Cierre del punto sobre la Situación Política del Plenario Nacional de Cuadros del Nuevo Mas

Por Roberto Sáenz, Hotel Bauen sábado 2/12

Presentamos a continuación el cierre del punto nacional del Plenario Nacional de cuadros que realizó nuestro partido el sábado 2 y domingo 3 pasados donde, frente a cien delegados y una barra partidaria de más de doscientos militantes, con la participación del compañero Catatao[1] dirigente del MAIS de Brasil en el punto sobre situación política. En el mismo se tomaron resoluciones para encarar las tareas que demandará la realidad polìtica en el próximo periodo.

 

Se nota en este plenario un entusiasmo tremendo. El partido está para más, está en ascenso. Se trata de una organización todavía básicamente juvenil pero, como se apreció en el debate, está a punto de trascender sus límites, de ir a una organización de vanguardia hecha y derecha, con vínculos más estrechos con los trabajadores. De ahí que tengamos condiciones reales para ir a un gran plenario sindical del Nuevo MAS a comienzos del próximo año, una de las resoluciones principales que vamos a votar en este evento.

El partido es la relación que tenemos con la realidad, o sea con la clase: con los trabajadores, con la juventud, etc. Y eso no es cualquier cosa: es una conquista inmensa de este partido, inmensa, un partido que puede colocarse a un plazo mediano, transformarse en un verdadero partido de vanguardia. De ahí, insisto, el dinamismo, el entusiasmo, que se nota en este evento.

Voy a intentar partir del reflejo de la discusión del día de hoy para sacar conclusiones. Porque siempre es muchísimo mejor el plenario, aun con todas las cosas, con los límites, con la juventud y con los grandes que aportan, que las discusiones más limitadas en el CC, en la CP.

 

El intento de desafiar relaciones de fuerzas históricas

 

Se trata de algunas definiciones que permiten avanzar un poco más por sobre el documento nacional. Primero, una definición que es bastante clara: hay una ofensiva global, con más, con menos, midiendo, hay un triple intento de desafío del gobierno a las condiciones creadas. Triple intento. Hay un intento de desafío a las relaciones de clase en la Argentina; intento de desafío. ¿Datos, compañeros? Por ejemplo: el 37% de sindicalización de la clase obrera en la Argentina. Es uno de los índices más altos internacionalmente. Esto a pesar de la precarización, de las dificultades, de las “siete clases obreras” de las que hablaba R. Por ejemplo, Francia, que tiene tradición combativa, y que la presentan como un país de “irreductibles sindicalistas”, no llega al 10% de sindicalización. Argentina, 37% de sindicalización, menos del 10% de desempleo: ¡es una conquista inmensa!, son relaciones de fuerzas, ¡hay que desafiarlas! Macri las quiere desafiar. Pero hay que romper eso, no es tan fácil. Argentina tiene comisiones internas y cuerpos de delegados; Brasil tiene una clase obrera inmensa, pero no tiene comisiones internas ni cuerpos de delegados. ¡Hay que quebrar eso, no es tan fácil! Son relaciones de fuerzas estructurales, históricas. El grado de sindicalización del movimiento obrero viene de antes del 83, no lo quebró ni la dictadura militar, viene de la época del peronismo. Se coptó a la clase obrera, pero se le permitió sindicalizarse; cosa que también registraba Nahuel Moreno, entre otros dirigentes de la tradición del trotskismo argentino. Y esa clase obrera, que hace a lo que los burgueses todavía llaman “la maldita Argentina peronista”, está ahí, aun con la burocracia.

Segundo elemento de mediación: no puede ser que grupos relativamente pequeños de la izquierda corten habitualmente la 9 de Julio a las 7 de la mañana. Pero por ahora se la cortamos. No existe eso internacionalmente, compañeros. En Francia están los robocops, que te palpan en el subte antes de llegar a la marcha. Ale, nuestro querido Ale, tenía la preocupación como inmigrante al ir a las marchas de que no lo agarraran en el subte. ¡Y en la Argentina, con los jóvenes del Nuevo MAS, se nos ocurre y les cortamos la 9 de Julio! Y otras organizaciones con algunos cientos les cortan también la 9 de Julio. ¡Esas son relaciones de fuerzas forjadas; hay que quebrarlas. El gobierno las quiere quebrar, pero no las quebró aún!

