Desde la asunción de Macri el 10 de diciembre, Argentina viene siendo gobernada por una verdadera CEOcracia que lleva adelante una agenda reaccionaria contra las mujeres, los trabajadores y la juventud. Esto se ve expresado tan sólo con hacer un breve repaso de las medidas más salientes de Cambiemos. En primer lugar, el intento de aplicar tarifazos en todos los servicios públicos, los más de 150 mil puestos de trabajo destruidos tanto en el sector público como el privado y el veto a la Ley Antidespidos, la inflación y la degradación del salario, el arreglo con los fondos buitre y su inclusión dentro de cargos públicos (como es el caso de Melconian), la negativa expresa a legalizar el aborto, la proliferación de los femicidios y de la violencia de género. Para llevar adelante esta agenda reaccionaria el gobierno nacional necesita relegitimar a las fuerzas armadas, en pos de derrotar al movimiento de masas. Es por ello que intenta torcer el balance de la última dictadura militar, relanzando la teoría de los dos demonios. Parte de esto fue el intento de detención a Hebe de Bonafini, la cárcel domiciliaria concedida a Etchecolatz y a otros genocidas. Es en este sentido que Macri lanza una provocación contra la memoria de los compañeros desaparecidos, cuestionando el número y hablando de una supuesta “guerra sucia” para encubrir el terrorismo de Estado. A la hora de aplicar sus planes, el gobierno reaccionario cuenta con dos aliados fundamentales: la CGT de Moyano, Caló y Barrionuevo que está comprometida con mantener al movimiento obrero fuera de escena; y las cúpulas kirchneristas, cuyo discurso de “resistencia con aguante” y el “frente ciudadano” sólo sirven para evitar la movilización de amplios sectores populares y no mover un dedo hasta 2017 ó 2019. Pero, una vez más, el pueblo trabajador hizo sentir su bronca. Tras dos ruidazos nacionales (el 14 de julio y el 4 de agosto), la Corte Suprema de Justicia se vio presionada y falló en contra de los tarifazos. Desde el Nuevo MAS entendemos que este camino debe ser profundizado, desarrollando la más amplia unidad de acción para derrotar al gobierno de Macri y su ajuste.

 Macri ataca la educación pública

Para Cambiemos, la educación pública también tiene un lugar dentro del plan de ajuste: los docentes de todo el país en los tres niveles cobran una miseria, las escuelas y facultades se caen a pedazos y la pobreza creciente dificulta la educación de los sectores populares. La UBA fue uno de los principales blancos del ataque: apenas comenzado el primer cuatrimestre, Macri y Esteban Bullrich decretaron un escandaloso “aumento” presupuestario del 0% que llegó a poner en riesgo la continuidad del segundo cuatrimestre. Frente a esto tuvo lugar una verdadera rebelión educativa: decenas de miles de estudiantes y docentes nos movilizamos a la Casa Rosada el 12 de mayo. Cientos y cientos de clases públicas, asambleas, cortes de calle y otras medidas de lucha desafiaron los intentos del gobierno de mercantilizar la educación. En esta disputa el Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras, del cual somos la vicepresidencia, fue la punta de lanza de la rebelión educativa. En esta lucha, el movimiento estudiantil tuvo como enemigos a los cómplices directos del ataque macrista: el rector Barbieri, junto a Emiliano Yacobitti (Secretario de Hacienda de la UBA) y las cúpulas universitarias, entre las cuales se cuentan los decanos de Medicina, Económicas, Derecho y Psicología. A su vez, estos personajes intervienen en el movimiento estudiantil mediante sus agrupaciones, Nuevo Espacio y Franja Morada, integrantes de la UCR que forma parte de Cambiemos. Por su parte, los decanos kirchneristas (Sociales, Filosofía y Letras, Exactas) posaron para la foto en la movilización del 12 de mayo, pero no votaron contra el presupuesto de miseria en el Consejo Superior. En Sociales, la primera semana del cuatrimestre encontró a la facultad inundada, sin luz y con la caída de un ascensor por el ahogo presupuestario. La gestión de Postolski, lejos de salir a enfrentar al macrismo, prefirió atacar a los estudiantes y no docentes argumentando un supuesto “boicot”, y posteriormente responsabilizando únicamente a AySA, pero sin decir una palabra del gobierno. En Filosofía y Letras, Morgade y sus aliados parecen más preocupados en defender al machista Dante Palma, repudiado por el movimiento estudiantil, que en enfrentar la política antieducativa de Cambiemos. En Exactas, el Consejo Directivo que dirige Reboreda con mayoría automática avaló el convenio ultra precarizado para Tecnópolis y el C3, mientras cada vez se dificulta más la cursada por la falta de cupos en los laboratorios. En la misma línea se encuentran las organizaciones kirchneristas o aliadas a éstas (Nuevo Encuentro, Cámpora, UES), que se dedicaron a hacer la plancha durante este año de ajuste.

 Ellos o nosotros: lo que está en juego en estas elecciones

Desde la agrupación estudiantil ¡Ya Basta! y el Nuevo MAS estamos realizando una campaña en las facultades con la perspectiva de clarificar qué se disputa en estas elecciones: por un lado Macri, Barbieri y Nuevo Espacio intentarán seguir coptando los centros de estudiantes para poder continuar desmantelando la Universidad Pública, contando con la ayuda (por acción u omisión) de las organizaciones K; del otro, los estudiantes que pusimos de pie la rebelión educativa, que peleamos junto a nuestros docentes por el salario, que exigimos el boleto educativo nacional y gratuito y que llenamos las calles el 12 de mayo en la Marcha Nacional Educativa. El compromiso del movimiento estudiantil en la defensa de la educación pública es diametralmente opuesto a los intereses y negociados de estas gestiones que aplican el ajuste macrista. No existen medias tintas: o triunfamos los que defendemos el derecho a una educación digna, gratuita y de calidad para el pueblo trabajador, o los ajustadores logran imponer sus planes antieducativos. Para dar esta pelea es necesario constituir listas independientes del gobierno, el rector y los decanos en todas las facultades. En Económicas, Derecho y Medicina, esta fue la forma en la que los estudiantes desarrollamos la lucha: organizando asambleas autoconvocadas por fuera de los organismos copados por Nuevo Espacio y Franja Morada. La rebelión educativa debe ganar y fortalecerse en los centros de estudiantes, ya que a pesar de la importante lucha del primer cuatrimestre, la última palabra aún no está dicha y la mayoría de nuestros reclamos siguen pendientes: la partida presupuestaria adicional que, supuestamente, fue arrancada al gobierno, no sólo es totalmente insuficiente sino que ni siquiera fue ejecutada.

Desde la agrupación ¡Ya Basta! te invitamos a que te sumes a dar esta pelea en las facultades de Ciencias Sociales, Filosofía y Letras, Derecho, Económicas, Medicina, Psicología y Exactas. ¡Construyamos los centros de estudiantes de la rebelión educativa para pararle la mano a Macri!

 

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