Tras 9 días de paro, por el calamitoso acuerdo paritario firmado por UTA nacional que implicaba un aumento de salario de 8% hasta diciembre, los choferes de transporte urbano de la provincia de Córdoba, mediante asamblea, decidieron levantar la medida de fuerza.

Esta pelea histórica, todavía continua, por la reinstalación de las compañeras y compañeros despedidos. Pero desde el Nuevo MAS, que estuvimos presentes desde un principio, apoyando y brindando solidaridad a las trabajadoras y trabajadores en su lucha, queremos hacer un aporte que nos permitan sacar conclusiones y enseñanzas que va dejando esta heroica huelga.

En principio lo que hay que decir, es que es un conflicto muy difícil, porque el gobierno de Macri, con sus aliados provinciales y municipales, están decididos a reventar los salarios de los trabajadores. El plan es imponer montos paritarios miserables, para que las patronales sigan acumulando sus voluminosas ganancias.

Este plan es llevado a cabo también con la complicidad de la burocracia sindical de todos los colores. Roberto Fernández, Secretario General de la UTA nacional, en vez de ponerse del lado de sus afiliados, garantiza las paritarias miserables, amenaza con sacar los fueros sindicales a los delegados luchadores, transa con las patronales, y como si fuera poca la caradurez del nefasto burócrata, los llama “llorones”.

En un escalón más abajo, pero no por eso menos importante, se encuentra la actuación de las dos CGT de Córdoba. La CGT-Córdoba que conduce José Pihen y la CGT-Rodríguez Peña que conduce Mauricio Saillen, después de los 9 días de huelga de los choferes, no fueron capaces de convocar a un paro provincial para que ganen los choferes, dejándolos a la deriva y solos contra la gran alianza de los gobiernos y las patronales.

Pero ante la gran fortaleza de los trabajadores, que venían sosteniendo el paro de forma masiva, las patronales fueron más allá.

Primero mandaron intimaciones y telegramas de despidos a varios compañeros que venían participando de la pelea, y luego el intendente de la ciudad de Córdoba (Ramón Mestre) presentó un “plan de emergencia de transporte”, y con esto garantizó la salida de los coches conducidos por carneros y custodiados por la gendarmería nacional y la policía de Córdoba.

Pero ni los despidos, ni la militarización del transporte, quebraron a los trabajadores.

Estos lograron, después de esta durísima pelea, arrancarle al gobierno y las patronales, la firma de un acta acuerdo. En la misma los empresarios del transporte se comprometían a reincorporar a todos los despedidos, como uno de los principales puntos, y además a pagar los salarios caídos, entre otras cosas, a cambio de que los choferes levanten el paro.

A esto muchos de los compañeros lo vivieron como un triunfo, porque pese a que no era lo que fueron a buscar, se mantuvieron firmes y organizados, ante la descomunal embestida del gobierno nacional, provincial y municipal, junto a las patronales del transporte, y los medios de comunicación, que no pararon de escupir basura hacia los trabajadores, durante todo el conflicto, y claro la burocracia sindical, que actuó siempre para dividir y así doblegar a los trabajadores.

En estos momentos la patronal esta desconociendo la firma de ese acuerdo, y los despidos siguen firmes. Actualmente son alrededor de 150 despidos entre las 4 empresas de transporte de la ciudad. Los despedidos se encuentran acampando en la puerta de la seccional de UTA Córdoba, a la espera de una nueva reunión de negociación, y exigiendo que se respete el acuerdo firmado.

Desde el Nuevo MAS en principio queremos denunciar la militarización del servicio del transporte. Estos episodios se remontan a otras épocas, donde para derrotar al movimiento obrero se recurría a intervenciones militares. Hay que llamar a todas las organizaciones sociales y obreras a repudiar enérgicamente estos hechos.

En segundo lugar, la patronal denuncia como ilegales las medidas de fuerza tomadas por los trabajadores, y son ellos los que no respetan el acuerdo firmado, es un verdadero papel mojado para la patronal cuando les conviene.

Por todo esto hay que exigir más que nunca el paro provincial, por la reincorporación de los compañeros despedidos, por el 21 % y para sacarse a la burocracia sindical de encima definitivamente.

Nuevo MAS Córdoba

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