Una tercera conquista: en la Argentina lo más decadente son las Fuerzas Armadas. No es igual en Brasil, no es igual en Chile. Son las relaciones de fuerzas del 83. La definición de la vieja corriente morenista era exagerada. Pero hay algo de verdad en que las Fuerzas Armadas quebraron; aunque estno no es extendible a Prefectura, o Gendarmería; las fuerzas de seguridad están más prestigiadas. Pero las Fuerzas Armadas siguen desprestigiadas.

El gobierno viene a intentar desafiar esas relaciones de fuerzas y tiene un plan global. Yo me puse una palabra por acá que era “forzar”. El gobierno tiene que ir más allá de la inercia de las cosas, porque el movimiento inercial es la Argentina donde se cortan las calles, la Argentina igual capitalista, no es anticapitalista el proceso, pero el gobierno tiene que forzar esas relaciones de fuerzas creadas.

 

Preparar al partido para choques sociales de magnitud

 

De ahí viene la naturaleza del ataque, es profundo, responde a una lógica de clase, el intento ahora de unir más el carácter del gobierno con el carácter de su política: el gobierno empresarial tiene que ser más consecuente con lo que es su naturaleza, de ahí las contrarreformas que intenta hacer pasar Macri.

Pero no es fácil dar vuelta esa relación de fuerzas. Está la situación en América Latina, el giro, pero también está la especificidad de cada país, de cada conquista, y el hecho de que al mismo tiempo es una pelea abierta.

Es una pelea abierta también en Honduras. Hay fraude en Honduras, y explotó el país. Hay Estado de sitio y está a la derecha. Pero por abajo hay de vuelta una explosión popular, saqueos, etc., una suerte de rebelión popular.

Entonces hay una complejidad, hay un giro a la derecha mundial, un giro a la derecha regional, pero hay unas relaciones de fuerzas creadas que horadarlas es una batalla.

Ahí entra el problema del choque, para qué escenario se prepara el partido. Si vienen por todo y pasan por adelante y no hay resistencia, bueno, listo, haremos cursos, compañeros. Pero es un error preparar al partido para eso; yo prefiero prepararlo para enfrentamientos duros. Y esa es la primera prueba del partido: prepararse para enfrentamientos duros, “ponerse las zapatillas”, no ser idiotas. Porque los tipos atacan por la periferia pero atacan duro: lo del Hospital Castro Rendón es grave. Por supuesto que todo lo de la comunidad mapuche es grave. No es lo mismo la comunidad mapuche en Esquel que en Bariloche, no es lo mismo. Pero entrar a los tiros al Castro Rendón, que es un hospital, es más grave. Pero después hubo un parazo.

Hay todo un tema que tiene que ver con ese intento de forzamiento de las relaciones de fuerzas por parte de un gobierno acicateado por una situación económica que tiende al deterioro, en esa carrera de tiempo antes de que se le vaya todo al carajo. Va a producir choques. Atentos que igual tiene mediaciones a su favor el gobierno, después lo voy a decir. Pero lo primero es eso: una serie de relaciones de fuerzas que siguen haciendo a la Argentina un país, desde el punto de vista burgués, bastante maldito. No es anticapitalista, no hay radicalización en el sentido clasista como la experiencia del PT, ni política hacia la izquierda (aunque hay simpatía por la izquierda). Pero es un país maldito desde el punto de vista burgués porque hay muchas mediaciones. El propio peronismo histórico fue una reabsorción burguesa pero que se vio obligado a ceder conquistas inmensas a la clase obrera: contradicción histórica.

Eso hay que entenderlo, no para ser facilistas: viene un ataque brutal. Pero tiene que ver con el conjunto de dificultades, mediaciones, desafíos, y con el choque de unas relaciones de fuerzas, si es que los tipos van hasta el final.

