El martes 27 de febrero desde Las Rojas volvimos a acompañar a Mariana Gómez, esta vez en la apelación a su procesamiento por parte de la justicia machista y patriarcal. Recordemos que el pasado 2 de octubre Mariana fue reducida, maltratada y detenida ilegalmente por agentes de la Policía Metropolitana con la excusa de que se encontraba fumando en un espacio público. La verdadera razón de su detención fue la lesbofobia de parte de   los agentes policiales presentes en la estación de Constitución ante las muestras de afecto entre Mariana y su esposa Rocío Girat[i]; actitud que quedó manifiesta en el momento que el oficial Rojo se dirigió a ella en masculino- “pibe apaga el pucho”- y prosiguió a reducirla violentamente en el piso para luego trasladarla a una comisaria subterránea de la ciudad donde fue desnudada y revisada por tres efectivos femeninos. Por si esto no fuera poco, a las chicas les exigieron certificado de matrimonio y le ocultaron a Rocío a dónde habían trasladado a Mariana.

A raíz del fallo escandaloso de la jueza María Fontbona de Pombo en contra de la compañera por “resistencia a la autoridad y lesiones”, diversas organizaciones y activistas del movimiento de mujeres y del colectivo LGTTBI nos dimos cita en la Cámara de Apelaciones del Poder Judicial de la Nación, Cámara Criminal y Correccional. El nombre de por sí es alusivo a la situación de criminalización sistemática que hace la justicia patriarcal tanto de las mujeres como de las identidades sexuales disidentes, ya sea a la hora de detenernos arbitrariamente por manifestar nuestras preferencias sexuales o a la hora de decidir sobre nuestros propios cuerpos como sucede con la ilegalidad del aborto, etc. La situación se hizo incluso más evidente cuando las treinta personas que entramos en la gran sala para acompañar el proceso de apelación nos encontramos con que la misma estaba presidida por un gran Cristo en la pared, como recordatorio de a qué clase de Estado “laico” e (in)tolerante estamos acostumbrados en la Argentina.

En ese momento la defensa de Mariana comenzó a explicar al juez Julio Marcelo Lucini porqué se había decidido apelar el procesamiento, haciendo especial hincapié en la selección arbitraria del sujeto de entre todas las personas que estaban fumando donde no se debía y de la ilegalidad de la orden dada por el agente policial[ii], la negativa anterior a tomarle declaración a Rocío Girat -esposa de Mariana y testigo presente en el momento del incidente- así como la desestimación de ciertos videos y varias notas periodísticas sobre el problema de la homo-lesbo-trans-fobia en calidad de pruebas. Respecto a los estereotipos de género utilizados como moneda corriente por la jueza anterior que refuerzan la heteronormatividad reinante y la intolerancia hacia las minorías sexuales, una miembro del colectivo para la Diversidad (COPADI) pidió expedirse sobre el tema ante  los jueces pero le fue negada la palabra; así como al defensor adjunto del Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad de Buenos Aires, Luis Duacastella que había preparado una intervención sobre los mecanismos y vericuetos de la violencia institucional, todo esto con la excusa de que eran “alegatos que no tenían lugar en una cámara de apelaciones”. A decir verdad las únicas intervenciones del juez en lo que duró el proceso fueron para desestimar las consideraciones del  abogado y de los alegatos de los acompañantes, pero sobre todo para negarle la palabra a la propia Mariana ¡La misma justicia que no hace tanto tiempo atrás, se negó a escucharla y dejó libres a los tipos que la violaron durante toda su adolescencia, ahora la re-victimiza y calla su voz cuando intenta defenderse de los policías agresores! Tal es así que en una charla afuera del establecimiento la compañera nos contó que había revivido todo el proceso doloroso de aquel juicio contra sus violadores y que no le sorprendía en lo más mínimo el proceder judicial actual en este caso.

En un momento político tan polarizado entre quienes defendemos los derechos de las mujeres y las minorías dando la pelea en las calles, y los sectores reaccionarios del gobierno machista de Cambiemos y su policía envalentonada con la nueva “doctrina Chocobar” y el escadaloso protocolo de Bullrich para detener personas del colectivo LGTTBI, es imprescindible seguir luchando codo a codo junto a aquellos que sufren la violencia generalizada de este sistema capitalista y patriarcal y por eso no vamos a parar hasta que la sentencia lesbofóbica contra Mariana sea revocada no solo por ella sino por todos. Hoy más que nunca desconfiamos de las instituciones machistas y enfatizamos que la pelea está en las calles para que nuestras voces sean escuchadas y nuestros derechos dejen de ser vulnerados por lo que también invitamos a todos a participar y movilizarse el próximo jueves 8 de Marzo en el marco de la marcha por el Día de la Mujer Trabajadora.

Basta de homo-lesbo-trans-fobia!

Destitución de jueces y funcionarios que avalan la violencia hacia las mujeres y el colectivo LGTTBI!

Absolución ya de Mariana Gómez!

El #8M sumemos nuestras fuerzas para parar contra Macri

 

Delfina C. – Las Rojas Juventud Capital

[i] Recordemos el reconocido caso de Rocío Girat, quien llevó a juicio a su violador Marcelo Girat, oficial de la armada, logrando que lo condenaran por dichos abusos sexuales en 2014 luego de organizar escraches y movilizaciones contra la base naval de la Armada de Mar del Plata, acciones de las que Las Rojas participamos activamente.

[ii] El capítulo III apartado D de la Ley que prohíbe fumar en CABA dicta que “Instruir al personal de seguridad del ámbito del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de los efectores públicos y privados y establecimientos educativos para que comuniquen al público al ingresar y durante la estadía de personas que no podrán permanecer en las instalaciones si violan estas disposiciones”; pero no se dice nada sobre multar al fumador ni mucho menos de llevarle detenido.

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