Después del rechazo en la Cámara de Diputados de la denuncia de corrupción pasiva contra Temer, presentada por la Procuraduría General de la República (PGR), el gobierno se fortalece para avanzar con sus medidas regresivas, pero la clase obrera y la juventud combativa no están derrotadas, lo que coloca para el segundo semestre posibilidades de una nueva reanudación de la polarización política en las calles.

Un gobierno blindado por el podrido sistema político

Incluso pesando sobre Temer fuertes evidencias de que está en el centro de sórdidos esquemas de corrupción, formación de cuadrilla y lavado de dinero durante el ejercicio de la Presidencia de la República -sacando la participación en otros esquemas durante sus dos mandatos como vicepresidente y durante los otros cargos que ejerció-, la denuncia ofrecida por la PGR fue rechazada por la Cámara de Diputados.[1]

Temer obtuvo esa victoria táctica porque la mayor parte de ese Congreso fue elegida con dinero originado en los esquemas de “caja dos”, propinas y favorecimiento de las grandes empresas. Es decir, están involucrados en los mismos sórdidos esquemas de Temer, por lo que su alejamiento alimentaría el proceso investigado que podría llegar a estos mismos representantes burgueses corruptos. Entonces, se trata de una decisión que obedece a la lógica mafiosa en la que los comparsas intentan protegerse a cualquier costo de investigaciones y posibles penalidades.

Sin embargo, la cuestión va más allá, esos diputados financiados, legal e ilegalmente, por los grandes empresarios, representan de manera fiel los intereses materiales de la clase dominante. A pesar de estar dividida en relación con la viabilidad de mantener a Temer al frente del gobierno federal, la mayoría de ella prefiere la permanencia del gobierno, pues un alejamiento podría poner una coyuntura política aún más inestable, el recalentamiento del movimiento por elecciones directas y la lucha contra las «reformas».

De esta forma, los representantes del gran capital, incluso comprando un tremendo desgaste político con el rechazo del pedido de juicio contra Temer, prefieren, por ahora, dar apoyo al gobierno. Sin embargo, nuevas denuncias están siendo preparadas por la PGR, nuevos hechos pueden surgir contra Temer y, además, no está descartado que el movimiento de masas en el segundo semestre vuelva a jugar un papel importante en el desenlace de la crisis política.

Contrarreformas económicas y políticas

Como parte de la ofensiva total contra la clase trabajadora, se tramita en el Congreso Nacional la propuesta que instituye el voto distrital, la cláusula de barrera y la financiación pública de campaña.

Con el voto distrital simple -llamado «Distritão»- tendría fin el voto proporcional. Estos son los votos de leyenda que permite a los partidos obreros (PSOL y otros), incluso en condiciones extremadamente desiguales de disputa electoral con los partidos burgueses, elegir representantes. Al pasar esta propuesta, estos votos ya no se computarán.

Con la cláusula de barrera, los partidos que no alcanzan determinado porcentaje de votos pierden tiempo de TV, financiación pública y legalidad. Con el fondo electoral, inicialmente 3,6 mil millones de Reales -además del fondo partidista ya existente- las candidaturas y los partidos que representan los intereses de la ínfima minoría de la sociedad tendrán aún más acceso a los fondos públicos.

Como podemos ver, esta contrarreforma política tiene por objeto impedir la representación en el parlamento de los legítimos representantes de los trabajadores, colocarlos en la marginalidad, proteger y reelegir a los políticos burgueses involucrados en los esquemas de corrupción, alejando aún más a las masas de las decisiones políticas.

Sin embargo, la continuidad de las contrarreformas no queda sólo en el ámbito de la representación política. Gobierno, Congreso y clase dominante, tras el rechazo de la denuncia de la PGR contra Temer, se asoman para retomar la discusión y la tramitación de la «reforma de la previsión» en el Congreso.

Reforma que, sumada a la enmienda constitucional que impuso el congelamiento por 20 años en los gastos primarios[2] y el proyecto de ley que hizo retroceder históricamente la legislación laboral, acaba de constituir el trípode de las contrarreformas económico-sociales de este gobierno.

Éstas, sumadas a las «reformas políticas» en curso, significarán de conjunto, si se efectúan, un retroceso en las condiciones socio-políticas de los trabajadores y de los oprimidos.

Peor aún sería que fueran aprobadas sin que la clase trabajadora resista esos ataques, pues derrotas sin lucha tienen efectos aún más nefastos, pues tienden a ser más profundas materialmente y más duraderas en la conciencia de las masas.

Frente de Izquierda Socialista para luchar y combatir la hegemonía lulista

Es importante que se diga que el avance de las contrarreformas no se debe a la pasividad de las masas trabajadoras, de la juventud o de los oprimidos. En el caso de los sucesos de resistencia a la ofensiva reaccionaria marcaron el primer semestre, sectores importantes de la clase trabajadora acudieron a las calles en actos, marchas, huelgas, ocupaciones y otras formas de lucha, pero las maniobras de la burocracia acabaron por enfriar las luchas.[3]

Los trabajadores y la juventud no están derrotados y tienden a retomar la resistencia, a pesar de las maniobras de la burocracia sindical. En el segundo semestre, además de contar con la creciente indignación a las contrarreformas, sectores nacionales de peso entrarán en campaña por el salario, pudiendo así ser un punto de apoyo de la lucha contra el gobierno.