 

La tarea de despejar la confusión de la clase obrera

 

¿Cuál es la primera dificultad que enfrentan los trabajadores para un escenario de lucha? Saltó acá en la discusión: la heterogeneidad de percepciones que hay en la clase obrera; no tiene una percepción unificada la clase obrera sobre lo que está pasando. Eso es lo más global. Tiene una “cacofonía de estupideces” que le dicen distintos actores: el macrismo, el kirchnerismo, la burocracia sindical, etc.

Hay dos elementos del giro a la derecha en la Argentina: uno es la clase media (volveremos sobre ella más abajo). Pero hay otro elemento más estructural, que hace dos años venimos discutiendo y que no termina de modificarse, que creíamos que empezaba a modificarse a mitad de este año, pero que al final no se concretó, que es la incomprensión que tiene la clase obrera acerca del carácter del gobierno: el hecho de que no haya empezado del todo una experiencia de la clase obrera con el gobierno.

Ese elemento, que tiene que ver con el carácter inicial y desparejo de la comprensión de nuestra clase, hace de las cosas una “arena movediza”. De repente hablás con un trabajador: “che, me encanta la zurda”, ah, bárbaro; pero viene otro en seguida y te dice “no, mirá, los mapuches…”, o “están los zurdos, la vienen a pudrir, los desocupados para qué están”. Y después pasa un prole K indignado, enojado, viene con buena onda y te dice “me tiene cansado Cristina”, y si pasa uno desmoralizado, “uh, la gente los votó…”. Eso puede ser que te ocurra con diez obreros en la puerta de una fábrica, no tenés una cosa unificada, tenés toda una cacofonía de representaciones de las circunstancias.

Ese elemento de confusión también es distinto que en Brasil, donde hay un retorno de sectores de la clase trabajadora al lulismo. Acá es más complejo, porque tampoco el kirchnerismo es el lulismo, estuvo más a la “izquierda” el lulismo, pero el kirchnerismo fue y es un fenómeno burgués de la a a la z, mientras que el PT fue o es un fenómeno “burgués-obrero” u “obrero burgués” reformista, una representación política en su momento de la clase obrera. Cristina no. No es exactamente la misma posición si Lula va preso que si Cristina va presa, son razones un poco distintas; en el caso de Cristina depende de por qué razón iría presa; aunque no veo tampoco que vaya presa porque tampoco en eso Argentina es igual a Brasil, acá es todo más controlado y más mediado.

Entonces, tenés una primera mediación que es esa heterogeneidad de percepción que hace muy difícil tener una orientación única, aunque hay cosas. Por ejemplo, a mí la voz de “organizáte con la izquierda para luchar contra Macri” me gusta, porque damos por sentado, aunque no tenga todavía un gran peso orgánico, el peso político que empieza a tener la izquierda en la clase obrera.

 

El qué hacer político más elemental

 

El segundo problema, la segunda mediación, es la burocracia y el kirchnerismo. Hay una lógica profunda de clase. Lo pienso desde este lugar: el ajuste es brutal, es muy fuerte, y plantea un desafío a las relaciones de fuerzas. Enfrentarlo en serio tiene elementos que pueden ir por fuera del régimen político. Y el kirchnerismo dice “ah, entonces no”.

¿Qué quiere decir por fuera del régimen político? Que arrasa con la mediación y va al enfrentamiento callejero directo. Eso la burocracia no lo quiere. De todas maneras hay matices, tenés un lío con la burocracia. Pero en la burocracia mayoritaria tenés una mediación, una traba, un impedimento.

Mediación es un concepto que se refiere tanto a lo que impide como a lo que facilita, resume las dos cosas: inhibición y facilitación. Inhibición: el triunvirato que no convoca; “facilitación”: Pablo Moyano y compañía, vamos al Congreso. Cuando decimos mediaciones decimos todo eso. Por eso también hacemos política con las mediaciones, y no les vemos una sola cara como hacen el PO y las corrientes ridículas como el PSTU en Brasil, que es igual o muy parecido: un curso político sectario-oportunista.

Entonces, hay una realidad también compleja en la burocracia, quizás también es correcto decir que no toda la burocracia está en el mismo andarivel, estamos viendo la emergencia de un sector burocrático opositor. Pero opositor es una cosa, romper los límites del régimen es otra. Eso también es una complejidad. El otro día el acto fue importante, pero obvio, no anunciaron nada, qué van a anunciar.

