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Balance de las elecciones estudiantiles en la UNLP

Terminadas las elecciones estudiantiles en la Universidad Nacional de La Plata el panorama para el movimiento estudiantil es conservador en dos sentidos: no han habido cambios significativos y, donde los han habido, han sido desplazamientos a derecha.

El movimiento estudiantil frente al gobierno de Macri

Tras el triunfo del macrismo en las elecciones legislativas, el panorama político mostraba un país dividido entre dos tendencias contrapuestas. Por un lado, de manera predominante, la tendencia reaccionaria de apoyo al gobierno, y por el otro la tendencia que, apoyada en la movilización por Justicia por Santiago Maldonado, resiste y enfrenta los ataques reaccionarios del macrismo.

En la Universidad Nacional de La Plata, la tendencia progresiva todavía se expresa de manera mayoritaria pero algo que nadie ha dejado de mencionar con preocupación es el avance de la Franja Morada, que año a año aumenta paulatinamente su caudal de votos montándose sobre el éxito electoral del macrismo y en el proceso de desmovilización en el que han sumido al movimiento estudiantil el kirchnerismo, Patria Grande y el Miles.

Este año la Franja tenía la posibilidad de disputar tres Centros de Estudiantes: Arquitectura, Ingeniería y Observatorio. Finalmente logró hacerse sólo con el último, venciendo por escasos dos votos a un Inti muy debilitado, aunque quedó cerca en los otros dos y aumentó su caudal de votos en todas las facultades.

La pulseada abierta alrededor de la lucha por Justicia por Santiago podría haber sido el punto de apoyo del movimiento estudiantil para hacer retroceder la tendencia reaccionaria y con ella cerrarle el paso a la Franja Morada. Desde ¡Ya Basta! impulsamos desde el primer momento del caso la movilización por Santiago, y de cara a la marcha a 3 meses de su desaparición, que se superponía con el primer día de elecciones estudiantiles, nos jugamos con todo a realizar asambleas para que el movimiento estudiantil tomara en sus manos esta lucha, para que se levantaran las elecciones ese día y saliéramos de conjunto a luchar contra este gobierno reaccionario.

Cuando el kirchnerismo pide dejar gobernar


Vergonzosamente, quienes hoy son los primeros en llorar por el avance de la Franja Morada no hicieron nada para detenerla. El kirchnerismo, Patria Grande, el Miles y la CEPA, en vez de confiar en la lucha del movimiento estudiantil para enfrentar al macrismo y la derecha, le dieron la espalda. El claro ejemplo de esto es la Facultad de Ingeniería, donde desde hacía semanas era un secreto a voces que la Franja podía arrebatarle la conducción a la CEPA. En vez de apoyarse en la lucha estudiantil, la CEPA dejó correr las elecciones sin siquiera plantear que había que movilizar por Justicia por Santiago, ni hablar de levantar las elecciones.

Del mismo modo que el kirchnerismo montó una campaña del miedo cuando apareció el cuerpo de Santiago en el Río Chubut el 18 de octubre, llamando a no movilizar y metiendo miedo con una supuesta brutal represión que finalmente nunca ocurrió, las direcciones del movimiento estudiantil garantizaron que la lucha por Santiago no se metiera en las elecciones estudiantiles. Sólo un puñado de facultades levantaron antes sus elecciones, producto de la presión que desde ¡Ya Basta! hicimos en los cursos, en los pasillos, juntando miles de firmas en toda la Universidad exigiendo asambleas.

Las direcciones del movimiento estudiantil, los Centros de Estudiantes y la Federación Universitaria jugaron el triste papel de la burocracia estudiantil, tratando por todos los medios de contener al movimiento para que la lucha no se hiciera masiva y no hubiera organización desde abajo. Fueron, en otras palabras, garantes de la gobernabilidad para Macri y le allanaron el terreno al avance de los morados.