Las campañas de los gremios nacionales y de los pesos pesados ​​de la clase trabajadora son parte del calendario sindical nacional y ya han causado conmociones políticas en otros momentos.

Ahora estas campañas necesitan ser encaradas por los trabajadores como un punto de apoyo importante contra la ofensiva reaccionaria, un puente para que retomemos la lucha general por el “Fuera Temer”, contra sus «reformas» y por la construcción de una alternativa política de masas al lulismo. Así, proponer la unificación de asambleas, jornadas de luchas y huelgas, por ejemplo, puede ser una táctica fundamental para retomar masivamente el camino en la movilización directa contra Temer.

No podemos escapar al hecho de que los mayores gremios y el movimiento de masas todavía son dirigidos mayoritariamente por la burocracia. Por eso, no podemos prescindir de la más amplia unidad para combatir las políticas del gobierno.

Es necesario exigir de manera enfática y sistemática que los aparatos convoquen la resistencia contra Temer y sus políticas reaccionarias, y cuando no lo hagan, es necesaria la denuncia no menos contundente. Pero para que nuestra táctica de exigencias y denuncias sea efectiva y podamos a través de ellas disputar la hegemonía del movimiento de masas, es necesario que las organizaciones sindicales, populares y partidarias independientes, construyan foros que combatan la dispersión en que se encuentra la izquierda socialista.

Estamos hablando de una táctica de Frente de Izquierda que sirva para intervenir de forma contundente en el movimiento de masas, para que las tácticas de exigencia y denuncia alcancen sectores más amplios y desenmascaren a la burocracia.

Sin embargo, no podemos restringir la lucha inmediata, necesitamos construir una salida global hacia la crisis estructural y un programa alternativo al lulismo que falló como proyecto político alternativo al de la clase dominante.

Tampoco podemos hacernos al debate electoral, necesitamos construir una plataforma común de la izquierda socialista y nombres que puedan representarla en las elecciones, pues la burocracia ya está con “Lula presidente para 2018” con todo en la calle y la burguesía trabaja con dos o tres nombres y espera una definición más clara en relación a quien queda de pie tras el final de la Operación Lava Jato.

Justamente por la condición estructural de la realidad brasileña, es decir, la de que el movimiento de masas es dirigido ampliamente por una burocracia traidora, es que no podemos prescindir de la más amplia unidad entre las organizaciones sindicales, populares y políticas independientes de los patrones y del gobierno.

La unidad que no puede ocurrir de forma episódica, tiene que darse a través de foros más estructurales, frentes políticos y de lucha que sirvan para intervenir de forma eficiente en el movimiento de masas. Para que podamos hacer exigencias y denuncias contra la burocracia y que al mismo tiempo sirva para que la izquierda surja como alternativa política en la lucha y en las elecciones al lulismo.

El PSOL, por ser la mayor organización política del campo de la izquierda socialista, tiene una enorme responsabilidad en la actual situación política nacional. Su dirección precisa inmediatamente hacer todas las gestiones para convocar a las organizaciones de la izquierda socialista para iniciar los debates programáticos de la forma más amplia posible y para construir ese Frente de Izquierda Socialista, presentar su plataforma política, sus candidatos y sus armas.

Antonio Soler,
13/08/2017

[1] Para que el presidente ilegítimo pudiera ser investigado habría que tener al menos 308 votos favorables a la denuncia, lo que representa 2/3 del total de votantes de la Cámara de Diputados.

[2] Con esa enmienda constitucional se estableció que por 20 años los ingresos primarios, aquellos ingresos destinados a la salud, educación e infraestructura, deberán ser reajustados apenas de acuerdo como la inflación del año anterior. Es decir, queda fuera de ese congelamiento presupuestario el pago de intereses y amortizaciones de la deuda pública, la deuda fiscal de sectores del gran empresariado y otros beneficios al gran capital.

[3] Ejemplo cabal de ello en el primer semestre fueron las maniobras burocráticas en relación con la preparación, fecha y realización de la huelga general marcada para el 30 de julio. Sin embargo, la burocracia (sindical y política) no para ayudar al lado de allí. En la votación de la admisibilidad de la denuncia de la PGR, el PT y demás partidos de oposición burguesa al gobierno podrían no haber garantizado el quórum mínimo para la votación de la denuncia, sin embargo, prefirieron dar condiciones regimentales para que prosiguiera la votación, el resultado ya lo sabemos. Lo que demuestra que el posicionamiento de la burocracia lulista en relación con las banderas de «Por ningún derecho a menos», «Fuera Temer» y «Elecciones directas» no pasa de marketing político para disputar las elecciones de 2018, o sea, nada tiene que ver con disposición real de lucha.

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