Conflicto de los trabajadores de salud en Neuquén

Finalmente la huelga de los trabajadores de salud de Neuquén terminó con la aceptación de la propuesta salarial del gobierno de Sapag, por un 35% de aumento y el compromiso del gobierno de no tomar ningún tipo de represalias ni hacer descuentos contra los trabajadores en huelga.

La huelga surgió desde las entrañas del ajuste inflacionario, de las políticas de vaciamiento del MPN sobre toda la inversión pública en este caso en un lugar de la sensibilidad de la salud pública, y sobre todo por la bronca de los trabajadores por los rápidos y sumisos aumentos de los gobernadores a los represores.

Esta huelga fue una gran movilización genuina desde abajo que peleó por instalar el piso de 10 mil pesos para los trabajadores y rechazar el aumento a los represores. Justamente, las fuerzas represivas neuquinas estrenaron su aumento en las puertas de la refinería en Plaza Huincul y del Centro Administrativo Ministerial de Neuquén contra los trabajadores de salud en medio de sus medidas de protesta y frente a un gobierno que lejos de los 4 días que tardó en responder a los represores, llevaba más de 8 meses sin escuchar los reclamos de salud, que llevó a la presentación de su renuncia a más de 70 profesionales de la provincia nucleados en Siprosapune.

De ahí que el mes de protesta luego de los aumentos a la policía hayan contado con tanta masividad y una agitada agenda en las calles que contó con movilizaciones, cortes de ruta, festivales, todo coordinado alrededor de las asambleas interhospitalarias.

Sin embargo, la gran potencialidad de los trabajadores se vio segmentada por la dirección de ATE y la CTA, que lejos de impulsar un plan de lucha del conjunto de los estatales, se dedicó como de costumbre a parcializar una lucha que no es solo de salud. A su vez, tampoco se logró unificar las acciones y objetivos con los tres sindicatos en conflicto: Siprosapune, que como ya señalamos nuclea a los profesionales que cerraron su acuerdo salarial en diciembre; los nucleados en ATE, el sector mayoritario, que cerraron el pasado 10 de enero, y por último el SEN (Sindicato de Enfermeros de Neuquén) que aún continúa con su plan de lucha.

Por un lado, la huelga dejó el sabor amargo de haber aceptado la propuesta del gobierno que deja pasar el ajuste inflacionario, que ni bien arrancó el año ya cuenta con el aumento del 27% del boleto de colectivo. Pero por otro, fue una gran demostración de fuerza que el gobierno no pudo aplastar y dejó planteada la necesidad de salir a pelear por un básico de 10 mil, para lo cual se hizo una gran campaña.

El hecho de haber salido primeros y la correcta ubicación de ATEN de acompañamiento de la lucha de salud planta mojones para la superación del aislamiento al que se ven sometidas todas las luchas estatales por arte y gracia de la conducción de ATE y la CTA. Desde esos lazos tejidos deben los docentes tomar la posta de la lucha salarial, que tendrá sus primeros capítulos en las próximas semanas.

Corre

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