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La semana pasada en el diario Pagina 12 salieron unas curiosas declaraciones de dos referentes del FIT: Gabriel Solano por el PO y Cristian Castillo por el PTS. A estas ya las había anticipado algunas frases de Jorge Altamira quien negaba la posibilidad de avanzar en la discusión en pos de una lista unificada de toda la izquierda que levante las banderas del socialismo, bandera y propuesta que venimos izando desde nuestro partido.

En las declaraciones al matutino oficialista Gabriel Solano y Cristian Castillo desestimaron con pobres argumentos la posibilidad de ampliar el FIT a otros partidos, rehuyendo responder con claridad nuestra propuesta de presentar en las próximas elecciones una alternativa socialista unificada.

No solo eso, ‘Chipi’ Castillo mintió al afirmar “que el Nuevo MAS es enemigo del FIT”. Este exabrupto realmente nos sorprende. El Nuevo MAS encuentra sus enemigos en las filas de la burguesía, la burocracia y el imperialismo, nunca entre las filas obreras y de la izquierda. Pero aún más nos sorprenden estas palabras en boca de un dirigente político de la izquierda con el que hemos compartido innumerables acciones comunes: estuvimos juntos en Gestamp, en Lear, en el Encuentro Sindical Combativo de Atlanta y en el acto del 1° de Mayo, esto por contar solo el último año; con anterioridad también fuimos juntos en las elecciones del 2005, 2007 y 2009. Estos ejemplos derrumban las mentiras de Castillo, porque nadie comparte acciones comunes “con enemigos”.

Pero estas frases son algo más que un grosero error, son la manifestación de una impostura. Lo que ocurre es que Castillo y el PTS tergiversan la realidad para evitar responder a nuestras críticas de que el FIT se ha transformado en una políticamente pobre ‘cooperativa electoral’; o, según la cronista de Página 12: un “matrimonio por conveniencia” donde lo que se ve es una disputa feroz alrededor de las “candidaturas”, mientras las propuestas políticas del frente brillan por su ausencia, abonando nuestras críticas de que el FIT está enfermo de ‘electoralismo’.

Pero Castillo sinceramente nos desconcierta cuando insinúa que “tendríamos que cambiar de orientación” si queremos ser parte del FIT. Qué significa esto. Pareciera que a Castillo se le ocurrió la peregrina idea de que debiéramos callar nuestros planteos, nos dice algo así como: “dejen de criticarnos y puede ser que tengan alguna oportunidad”. Es realmente extraña esta actitud de parte de un militante de izquierda, pareciera que los nauseabundos aires del parlamento bonaerense empiezan a afectarle. Llamamos al compañero a que reconsidere sus palabras, y de paso le recordamos que el imponer el silencio y el encolerizarse frente a la disidencia y el franco debate son características típicas tanto del estalinismo como de la burocracia sindical. Por nuestra parte, desde el Nuevo MAS, defendemos al debate y a la crítica entre las corrientes de izquierda como herramientas propias, características e irrenunciables de la legítima democracia obrera.

Menos “ricas” fueron simplonas declaraciones del PO quien pretende despachar el asunto afirmando que todos quienes no integramos el FIT ‘[tenemos] posiciones muy diversas’ metiendo a propósito en la misma bolsa a fuerzas con las que no coincidimos como el MST y Patria Grande.

Tanto el veterano dirigente del PO y candidato presidencial del FIT, como Castillo y Solano se equivoca al desestimar nuestra propuesta de presentar una alternativa socialista unificada entre el Nuevo MAS, el FIT y Luis Zamora para las próximas elecciones, que evidentemente fortalecería las perspectivas electorales.

Es probable que piense que ya tiene asegurada una gran elección; sólo le obsesiona “hacer crecer la torta”: ¿pero para qué proyecto?, le preguntamos desde nuestro partido.

En cambio, nuestra propuesta socialista pretende que las elecciones no sólo sirvan para sacar miles de votos: queremos educar a los trabajadores para que sean protagonistas de su destino, diciéndoles que deben ser ellos los ‘se coman la torta’ y no los capitalistas, como aún sucede en la Argentina bajo el gobierno actual.

Por nuestra parte estamos largando nuestra campaña electoral nacional, donde vamos a insistir a los compañeros del PO y el PTS en la necesidad de presentar una alternativa socialista unificada para las próximas elecciones y también que estamos dispuestos a sentarnos a debatir de qué manera la izquierda aprovecha la campaña electoral para poner sobre la mesa una discusión en serio sobre el futuro del país, levantando la propuesta de que las soluciones de fondo para los problemas de la Argentina solo vendrán de la mano del socialismo y de que gobiernen los que nunca gobernaron: los trabajadores.

Héctor Chino Heberling

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