A partir de esta semana el país empieza a adentrarse en el inicio del año. Es que las maestras y docentes de todo el país comienzan a asistir a las escuelas a tomar exámenes y comienza a procesarse en las aulas la evaluación en torno a la oferta de la paritaria. El resultado de esta evaluación por parte de la docencia será crucial para lo que será la primera batalla del macrismo del año: si podrá doblegar a los trabajadores de la educación para imponernos un salario muy a la baja.

El año pasado, la alianza Cambiemos no logró sortear el inicio de año sin sobresaltos. Luego de largar un ataque a los trabajadores estatales, atravesó un paro y marcha nacional de ATE de importancia que mostró lo que sería la dialéctica de la resistencia desde abajo que enfrentaría cada vez que trate de dar un paso al frente en su plan de ajuste.

Pero cuando llegó marzo las cosas le fueron mejores: de la mano de la CTERA y la CGT encontró un aliado para evitar un conflicto docente en regla y un Paro Nacional que lo dejaría muy debilitado para un gobierno que recién estaba comenzado a dirigir los asuntos del país. Así, la paritaria 2016 fue sin grandes problemas para el macrismo: no hubo grandes luchas pero al mismo tiempo el gobierno no logró pisar a fondo el acelerador del ajuste salarial. Ese “gradualismo”, como se le llamó al ajuste dosificado que aplicó Macri durante 2016, le sirvió para asentarse políticamente pero dejando en el tintero la tarea de ir hacia un ajuste más fuerte en lo que hace a la rebaja del salario real del conjunto de los trabajadores. Ese “deuda pendiente” es lo que está ejecutando ahora mismo y tendrá a los docentes en el primer round del año.

El Clarín anuncia la guerra

En el día de ayer el diario Clarín señala que el gobierno “iría a la guerra contra los reclamos docentes”. Declaración significativa por el lugar de donde viene y en el momento presente. Se trata del diario de Magnetto, quien está recibiendo los favores del macrismo en el conflicto de AGR manteniendo militarizada la planta de impresiones de Barracas y jugando abiertamente por quebrar la organización de la planta de Pompeya. Es claro, entonces, que Clarín está oficiando como vocero oficial de Macri y es por eso que todos los días aparecen notas en contra de la docencia, buscando construir un consenso anti-docente para aislarnos en la sociedad.

Por lo que estamos en las puertas de un conflicto que no será puramente sindical. Macri no buscará sólo bajar el salario real de los docentes con la miseria del 18%, sino fijar un techo bien bajo para generalizar lo más posible al conjunto de los trabajadores del sector privado. Un favor que las patronales le piden y que es parte de las “tareas pendientes” de bajar los “costos” laborales para darle mayor competitividad a la economía. En caso contrario, si el macrismo cediera a una paritaria muy elevada se mostraría muy débil ante el movimiento de masas y no sería garantía suficiente para la patronal de que tiene la capacidad de representarla fielmente. Para un gobierno que se asienta fundamentalmente en la clase capitalista sería muy riesgoso no hacer lo que ella le dice a pie juntillas. Inclusive si en alguna medida choca con necesidad del macrismo de ganar las elecciones de medio término.

Así, Macri va a tratar de derrotar a la docencia a través de la imposición de un salario muy a la baja y con ese éxito político mostrarse como un gobierno fuerte que puede aplicar el ajuste. Sobre esa base y mediante un consenso político conservador que legitime un ataque a la docencia, ir hacia la contienda electoral.

Plan MM: ganar a la sociedad para derrotar a los docentes

La dificultad con lo que se enfrenta el macrismo para imponer un salario muy a la baja a los docentes se refiere a si podrá doblegar determinadas relaciones de fuerzas conquistadas desde el Argentinazo hasta el presente. Si podrá imponerle a un gremio con altos niveles de organización y experiencia de lucha un salario que deprima considerablemente sus condiciones de vida.

El otro obstáculo es más general y se refiere a la creciente percepción entre los trabajadores del curso anti-popular de la alianza Cambiemos. Nadie puede señalar una sola medida a favor de los de abajo, y sí contar decenas a favor de las empresas. La inflación no para de subir y los salarios están planchados: esta es una realidad muy tangible que va deshilachando día a día las ilusiones en un cambio favorable. Y al mismo hace que la justificación del ajuste a través del discurso de la “pesada herencia” también se diluya.

Con lo que sí cuenta a favor es un discurso reaccionario que no fue inventado por el macrismo. Se trata de esa idea de que los docentes somos vagos, que no trabajamos y que tenemos toda una serie de privilegios. Idea que fue la propia Cristina Kirchner quien se encargó de propagandizar años atrás en una apertura de sesiones del Congreso tratando de marcar la cancha en una negociación paritaria nacional. Y ahora el macrismo y los medios hegemónicos recogen y machacan día y noche con un objetivo claro: deslegitimar el reclamo de los docentes para aislarnos del resto de los trabajadores y poder derrotarnos.

Pero este discurso reaccionario y antiobrero no es lo único que anida en la sociedad. Como producto de la rebelión popular del 2001 se abrió un proceso de recuperación de fuerzas y conciencia política entre los trabajadores que aún perviven. Y que tiene su propio discurso, su propio consenso social a favor del respeto de los derechos sociales, a la necesidad de que el estado intervenga a favor de los trabajadores y los pobres, etc. Y esta tensión entre un consenso que refleja la fuerza de los trabajadores y otro que refleja las aspiraciones reaccionarias de la clase capitalista es lo que está dirimiéndose en la palestra política nacional y que será una pulseada de importancia en la paritaria nacional docente.

Ponerse el casco y salir a luchar

La declaración de guerra por parte del gobierno no puede subestimarse. Y debe ser tomada con toda la seriedad del caso: de no ponerse de pie de forma contundente los docentes podemos sufrir un grave retroceso en nuestras condiciones de vida. Si la CTERA y los gremios provinciales como SUTEBA sólo se van a limitar a un paro aislado serán cómplices directos de este ataque al salario. Hace falta ir preparando un Plan de Lucha Nacional que empieza por realizar asambleas en todas las escuelas del país, realizar Plenarios distritales y provinciales y hacerse de la fuerza necesaria para ir a una dura lucha en defensa de nuestra salario y la educación pública.

Eric “Tano” Simonetti, docente de la Corriente Nacional Carlos Fuentealba y el Nuevo MAS.

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