Temas: ,

 

Después de un mes de conflicto en Bimbo Pilar y de haber conseguido la conciliación obligatoria mediante el paro y piquete, el lunes 24 de octubre venció el plazo establecido y  la empresa se vio obligada a reincorporar a 20 compañeros (a condición de sacarlos de Bimbo y enviarlos a otras plantas en Pacheco y Villa Tesei)  sobre un total de 107 que había despedido.

Recordemos que los compañeros lograron llevar adelante el paro (elemento que fue imprescindible para la unidad de los despedidos y los no despedidos)  imponiéndole al sindicato y a los delegados de la Verde, en asamblea, el bloqueo, lo que desencadenó una brutal represión y junto con eso la conciliación dictada por el Ministerio de Trabajo, que buscaba lavarse las manos hasta que no dio para más.

Durante el tiempo que duró la conciliación, la empresa aprovechó para llenar de miedo y presiones a los compañeros, amenazando con irse “marcados” sin la posibilidad de conseguir otro trabajo en el Parque y cosas por el estilo, además de ofrecer indemnizaciones al 200%, estrategia que le fue útil a la empresa a la hora de conseguir que 87 trabajadores terminaran arreglando.

El rol del sindicato (STIA provincia de Buenos Aires) se ha esclarecido: jugaron para la patronal desde el primer momento, intentando quebrar las medidas de lucha votadas por la asamblea. En medio de este proceso, su tarea fue repetir el discurso de la patronal, metiendo miedo y dividiendo la unidad lograda por los compañeros para llegar al final de la conciliación lo más desgastados posible.

 

Prepararse para lo que viene

 

Es un hecho que la empresa ha conseguido al menos parte de su objetivo de sacarse de encima a un grupo importante de trabajadores. Esta ofensiva por parte de la empresa puede tener continuidad en lo inmediato o en el mediano plazo mediante distintas vías: aumento de los ritmos de producción (de hecho es probable que intente continuar produciendo la misma cantidad con 87 personas menos), persecución a los compañeros, o incluso nuevos intentos de despidos. Es imprescindible desconfiar de las promesas patronales que no van a haber nuevos despidos, que en general buscan amansar a los compañeros.

Pero a su vez se plantea una nueva tarea. La experiencia llevada adelante por los compañeros con la conducción burocrática puede abrir la posibilidad de ganar los delegados de planta que aún están en manos de la Verde y poner la Comisión Interna en manos de los trabajadores.

El avance de los trabajadores debe ser medido en conciencia y organización. Sin lugar  a dudas el avance en la conciencia de que la conducción del sindicato juega para la patronal es una conquista rotunda. Pero esta conciencia debe hacerse carne, transformarse en organización mediante la recuperación de los delegados que hoy están en manos de la Verde.

Esta es la mejor forma de defenderse de la patronal, que bajo el gobierno antiobrero de Macri intentará renovar los ataques a los trabajadores. No hay que bajar la guardia. Ahora más que nunca es necesaria la unidad y el alerta ante cualquier nuevo intento de ataque, con miras a recuperar nuestros organismos gremiales.

 

Corresponsal

Dejanos tu comentario!