Un precedente histórico de la lucha contra Firestone y la Violeta.

 

En noviembre se va a cumplir un año de mi ingreso a la fábrica. Un gran logro que ha creado un precedente importante, pero que todavía falta concretar efectivamente, venciendo las trabas que la empresa sigue poniendo. La patronal sigue molesta: quedó en evidencia cómo le molesta la actividad sindical que no controla. Mi despido se produce el 1 de diciembre de 2011, un día antes que se vencieran los mandatos de los delegados. Ya veníamos organizando la Lista Naranja de cara a esa elección, tomando nota de las condiciones laborales y cómo se manejaban las paritarias. Ese año se estaba discutiendo el convenio colectivo de trabajo y las paritarias juntas, y veíamos que si no actuábamos se iba a una nueva frustración. Había bronca porque ese año querían introducir cambios beneficiosos para la empresa, como que los feriados sean obligatorios trabajarlos y la polivalencia en mantenimiento, queriendo hacerlos pasar junto con el aumento salarial. La asamblea del 13 de septiembre de 2011 fue donde se manifestó la bronca de este acuerdo, y en parte se logró frenar. Ese día vimos la fuerza que podíamos llegar a alcanzar y que era necesario empezar a tener delegados para frenar los avances de la empresa. Los rumores que se estaba ‘armando algo’ crecían, y se produce mi despido el 1 de diciembre.

Fueron dos años para volver nuevamente a la fábrica, algo que muchos daban como imposible, pero que con la lucha logramos alcanzar. Lucha que incluyó actos en la puerta de la fábrica, marchas al juzgado, a la oficina comercial de Firestone, cortes de calle, campaña de denuncia contra la discriminación de Firestone en facultades, fábricas y en la vía pública.

Hoy seguimos batallando para volver a estar en el sector, sorteando las maniobras legales a la que la patronal sigue recurriendo.

 

Renglón aparte merece el rol de la seccional y el sindicato en todo este asunto. Desde el momento de mi despido, salieron a acusarnos que quería “hacer política” o “plata”. No sólo que no apoyaron, sino que en todo momento se dedicaron a tirarme tierra, llegando al colmo de atacarme a golpes cuando estaba repartiendo volantes por las paritarias. El propio secretario General del SUTNA, Pedro Wasiejko, se negó a firmar el petitorio exigiendo mi reincorporación! La realidad demostró lo equivocado que estaban. Y no es casual, que este gran logro no lo nombren a la hora de salir a decir que “la naranja no hace nada”. Soy parte de La Naranja, y logramos sin el apoyo de la Violeta, revertir mi despido.

 

Este logro tiene que servir para que se termine con la persecución dentro de la fábrica, como así también con los licenciamientos y los despidos. Es mentira que no se puede hacer nada frente a esto y que hay que aceptarlo como una cosa de todos los días. No es normal que haya el alto índice de enfermedades, como hay en el neumático y que se resuelvan como lo hace la empresa. Después de un tiempo de laburo el trabajador siente los ritmos de trabajo que lo deja incapacitado para seguir en su puesto habitual. Luego está a merced de la empresa quién decide si lo reubica o lo descarta. Nos tienen dando vueltas con una palita y una escoba, nos hacen sentir unos inútiles, y frente a los ojos de los compañeros como unos vagos, para cansarnos y terminar ofreciéndonos un arreglo para dejarnos afuera de la fábrica.

A los más indeseados, nos dan los lugares más indignos, como hicieron con Tehuelche que antes de echarlo lo mandaron al vestuario sin tareas. Esto no tiene que ser siempre así, y el primer paso es denunciar y revertir los despidos. De ahí la importancia de apoyar y pelear para frenar los despidos, más si son de activistas sindicales como es el Tehuelche, quien como integrante de la Lista Naranja, jugó un rol importantísimo para que yo pueda volver a la fábrica (organizando colectas, festivales, hablando con los compañeros, pegando comunicados, y un largo etcétera).

Hoy mi situación está a la espera que desde el juzgado me citen a hacer estudios, y decidan de una vez que vuelva nuevamente a mi sector, Cubiertas Grandes. Pero para que estas situaciones se terminen y los atropellos más graves o los más cotidianos que se presentan, tenemos que estar organizados para salir a pelear por las mejoras postergadas que nos niegan. Por eso es necesario fortalecer la Lista Naranja que se posiciona como la alternativa para todos los compañeros de cara a la próxima elección de delegados.

Mosqui Cisneros

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