Desde las primeras horas de la mañana, alrededor de 700 compañeros de Cresta Roja se empezaron a concentrar para movilizarse a la puerta del Ministerio de Trabajo de la Nación en Callao. Se trata de la manifestación de lucha más grande de la planta en bastante tiempo.

Cresta Roja fue, como es bien sabido, la nave insignia del relato macrista de la defensa del “trabajo” en los primeros meses de su mandato. Con rebaja salarial y empeoramiento de las condiciones de trabajo, luego por supuesto de la desaparición de muchos puestos laborales, Macri nos mostraba el mundo luminosamente amarillo del “cambio”. La ventaja de todo esto era que la planta como tal no había cerrado en su totalidad. Si trasladamos esa idea al país, el Gobierno de Cambiemos es mejor, en efecto, que la desaparición de la Argentina luego de ser tragada por el mar. Uno se pregunta ¿Qué no hay más opciones? Es repugnante la forma en que disfrazan los ataques al salario y la vida de los trabajadores como lo mejor que se podía hacer, insinuando a quienes tendrán la heladera un poco más vacía que les deben su agradecimiento a estos funcionarios de billeteras abultadas.  La cuestión es que la empresa pasaría a nuevas manos, la gigante avícola Tres Arroyos, que planea profundizar los ataques a los compañeros, dejando en la calle a 500 y pagando al resto el 60% de su salario.

Luego de un largo corte de Callao, los representantes del ministerio afirmaron que los iban a atender para luego pasar por alto con total impunidad sus propias palabras. El gobierno ya no puede hacer campaña con Cresta Roja y deja a los trabajadores a su suerte. Frente a esta desvergonzada forma de darles la espalda, los compañeros se dirigieron al despacho de la jueza encargada de la causa por su situación laboral. Allí sí fueron recibidos… por un cordón policial que comenzó el hostigamiento físico. En ese momento comenzó a volar el gas pimienta y los trabajadores se defendieron. Los efectivos, reforzados por una nueva delegación de sus perros guardianes con palos, empujaron a los compañeros a una distancia de una cuadra. Nuevamente, les afirmaron lo mismo que antes, que serían atendidos a la brevedad. Ya pasado el mediodía y luego de horas de dilataciones, les dijeron que serían atendidos… si se retiraban los compañeros movilizados. Frente a esta clara burla y descarada complicidad de jueces y funcionarios con los empresarios explotadores y negreros, la bronca no hizo más que crecer entre los trabajadores, estafados por un gobierno que había anunciado la reactivación efectiva de la empresa a cambio de la entrega de conquistas laborales. Desde el Nuevo MAS estuvimos ahí presentes y seguiremos acompañando la lucha de los trabajadores de Cresta Roja, emblema de la lucha contra los despidos y el ajuste.

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