Lamentablemente, al igual que el 18 de octubre, el FIT volvió a demostrar que la única unidad de acción posible con los K es contra la movilización. No sólo no se sumaron a impulsar asambleas por la suspensión de las elecciones sino que de manera autoproclamatoria se adjudicaron el “triunfo” de que en algunas facultades se levantaran las elecciones a las 16hs, en línea con la maniobra del kirchnerismo para lavarse la cara. La parte en este caso se la llevó el PTS, que se quedó firme en las facultades hasta pasadas las 17hs. No vaya a ser cosa que se les escape un voto, aunque al final se le terminaron escapando varios.

La elección de la izquierda

Nuevamente en estas elecciones estudiantiles la izquierda fue dividida. A grandes rasgos se expresaron tres (o cuatro) espacios de la izquierda en la contienda: por un lado el FIT, que en muchas facultades ni siquiera logró hacer listas unitarias sino que se presentó como PTS más aliados (Insurrectos, Cauce) y PO más JG (Arquitectura) e IS (Psicología). Por el otro la izquierda no trotskista, centralmente Lupas y JG que venían de hacer lista común con Patria Grande en ‘Vamos’ en las legislativas, presentándose sin candidatura a Senadores Nacionales en apoyo a Cristina Fernández de Kirchner. Por último, la expresión de la izquierda clasista y unitaria que representamos desde el Nuevo MAS en ocho facultades de la UNLP. Lamentablemente producto del trabajo aun muy inicial del MST, la representación de la Izquierda al Frente por el Socialismo recayó centralmente sobre nuestra agrupación, pero tanto en Bellas Artes, donde habíamos hecho frente en 2016, como en Humanidades y Trabajo Social, donde el MST comenzó a militar este último mes, nos presentamos como Izquierda al Frente por el Socialismo.

Este escenario de fragmentación se debe en primer lugar al sectarismo del FIT, tal cual demostró desde comienzos del macrismo, oponiéndose a la unidad de acción contra el gobierno, y más específicamente en las elecciones nacionales, donde cruzó todas las barreras de clase para impugnar (sin éxito) a la Izquierda al Frente por el Socialismo, frente que conformamos desde el Nuevo MAS junto al MST y otras organizaciones. En la Universidad esta política se expresó en la ridícula campaña del PTS de que serían “la única izquierda”, cosa que a la luz de las elecciones, tanto nacionales, como específicamente en la UNLP, se demostró completamente falsa.

En línea con nuestra propuesta para la Federación Universitaria, desde ¡Ya Basta! expresamos la necesidad de anteponer la política a la rosca por cargos, proponiendo la conformación de una mesa política de la izquierda donde cada agrupación tuviera su representación y que se expresara en listas comunes de toda la izquierda clasista, donde se expresaran los matices existentes entre las distintas organizaciones.

Contrastante con esta propuesta fue el comunicado del PTS, donde llama a Insurrectos y Cauce a armar listas comunes pero no se dignó ni a nombrar a nuestra agrupación, que hoy por hoy expresa la mayor inserción orgánica y militante en el movimiento estudiantil platense. El PO por su parte, viene en un visible retroceso orgánico y militante producto de años de una orientación electoralera y oportunista que lo llevó directamente a perder sus agrupaciones en facultades importantes como Humanidades o Derecho.

El resultado de esta política sectaria y divisionista fue un retroceso general de la izquierda que, al igual que en las elecciones nacionales, perdió en la fragmentación la posibilidad de disputar no sólo el voto de todo un sector importante de compañeros que enfrentan al macrismo y la burocracia estudiantil kirchnerista, sino incluso de disputar representaciones como secretarías y consejeros que podrían haber sido puestas en función de la lucha por poner de pie al movimiento estudiantil para enfrentar los embates del macrismo.

En esa fragmentación el que más retrocedió fue el FIT. En Bellas Artes, donde el año pasado fue dividido obteniendo 547 votos el PTS y 584 votos el PO, obtuvieron este año tan sólo 852, mientras que nuestra lista aumentó de 329 a 399 votos, en una relación de 2 a 1. Similar fue el caso en Humanidades, de 647 votos que obtuvo en 2016 el PTS junto a Cauce y Lupas, y 197 que obtuvo el PO, este año el frente PTS, PO, Cauce arañó apenas los 531 votos. Es verdad que en esa facultad la emergencia de un nuevo frente (JG, Lupas, La Dignidad) colaboró a fragmentar el voto, pero aun en esa dispersión nuestra agrupación logró retener la mayor parte de la votación obtenida el año pasado en frente con la JG y conquistamos un nuevo delegado a la FULP.

