La respuesta del gobierno de la Ciudad cuando las y los trabajadores intentan organizarse por sus reclamos es siempre la misma. Ninguneo, persecución y despidos. Siete trabajadores del Hogar Nueva Pompeya, uno de los hogares de medio camino para jóvenes con problemas psiquiátricos, fueron despedidos sin causa. Durante meses estos compañeros y compañeras se organizaron en condiciones muy difíciles para reclamar por una serie de puntos. En primer lugar, las condiciones de trabajo, porque durante meses trabajaron sin contratos y sin cobrar sueldo. Además venían cuestionando que el proyecto institucional es sumamente limitado para contener a las pibas y pibes con condiciones psiquiátricas, con dos trabajadores por guardia de 24 horas y asumiendo las responsabilidades que les corresponden a la institución o a los funcionarios, como hacer la denuncia cuando un pibe o una piba no aparecen. Como también es una constante en todas las áreas de salud y educación de la Ciudad, la situación edilicia es desesperante, y es otro de los puntos que los compañeros y compañeras venían reclamando.

La respuesta al pedido de una reunión con la Dirección General de Salud Mental del gobierno de la Ciudad fue una serie de llamadas telefónicas para anunciarles que estaban despedidos, y en algunos casos incluso enterándose al momento de presentarse al puesto de trabajo.

Estos despidos no tienen otro objetivo que cortar de cuajo cualquier intento de organización, y esto cuenta con la venia de la conducción del SUTECBA, que es harto conocido por los aprietes a trabajadoras y trabajadores que se quieren organizar para pelear las condiciones de trabajo, como lo fue en su momento la utilización de la patota para amedrentar y golpear a los trabajadores precarizados del programa BAP. El SUTECBA también se caracteriza por extorsionar a las y los trabajadores con el pase a planta vía la afiliación obligatoria a ese sindicato. Mientras tanto, ATE se consume en las crisis entre los distintos sectores de la burocracia michelista, degennarista y kirchnerista, no contienen los reclamos de las y los laburantes, no sirven como canal de organización y lucha.

Si el gobierno puede despedir con tanta facilidad y sin que medie ninguna causa justa, es por la situación de extrema precarización en la que tiene a la gran mayoría de las y los trabajadores, con sueldos miserables, anotados como monotributistas, sin contratos o con contratos basura. La precarización se refuerza también por el hecho de que las y los trabajadores que tienen título profesional no son reconocidos. Varios de los compañeros y compañeras del Hogar Nueva Pompeya son psicólogos recibidos, y el pase a planta significaría también reconocerles el título. La capacitación y formación continua de los operadores de los hogares de salud mental corre por su propia cuenta, en su tiempo libre y a su cuenta y cargo.

Las y los trabajadores despedidos siguen organizados y están peleando por su reincorporación. Están haciendo recorridas por juntas internas combativas, asambleas estudiantiles y facultades para dar a conocer su reclamo. Apoyemos la lucha del Nueva Pompeya, acompañalos con tu firma en el petitorio que está circulando.

Marina Hidalgo Robles

Delegada de Promoción Social, ATE Capital

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