajo aparejado un enorme escándalo por corrupción, malversación y desvío de fondos y licitaciones truchas a empresas del propio Giusti, con el agravante de que muchos de estos negociados tuvieron como “víctima”, por ejemplo, al Hospital de Clínicas, dependencia de la UBA que atraviesa una profunda crisis edilicia, de insumos y de condiciones laborales de quienes allí trabajan.

Como si fuera poco, para completar el cuadro se sumó una denuncia por violencia de género contra este personaje. Su imagen se volvió tan impresentable que al Rectorado no le quedó más alternativa que soltarle la mano y designar a un sucesor a su altura, César Albornoz, quien proviene del mismo riñón de Giusti. Esta designación se dio mediante la mayoría automática de la gestión en el Consejo Directivo de Económicas, mediante patotas que buscaron amedrentar al movimiento estudiantil. Las camarillas profesorales y la mafia de Franja Morada garantizaron la elección trucha de Albornoz, quien revistaba como Secretario de Hacienda de Giusti, es decir, en el verdadero “centro de operaciones” de los negociados y los intereses privados en la UBA.

 

La salida de fondo es la democratización de la UBA

La situación planteada coloca un gran desafío y una gran oportunidad frente al activismo. Las salidas forzadas de Richarte y Giusti han sido muy progresivas, pero no han hecho estallar todavía un ascenso del movimiento estudiantil en un año marcado por el calendario electoral.

Sin embargo, algunos conflictos de “baja intensidad” atraviesan la UBA. Filosofía y Letras se encuentra en una situación de deterioro edilicio y sin agua en el edificio desde hace más de un mes. El edificio único de Sociales no responde a las necesidades de los estudiantes y se está llevando adelante una campaña por becas, jardín paterno-maternal, biblioteca y bar con precios accesibles. En Exactas se está llevando adelante un proceso de lucha frente al ajuste presupuestario del Rectorado, el decano kirchnerista Reboreda y el Gobierno Nacional. Situaciones similares se viven en Psicología y Medicina.

La brecha abierta por la salida del Vicerrector y el Decano de Económicas no puede quedarse en simples planteos reivindicativos. En ese marco, los compañeros del PO y de La Mella proponen una comisión investigadora que indague sobre la corrupción en la UBA y la exigencia de la renuncia de Yacobitti, Secretario de Hacienda de la UBA, dirigente de Franja Morada y reconocido “matón” de la Universidad. Estos planteos son correctos pero muy limitados.
Debemos tomar en nuestras manos la posibilidad que nos da esta grieta para discutir con sectores más amplios dentro del movimiento estudiantil, docente y no docente y darle una salida de fondo al conflicto. Una vez más debemos poner todos nuestros esfuerzos en desarrollar la lucha por la democratización con asambleas en las facultades que impongan un planteo que vaya más allá de los conflictos coyunturales. Esta es la única manera de que Richarte y Giusti no sean reemplazados por personajes de su misma calaña y todo siga igual.
Vamos por un gran movimiento estudiantil que se plante por la democratización. Desde ¡Ya Basta! -Nuevo MAS proponemos el programa democratizador que permite poner el gobierno de la Universidad al servicio de quienes defendemos la educación pública frente a los intereses capitalistas en la UBA:

-Mayoría estudiantil en todos los órganos de cogobierno

-Claustro único docente

-Elección directa del Rector y los Decanos mediante el mecanismo una persona = un voto

-Voz y voto para los no docentes y todo el apoyo a la lucha contra la burocracia de APUBA

 

Marcos Duch

 

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