Desde el 15 de febrero diluvia sobre Córdoba, en Punilla,  localidades de Sierras Chicas, Ascochinga, Jesús María, etc., etc. Las imágenes son harto elocuentes, miles de evacuados y damnificados, muertos y desaparecidos; es el luctuoso saldo de ese desastre. Y en estos momentos se suman las ciudades al sureste, las de la zona de Villa María y Bell Ville; las de la pampa por donde drena toda el agua de las lluvias torrenciales que en unos pocos días cayó en la cantidad de todo lo que llueve en un año. Por ejemplo en Río Ceballos en la cuenca que afecta los cauces de los arroyos de la zona llovió en 12 horas el equivalente a dos diques La Quebrada.

Decenas de ciudades siguen inundadas, se destruyeron en partes más de 1.500 viviendas,  desaparecieron cientos de casas, ¡¡sí, que las arrancó el agua con cimientos y todo!!!!  rutas y puentes arrasados.

La autorganizacion de los vecinos es la que garantiza la ayuda

La ayuda y organización del gobierno provincial es insuficiente e indignante y la de la Nación otro tanto. Y hay miles a los que no les ha llegado en más de 25 días de desastre ayuda ni alimento alguno, como los docentes y vecinos  afectados de Mendiolaza, sectores de vecinos de Unquillo que vieron arrasadas sus casas y se sostienen con la autorganización que se dieron desde el barrio y  las colaboraciones anónimas permiten el sustento diario.

La barbarie del modelo económico es el origen del problema

Este desastre, como muchos de los llamados naturales, tiene antecedentes en el país como el de la provincia de Santa Fe, la inundación de La Plata, y hoy se repiten en Tucumán, Santiago del Estero, Santa Fe y empecinadamente nos tratan de convencer que el desastre es de la naturaleza y no puede ser evitable.

Pero no. Aquí no hay casualidades. En el país y en nuestra provincia la sojización arrasó al bosque nativo para los negocios de los grandes agroexportadores  para el gobierno provincial de De la Sota y el modelo económico del gobierno de Cristina, aumentando la frontera agraria, la impermeabilización de los suelos e imposibilitando la reabsorción de la humedad por falta de bosques.

Las obras de infraestructuras básicas, puentes, canales, etc., están por detrás de las necesidades de los trabajadores y el pueblo, y los grandes negocios inmobiliarios que pululan por la provincia y el país varían cualquier cuenca hidrográfica para salvaguarda de sus grandes negocios y perjudicando a la población con  desvíos de aguas impensados. Esta política llevada adelante por el gobierno nacional y aplicado a rajatabla por De la Sota son las responsables de esta tragedia.

Desde ya que compartimos el dolor por las consecuencias que ha sufrido el pueblo de Córdoba y  en varios puntos de la provincias se vienen desarrollando actividades de solidaridad llevadas adelante por organizaciones políticas, sociales y vecinos autoconvocados, Desde el Nuevo MAS apostamos al desarrollo de estas actividades, pero para una solución de fondo debemos ir más allá y exigir tocar a la renta agraria e inmobiliaria. Que paguen los responsables, los que se enriquecieron provocando la catástrofe.

¡¡Por indemnización sin devolución a todos los perjudicados por las inundaciones!!

¡¡Plan de viviendas dignas, para todas las familias perjudicadas!!

¡¡Que los fondos salgan del gobierno provincial y nacional y  de las grandes patronales del campo, de los mega emprendimientos inmobiliarios y de todas las empresas de la zona!!

¡¡Por un plan de obras inmediato que resuelvan los problemas de fondo de la infraestructura necesaria (puentes, canales), y basta de negocios inmobiliarios que sólo benefician a unos pocos!!

¡¡Por un  plan de recuperación de los bosques nativos!!

Eduardo Mulhall

 

 

 

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