Este escenario de crecimiento se registró también en Exactas, donde obtuvimos 54 votos, 20 más que el año pasado; en Derecho, donde los votos de la disuelta lista del PO fueron apropiados paritariamente entre nosotros (de 34 a 44) y el PTS (de 114 a 126); y en Trabajo Social, donde duplicamos la votación del año pasado a claustro, conquistando 44 votos, casi el 5% del total. En Ingeniería se retrocedió producto de la tensión por derecha que introdujo la Franja y, a pesar de la dispersión del voto que metió el PTS al presentar lista sin haber militado un día en la facultad, nos impusimos en la votación 55 a 52 votos. En Periodismo por segundo año consecutivo el frente Cauce-PTS se desplomó, obteniendo casi la mitad de los votos que en 2016 (de 146 a 76) y en el marco del retroceso más general de la izquierda nuestra votación pasó de 70 a 59 votos. Finalmente, en Psicología el retroceso de la izquierda fue generalizado, en nuestro caso conservamos más de 100 votos.

Mención aparte merece el caso de Trabajo Social, la única facultad donde existía una posibilidad real de que un sector de la izquierda (el frente Insurrectos, PTS, Cauce) recuperara el Centro. Al segundo día de las elecciones estalló una denuncia contra Ariel Píparo, referente de Insurrectos, por parte de una ex militante de la organización acusándolo de acosador y a su agrupación de encubridora, que precipitó que Insurrectos levantara su lista a claustro y abrió el camino a la victoria de un frente abiertamente pro papista (Miles, Funap, Movimiento Evita).

La completa falta de perspectiva política a la hora de enfrentar los problemas de la realidad, entre ellos el problema del patriarcado, llevó a que Insurrectos, una agrupación que venía acercándose a la izquierda clasista, apoyando conflictos obreros como el de la Línea Este, no sólo no diera una respuesta política a la denuncia por parte de la compañera, sino a que encubriera el caso de manera escandalosa.

El movimiento estudiantil se debe poner de pie contra el ‘Reformismo Permanente’ de Macri

El gobierno ya anunció su plan de guerra contra los trabajadores, las mujeres y la juventud. La reforma laboral, tributaria, fiscal y educativa son un verdadero ataque en todos los frentes contra la clase obrera y los sectores populares. Pero un ataque tan grande no puede ir sin respuesta.

El movimiento estudiantil demostró una y otra vez tener importantes reservas de lucha para salir a enfrentar al macrismo y este ataque generalizado seguramente lo convocará nuevamente a las calles junto a los trabajadores, junto al movimiento de mujeres y junto a los miles que luchamos por los Derechos Humanos.

Para hacerlo deberá sacarse de encima a la burocracia estudiantil que lo retiene como un ancla para no tomar las calles. Es la tarea de la izquierda colaborar a que la organización independiente del movimiento desborde a sus direcciones y le imprima un nuevo rumbo a la lucha contra el gobierno.

Pero la izquierda no puede continuar arrastrando las mismas inercias que año a año nos hacen retroceder frente a las burocracias sindicales y estudiantiles. Para impulsar asambleas, clases públicas, marchas, cortes y piquetes hay que desterrar el sectarismo en la acción, el oportunismo y la autoproclamación electoralera del prontuario de la izquierda. Para pelear la dirección del movimiento estudiantil, para más temprano que tarde recuperar los Centros de Estudiantes y ponerlos al servicio de la lucha, el objetivo de la izquierda no puede ser otro que derrotar el plan de guerra de Macri. Y en función de eso impulsar la lucha, desde la más intransigente independencia política, con todos los que estén dispuestos a tomar las calles contra el gobierno.

¡Ya Basta! UNLP

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