El jueves 10 la ciudad de La Plata amaneció paralizada. Pese al intento de algunas patronales de ir a buscar casa por casa a los trabajadores, o de obligarlos a llegar al trabajo por medios particulares, el paro se impuso de manera determinante. La estación de trenes se cerró, la terminal de ómnibus y las calles estuvieron desiertas. La contundencia no fue sólo porque hubo piquetes, o porque paró el transporte, hechos que efectivamente ayudaron a la jornada, sino que además muchas asambleas de trabajadores votaron parar: las escuelas cerraron, los organismos estatales también, porque fueron los trabajadores los que decidieron plegarse a la huelga.

El carácter activo del paro se concretó con un corte por la mañana en la bajada de la autopista, garantizado sobre todo desde la militancia de izquierda: una importante columna del Nuevo MAS, el PO, la CCC, el MST y otros grupos se hicieron presentes. También participaron delegaciones del SUTEBA de La Plata y Ensenada, judiciales, reparticiones estatales y del Astillero. Fue una jornada de lucha vista con simpatía por los vecinos pese a la campaña anti piquetes lanzada por todos los medios burgueses.

La contundencia de la huelga demostró la bronca y el malestar que se viene sintiendo desde el conjunto de la clase trabajadora, aunque haya sido un paro que, como venimos diciendo desde estas páginas, llegó tarde, porque debería haberse llamado momentos después de la devaluación y el brutal ajuste que desató el gobierno, empalmado con la histórica huelga docente de principios de marzo. Esto hubiera dado un canal de lucha en defensa del salario y hubiera servido como una instancia de unificación para todos los que estábamos peleando contra el ajuste. Pero claro, la burocracia cuida ante todo la gobernabilidad burguesa, y si bien tuvo que llamar al paro porque la bronca ante el ajuste se lo impuso, lo va haciendo “por cuotas”, cuidando que entre lucha y lucha se enfríen un poco las cosas.

Pero definitivamente, después de una jornada de semejante dimensión, se abre un escenario con otras posibilidades. Por eso los luchadores y sectores antiburocráticos tenemos planteado un desafío: los trabajadores nos vienen demostrando que este es un año de lucha, que hay que salir a enfrentar el ajuste de Cristina en las calles y en unidad, y por eso debemos encontrarnos todos en la Plaza de Mayo, uniendo las luchas que la burocracia se juega a aislar, con un gran acto contra el ajuste K este Primero de Mayo.

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