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Noticias de Macrilandia XXVI –

El Presupuesto 2017, un mercado persa – El FMI no come vidrio – Un peligroso liberalismo comercial – Una “reparación” invisible – Una alcancía pequeña, pequeña

 

Continúa en el Congreso la negociación del “responsable y realista” (según el macrismo) Presupuesto 2017. Entre las previsiones “realistas” debe estar el aumento del 43% en la obra pública, teniendo en cuenta las elecciones de 2017 y la pereza de las inversiones, pero no queríamos dejar pasar un cuadro enternecedor. Lo que el gobierno y los sátrapas provinciales del PJ llaman “el regreso del juego institucional” no es otra cosa que una vulgar subasta de votos parlamentarios. Uno de los reclamos de los gobernadores era la modificación a la ley de responsabilidad fiscal (votada en los albores del kirchnerismo, en 2004) para dar vía libre al endeudamiento provincial. También más obras públicas provinciales. Ahora se agrega un aumento del 30% a las transferencias automáticas del Estado nacional a las provincias. No, si en la era PRO billetera mata todo lo demás.

 

Sigamos con las cifras “realistas”. El Presupuesto 2017 estima una inflación del 17%, pero ni las consultoras locales ni el propio FMI comparten tanto optimismo. Las consultoras dan un piso del 21%, mientras que el FMI estima que este año la inflación será del 40%, y en 2017, del 23%. Además, el FMI calcula que la recesión de este año será más profunda, y la recuperación de 2017 menos sólida, de lo que promete el gobierno, tanto en términos de PBI (2,7% para 2017) como de índice de desempleo (que bajaría al 8,5% desde un alto 9,2% para 2016). Aclaremos que el Fondo y sus funcionarios, en su informe del “artículo IV” que este año el macrismo permitió, se deshacen en elogios al “rumbo económico”. Pero una cosa es reconocer la buena voluntad y otra validar números dudosos.

 

Y hablando de números contrarios al discurso oficial, veamos los del comercio exterior. Ya no se trata sólo de que el volumen de exportaciones e importaciones sigue cayendo, sino que ahora se agregan tendencias alarmantes. Entre enero y agosto, aunque las exportaciones cayeron un poquito, un 1,8%, la caída fue mucho más fuerte en las industriales (-13%), en particular en la industria automotriz, química y gráfica (todas cayeron más del 20%). También fueron para abajo las exportaciones regionales. En cambio, las importaciones crecieron un 6,2%, pero el aumento fue mucho mayor justamente no en los rubros “virtuosos”, como bienes de capital, sino en los “peligrosos”, como bienes de consumo (+20%, y mucho más en indumentaria, calzado, línea blanca, golosinas y limpieza, además de automotores). Incluso en los sectores más beneficiados por el gobierno, como el agro, subieron las importaciones de insumos como herbicidas y tractores. En todos los casos, se trata de productos que compiten con la producción y el empleo nacionales. Una pauta de las prioridades PRO y uno de los factores que explica la continua caída de la actividad económica.

 

Tal como nos veíamos venir, la “reparación histórica” a los jubilados se reveló como una estafa histórica. Con esta zanahoria tramposa el gobierno hizo pasar (con la complicidad de casi todo el PJ) la monumental estafa del blanqueo. El argumento era que se iban a pagar los juicios (con quita de más del 50%) y reajustar a “dos millones y medio de beneficiados”. Pues bien, empezaron a llegar los haberes “reparados”. Según especialistas previsionales, alrededor del 90% de los que cobren un reajuste cobrarán menos de 500 pesos adicionales. No falta ningún cero. Es más: decenas de miles recibieron aumentos menores a 100 pesos. Y hubo periodistas que denunciaron que las “reparaciones” de menos de 50 pesos (tres empanadas) directamente ni se pagaron para que no quedara como una provocación…

 

Última de aumentos ridículos: una fuente del gobierno citada por el periodista Carlos Burgueño (Ámbito Financiero, 4-10-16) le puso techo al presupuesto para el “bono navideño”, con exención de Ganancias al aguinaldo incluida, con el que el macrismo quiere disuadir del paro a la CGT. Ese monto es 5.000 millones de pesos. ¿Qué significa eso? Dos cosas. Una: la exclusión de ganancias para los aguinaldos tendrá un tope de 45.000 a 50.000 pesos. Hoy es de 30.000 pesos para el salario, que con aguinaldo se iría a… 45.000 pesos. La segunda, más risible todavía: el “bono” para empleados públicos y jubilados sería de no más de 750 a 800 pesos. No falta ningún cero. El broche de oro del vocero es que no hay margen para negociar: “Si nos sale más que eso, nos sale más barato pagar el costo de un paro general” (ídem). ¿Qué dicen, muchachos cegetistas?

 

Frase PROtuda de la semana: es verdad, la dijo un funcionario un tanto ignoto. Pero vale la pena:

“La política no le interesa a nadie” (Julián Gallo, jefe de Contenidos y Estrategia Digital –no se burlen, ese cargo existe–, que depende de Presidencia de la Nación).

Ya sabíamos lo que opina Jaime Durán Barba sobre la supuesta estupidez de la gente, de los políticos y de casi todos menos él. Pero bueno, es un asesor cínico y nada más. Que esto lo diga un funcionario público –y, por lo tanto, un político por definición– ya es un poco raro. En fin, habrá que acostumbrarse.

 

 

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