Por Elías Saadi


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“No volver a la esclavitud de los ocho años de bloqueo”

 

El genocidio de Gaza continúa. Al día de hoy, miércoles 30, ya serían casi 2.000 los palestinos asesinados, y 10.000 los heridos. Asimismo, se estima que más de 200.000 han sido obligados por las tropas de Israel a abandonar sus hogares y a retirarse dentro de esa “prisión a cielo abierto” que es la Franja de Gaza. Por allí deambulan sin comida ni agua.

Los muertos palestinos son en su casi totalidad civiles, y entre un tercio y una cuarta parte niños, que expresamente son el blanco preferido de la “limpieza étnica” que lleva adelante Israel.

Pero, al mismo tiempo, crecen las bajas de las tropas sionistas que han entrado en la Franja. Allí se invierten las proporciones. Prácticamente la totalidad de los muertos y heridos del lado de Israel son de sus tropas al entrar en Gaza.

Es que una heroica y desigual resistencia de los palestinos enfrenta a uno de los ejércitos más fuertes del mundo… Sin embargo, es un ejército fuerte cuando de lo que se trata es de matar a distancia, gracias a sus ventajas técnicas. Pero en los últimos años se ha demostrado vulnerable cuando hay que luchar sobre el terreno y ocupar territorios, como lo demostró su derrota en la guerra del 2006 en Líbano, a manos de Hezbollá.

Por supuesto, los heroicos combatientes palestinos de Gaza están en una relación de fuerzas muchísimo más desfavorable que la de los libaneses en 2006. Pero, al mismo tiempo, los testimonios coinciden en que no sólo los combatientes sino también masivamente la población de Gaza, se niegan a aceptar las condiciones para la “tregua” que EEUU y sus títeres –el general al-Sisi, dictador de Egipto y funcionarios de la “Autoridad” Palestina– pretende imponerles. Esas miserables y fraudulentas “treguas” no sólo no garantizan que en unos días (o algunas horas) Israel no vuelva a bombardear ni tampoco que se retire del sector que ha ocupado en Gaza. Lo decisivo es que las condiciones de esa “tregua”, aunque fuese duradera y la retirada total, implican que Gaza seguirá siendo al campo de concentración y exterminio más grande del planeta. ¡Y gran parte del pueblo de Gaza siente que esto no puede seguir!

Hay que aclarar bien esto, porque los repugnantes medios yanqui-sionistas y sus repetidores del resto del mundo hacen una interesada confusión. Dicen que, “inexplicablemente”, los palestinos, que llevan la peor parte en muertos, heridos y destrucción, se niegan a una “tregua” que podría restablecer la “paz”… algo “incomprensible”… que sólo se “explicaría” porque están al mando los “terroristas de Hamas”.

 

Lo que no dicen es que esa “paz”, la de Israel y EEUU, es la paz de los cementerios para los palestinos de Gaza.

 

Allí, 1.800.000 personas están encerradas sin poder salir, cercadas por Israel con la colaboración de la dictadura de Egipto que custodia la “puerta trasera” de la Franja. Incluso en momentos de “paz” –si es que puede usarse esa palabra en tal situación– los alimentos y medicinas entran a cuentagotas. Y en buena medida por la red de túneles, que son la desesperación de los genocidas de Israel porque no sólo sirven para combatir sino esencialmente porque impiden la asfixia total de la Franja. Asimismo, Israel –que controla los suministros de agua de toda Palestina– se ocupa de que sea convenientemente escasa y contaminada. Gaza es un gran campo de concentración, pero con un costado que da al Mediterráneo donde sus habitantes podrían pescar para alimentarse. Eso también Israel se encarga de restringirlo. Israel establece asimismo un bloqueo marítimo. Este bloqueo es absolutamente ilegal, según el sacrosanto “derecho internacional”; pero por supuesto las Naciones Unidas y sus grandes potencias miran para otro lado cuando se trata de Israel.

Así, en mayo de 2010, una flotilla de barcos con ayuda humanitaria, organizada desde diversos países de Europa y en la que viajaban además centenares de personalidades de los medios políticos y culturales, fue atacada en aguas internacionales por la marina israelí. Esta operación de piratería, con muertos y heridos –que hubiera desencadenado las iras de EEUU y la UE de haber ocurrido frente a Somalía– fue dejada pasar sin mayores reproches. ¡Israel tiene “licencia para matar” a quien se le dé la gana, otorgada por EEUU y los imperialismos europeos!

En resumen: en ese pequeño territorio, 1.800.000 seres humanos son víctimas desde hace varios años de un genocidio “en cámara lenta”, científicamente calculado para que agonicen poco a poco. Y eso no es metafórico. Como explicamos en otro artículo, es el plan fríamente calculado por Israel cuando en el año 2005 se “retiró” de la Franja. La privación de comida, agua, combustibles y medicinas a esa población, los periódicos bombardeos por cualquier pretexto mediante fósforo blanco y proyectiles con uranio empobrecido que además de producir víctimas inmediatas envenenan el medio ambiente, han ido multiplicando en Gaza el hambre, las enfermedades y las muertes, con un aumento sin precedentes de casos de cáncer y malformaciones genéticas.

Hay que tener en cuenta, además, que  el momentáneo y parcial respiro que tuvo la Franja durante el ascenso de la rebelión popular en Egipto, acabó con el golpe de estado militar. El actual dictador de Egipto, el general al-Sisi, engañó a muchos presentándose como el “nuevo Nasser”. ¡Pero Nasser, mal o bien, combatió con todo a Israel! ¡Al-Sisi, en cambio, está al servicio de los sionistas y del imperialismo yanqui! Vuelve a ser el carcelero de los palestinos de Gaza, como los anteriores dictadores militares, Sadat y Mubarak.

En esta situación, muchos de los palestinos de Gaza no quieren volver a la “paz de los cementerios”. David Segarra Soler, un conocido documentalista español que acaba de regresar de Gaza, describe así los sentimientos populares:

“El pueblo palestino ha llegado a un nivel de saturación y horror que ahora mismo, y esto lo he visto en Gaza, su objetivo no es parar la guerra, sino la libertad. Es decir, acabar con el bloqueo, poder pescar, sembrar sus campos y que la frontera esté abierta. Es una lucha de mucha profundidad. Hay una decisión, política y popular, de no volver a la esclavitud de los ocho años de bloqueo. De llegar hasta el final.”[[1]] Las mismas impresiones transmiten otros testigos y periodistas honestos que no trabajan en las cloacas de la CNN o Fox News.

Este derecho humano elemental, que se abran las puertas de este inmenso campo de concentración, es lo que anima una lucha tan heroica como desigual. Y esta decisión se potencia porque además dentro de Israel, antes de todo esto, ya se viene discutiendo abiertamente pasar del genocidio “en cámara lenta” a la “limpieza étnica” de todo el territorio de Gaza. En esa situación, resistir con las armas en la mano no es suicida sino, contradictoriamente, es lo más prudente… y her

 

1- David Segarra Soler, “El principal objetivo de la guerra contra Gaza son los civiles”, reportaje de Enric Llopis, davidsegarrasoler.blogspot.com.es, 28/07/2014, subrayados nuestros.

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