Por supuesto que también hace al quehacer político más elemental de los marxistas comprender esas mediaciones, en lo que inhiben y en lo que facilitan: unidad de acción, exigencia, denuncia, organización independiente; es un combo: nunca es solo exigencia o solo denuncia.

Pero bueno, entonces tenés ahí una ofensiva que tiene que vérselas con condiciones creadas muy fuertes en la Argentina, históricas, y tenés dos dificultades que son la confusión de la clase obrera, el problema de la burocracia, y también la clase media que no habíamos abordado más arriba: esa definición clásica de situación política que depende de adónde va la clase media. Está dividida acá: hay un sector que es progre, son los K, que está llorando pero no es de derecha, y hay un gran sector de la clase media que también se expresa en Brasil y en otros países, que está a la derecha: “a los mapuches hay que matarlos a todos”, etc. El gordo Lanata es su representante fiel, o la Carrió, que supieron ser centroizquierdistas, reflejan que la clase media oscila, es así. La clase obrera es distinta, tiene confusiones, es más complejo, pero la clase media oscila: se movilizó a la una de la mañana contra el Estado de sitio de De la Rúa en el 2001 y ahora te dice “mapuche” como un insulto…

 

El partido se forja en la lucha  

 

De la discusión surge la ofensiva del gobierno, y le agregamos para que el partido sea realista, no facilista, pero que tampoco se impresione, los elementos de relaciones de fuerzas creadas; choque duro, preparar al partido, saber que puede haber una lucha de clases más dura, con más enfrentamientos, con algunos compañeros y compañeras muertos, puede ser así si el gobierno va hasta el final.

Léanse el texto de hoy de Eduardo Fidanza. Dice “¿Adónde quiere ir el gobierno?”. Lo graficó muy bien Patricia Bullrich en su última conferencia de prensa: “tiene carácter de verdad lo que dice Prefectura”, “se acabó la Argentina del mundo del revés”, “no aceptaremos órdenes ilegales de la Justicia”… todo eso hace a lo que se viene, a preparar al partido no para un paseo; puede ser que esto tarde, que haya mediaciones, pero en algún punto la sangre llega al río, a veces por el lugar menos esperado. En algún punto te encontrás con tu enemigo, y ahí es la guerra, así funcionan las relaciones de fuerzas.

Entonces: confusión de la clase obrera, división de la clase media y la burocracia sindical, con un sector que se desplaza “a la izquierda”, y los K que se desplazan a la derecha (la dirección, no la base K). Todo eso compone una coyuntura política, que puede hacer a una nueva situación depende para dónde vaya: por ahora está yendo para la derecha, vamos a ver qué pasa.

Hay una tercera conclusión: hay que tomar contacto con más sectores de los trabajadores. En ese sentido se habló mucho en este plenario del periódico. También poner en valor las estructuraciones cuidando de no quemar a los compañeros.

Hay una cosa que venimos postergando que es la campaña nacional contra la ley laboral. Y está el plenario sindical del partido el año que viene, el piqueteo en puerta de fábrica, hay cuatro o cinco cosas a resolver para que el partido multiplique su giro hacia la clase trabajadora.

Por supuesto está el andarivel democrático. El partido fue vanguardia en la pelea por Santiago Maldonado, al punto de movilizarnos solos el día que apareció lamentablemente el cuerpo de Santiago, porque el FIT se negó a movilizar y fue una capitulación. No vamos a exagerar las capitulaciones, pero esa lo fue: ceder ante la presión de la opinión pública. No somos una secta que dice cualquier cosa; pero cuando hay una capitulación no se puede dejar pasar.

Construir partido: hay un capital político acá inmenso, el partido está en franco crecimiento, hay que ser muy responsables, paciencia, maduración. Tampoco el partido va a madurar sólo discutiendo, no es una biblioteca esto: se madura en la lucha de clases. No somos intelectuales; estudiamos, nos formamos, pero somos militantes revolucionarios, y la forja es en la lucha. Ahí tenemos que llevar al partido.

 

[1] En el próximo número de Socialismo o Barbarie se publicará el saludo que dirigió al Plenario el compañero Catatao.

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