Como señaláramos recién, nunca nos olvidemos que la Argentina es un país muy dinámico y que la estabilización que se está viviendo se da sobre la base de las relaciones de fuerzas creadas en el 2001 y que en lo esencial no se han modificado; no han sido aun realmente “probadas”.

Esto determina dos hechos de importancia: primero, que la eventualidad de fuertes conflictos sociales y de clase nunca puede descartarse, y segundo que el reflejo político y electoral de esta realidad es que si no está en curso todavía un gran ascenso en la lucha de clases, se vive un desplazamiento electoral hacia la izquierda de una franja minoritaria pero real de las masas, proceso que está llamado a hacerse presente nuevamente en el 2015. De ahí que estas sean horas, también, de especulaciones electorales en el seno de la izquierda (ver la interna del FIT por la candidatura presidencial).

Pero aquí también deben ponerse algunos reparos. Ejemplos con la reciente y estruendosa derrota de la izquierda en las elecciones docentes de ATEN Neuquén muestran que la traslación del voto al terreno sindical (¡y ni hablar a las luchas mismas!), no es nada mecánica. Cada plano de la representación de los trabajadores está interrelacionado, pero sus vasos comunicantes no son nada mecánicos; se puede tranquilamente votar a la izquierda en las generales, y mantener el voto en los sindicatos estatales por las conducciones tradicionales. Ni hablar del proletariado industrial, donde si bien una pequeña franja de la nueva generación obrera ha comenzado a votar a la izquierda, el conjunto de nuestra clase todavía vota mayoritariamente por alguna variante del peronismo.

Esto nos lleva a otro plano. Con su autoproclamación y “ombliguismo” habitual, los principales grupos del FIT creen tener la “vaca atada” y disputan entre ellos los futuros pasos de su cooperativa electoral; no parece haber ninguna intensión de apertura hacia otras fuerzas en lo que consideran su “negocio” (sic). Se creen lo “único” del universo vociferando -en un insípido debate- alrededor de las bondades de un supuesto “frente único” que lejos de ser un frente tal los tendría como únicos protagonistas. Pero la verdad de las cosas es que en el terreno de la organicidad de su peso en la clase trabajadora, en sus organismos de dirección, la izquierda no ha superado todavía el carácter de organizaciones más o menos de vanguardia (esto más allá de la incipiente representación parlamentaria obtenida y de las “luces de colores” que genera asistir asiduamente a los programas de TV).

Lo cierto es que la representación electoral de la izquierda en nuestro país no tiene dueño. Nuestro partido acaba de obtener su legalidad nacional y ha hecho un llamado al FIT y Luís Zamora para una participación electoral en común en las presidenciales. En las próximas semanas redoblaremos este llamado y estamos lanzados a la preparación de un gran acto partidario para el sábado 6 donde no solamente anunciaremos nuestra precandidatura presidencial, sino que haremos repaso de las enseñanzas dejadas por las grandes luchas obreras de este año, apostaremos a fortalecer la pelea de los compañeros candidatos a delegados de nuestro partido en el gremio del neumático (gremio en el cual nos acabamos de alzar con una importante votación en el marco de las elecciones de la CTA oficialista), así como le daremos importante lugar a nuestras compañeras de Las Rojas, la agrupación  del movimiento de mujeres más dinámica en la actualidad.

¡Invitamos a toda nuestra militancia, simpatizantes, amigos, contactos y familiares a que se sumen con todo al acto del 6 en Callao y Corrientes para levantar las banderas de una alternativa socialista en nuestro país!      

 

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