Luego del triunfo de los choferes hace un poco más de 20 días, decíamos que comenzaba un nuevo capítulo en la lucha; este capítulo comenzó con una tregua donde cada una de las partes  la usó para renovar fuerzas preparando el terreno para el segundo round.

El bloque patronal, gobierno y burocracia empezaron a pergeñar una nueva estrategia, luego de la grieta abierta por los choferes con medidas de lucha directa que desembocó en la cautelar, la patronal tuvo que reconocer en cierta medida la organización independiente de los trabajadores, sabiendo que lo de fondo no se resolvió y que esa transitoriedad le da a lugar a maniobras a su favor, en relación a que los 3 compañeros de los 5 que están para delegados hasta hoy permanecen afuera, aunque cobrando todo su salario. Como, por ejemplo, no reincorporando a dos contratados que estuvieron en la lucha, y dilatar primero la mesa de negociación junto con el Ministerio de Trabajo y la UTA para luego seguir dilatando la firma, una vez acordado el porcentaje (60% más premios) a cobrar de parte de los salarios caídos de los días en huelga, que sigue siendo la cifra de pago un subproducto de su lucha y no de las negociaciones de la UTA con el Ministerio y la patronal.

Por supuesto la UTA también tiene su trabajo dentro del bloque, que es la de hacer política en el seno de la empresa, el de tratar de encaramarse con los choferes nuevos que entraron a trabajar, que lo hacen en pésimas condiciones, como con los carneros rompehuelgas a los que la UTA agradeció mediante un cartel pegado en la empresa, por haber sostenido el servicio cuando los choferes luchaban en las calles, una muestra más de su carácter propatronal y pérfido. También la de mostrarse como dialoguista, y tratar de adjudicarse, por ejemplo, el acuerdo de los salarios caídos en huelga no sólo hacia adentro sino hacia el resto de las líneas de colectivos. Por supuesto, parte fundamental del campo de batalla también es pelear ahí en ese seno para que la burocracia no vaya ganando espacios y cabezas, porque su política es fortalecerse lo que más pueda e intentar, si se ve obligada a largar la elección de delegados, poder dar pelea en ese ámbito o esperar la resolución de fondo de la justicia, o ambos caminos que se encuentren en uno solo.

El gobierno de Vidal y Garro, a través del Ministerio de Trabajo, también trabajan día a día fortaleciendo el bloque contra los trabajadores. Su papel es terrible, porque ya en la primera parte del conflicto se mostró de qué lado iba estar, dándole la espalda a los choferes y amparándose en el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que los únicos que pueden llamar a huelgas son los sindicatos y no los trabajadores organizados de manera independiente, la única representación legal era la de la UTA, pero que no falla a favor de los trabajadores cuando como Ministerio de Trabajo tiene la potestad de intervenir y obligar para que la UTA llame a la elección de delegados. Pero no sólo eso sino que, como decíamos más arriba, en el segundo capítulo se la pasó dilatando cada negociación, tardando en llamar la mesa de diálogo para resolver los salarios caídos de los días de huelga, así como ahora dilatando la firma del acuerdo salarial jugando con el bolsillo y las necesidades económicas básicas de los trabajadores.

Al momento de cerrar esta nota, los trabajadores en asamblea decidieron comenzar con medida de fuerza que consiste en trabajo a reglamento, tal cual dice el estatuto y las leyes de tránsito para el transporte de pasajeros, por tiempo indeterminado. Esta medida el efecto que consigue es la de atrasar los servicios, sin hacer paro, es un buen inicio para empezar a retomar el camino de la lucha y preparar el terreno, es el comienzo del segundo round, porque a la acción de los trabajadores hay una reacción y la patronal, ni lenta ni perezosa, para desarmar la medida decidió dar francos a muchos choferes y al resto de los trabajadores en lucha ponerlos en un solo ramal para que no se sienta la medida, poniendo a trabajar más horas a los mulos carneros y a los choferes nuevos para cubrir los servicios lo mejor posible. Por supuesto, el round recién comienza, día a día se irá viendo quién tuerce el brazo a quién y planteará si los choferes deberán profundizar las medidas.

La coyuntura política internacional y nacional pone al gobierno de Macri, Vidal y Garro en un apriete, porque las patronales han llevado el ajuste mucho más allá que el propio gobierno nacional, que también, más temprano que tarde, sabe que debe ir a una lucha directa con los trabajadores para ponerse a tono con lo que les prometió en las diferentes reuniones con las principales patronales, garantizarles mano de obra barata y condiciones laborales esclavistas, que garanticen sus ganancias, pero en estos momentos de fin de año el gobierno ha mostrado que no quiere terminar el año empezando el ajuste, quiere paz social. Desde el Nuevo MAS vemos entonces que es un momento crucial para denunciar al gobierno y al bloque en su conjunto, de la responsabilidad de que se solucione el conflicto si realmente quieren paz social. Entonces para los choferes de la Este puede ser un camino para redoblar el camino de la lucha para seguir rompiendo esa grieta abierta y conseguir todos sus reclamos, prepararlo para conseguir la victoria, ahora que el gobierno ha decidido dar una tregua y no está dispuesto a pelear hasta el final, tregua que no va ser eterna, que se aplazará seguramente hasta el 2017.

Sebastián Viborg

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