A 8 años de la desaparición de Julio López –

 

 

Se cumple un  nuevo aniversario de la desaparición de Julio López, y la bronca se acumula en todos los que luchamos desde aquel 18 de septiembre de 2006, cuando nos enteramos que había sido secuestrado uno de los testigos clave en el juicio contra el represor Miguel Etchecolaz. Familiares, organizaciones estudiantiles, de DDHH y partidos de izquierda nos encontramos cada semana, luego cada mes y después cada año, en las calles exigiendo su aparición y una investigación que llegue hasta las últimas consecuencias. La desaparición de López había puesto en evidencia con brutalidad la vigencia de un aparato represivo paraestatal que operaba con plena impunidad bajo el gobierno de los Kirchner.

 

La careta de los derechos humanos, caída y pisoteada

 

El gobierno K hizo de los derechos humanos una de sus caballitos de batalla, que le sirvió, en parte, para “domar” esa fuerza desatada con el argentinazo, que tuvo su expresión en DDHH con la lucha por el juicio y castigo a los represores de la última dictadura. De esta manera logró meter bajo el paraguas del Estado a gran parte de las organizaciones que se habían mantenido independientes en la lucha por juicio y castigo a los militares genocidas y a los civiles implicados en la represión. Al mismo tiempo construyó “su relato” de lo que había sido la lucha revolucionaria de aquellos jóvenes y trabajadores de los 70, que en esta versión K ya no eran tan revolucionaria, sino que estaría más bien orientada hacia la “justicia social” y la defensa de la  democracia burguesa.

La desaparición de López y el manto de impunidad con la que lo cubrió el gobierno nacional dejo al desnudo las patas cortísimas de estos “derechos humanos K”. El silencio oficial fue brevemente interrumpido por las declaraciones de Aníbal Fernández, por ese entonces ministro del Interior, que dijo que López seguramente “estaría en la casa de una tía”. Cristina no habló sobre el tema, pero el año pasado aseguró, cínicamente, en un discurso en el Colegio Nacional de La Plata que “Hoy nadie puede desaparecer, estamos todos vivitos y coleando”.

Mientras tanto la investigación tuvo recorridos tragicómicos, hasta siguió el rastro de una vidente y de momentos no pareció ser muy distinta a la que cuenta con acidez la revista Barcelona, lo que demuestra la escandalosa complicidad del gobierno para que siga la impunidad.

Hoy en día, con los mega operativos represivos de la gendarmería Nacional y la policía Federal contra las luchas obreras, como los que vimos en Gestamp  y en Lear, con el respaldo a Berni y a Milani, con la represión en los asentamientos y un triste y largo etcétera, no ha quedado más que un destello descolorido en la memoria de algún progre de lo que fue aquella máscara de derechos humanos de los K.

 

Con el ajuste y el pago de la deuda, se profundiza la represión y la impunidad

 

El avance represivo no se da porque sí, sino que viene como parte de una política general: el kirchnerismo necesita represión para amedrentar a los trabajadores y jóvenes que salimos a luchar contra el ajuste monstruoso que viene aplicando, por la vía de una inflación que no para de aumentar y salarios con paritarias bajísimas y con miles de suspensiones y despidos en la industria. Al problema de la inflación se le suman las quitas de subsidios a los servicios y el creciente desfinanciamiento de servicios públicos. Esta política de ajuste esta directamente ligada a la necesidad del gobierno, que es “pagador serial”, como a sí mismo se define, de juntar dólares para pagar la deuda externa, sometiendo al país a los dictados directos del imperialismo. Por eso hoy luchar contra la represión implica salir a las calles a enfrentar el ajuste y por el no pago de la deuda externa.

Este 18 de septiembre, contra el ajuste k, la represión y la impunidad! No al pago de la deuda externa! Juicio y castigo a los responsables de la desaparición de julio López!

 

María Saint

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