Socialismo o Barbarie, periódico Nº 204, 28/06/11

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La cooptación K de los organismos de DDHH

Por la relegitimación de
una lucha genuina

Por Ana Vázquez

Los hechos de corrupción relacionados con el proyecto Sueños Compartidos provocaron un escándalo político. Golpean al gobierno en plena campaña por la reelección. Resquebrajaron la Muralla China levantada alrededor de las Madres y salpican cada vez más a funcionarios del entorno presidencial. No lo pueden tapar por más premios que le otorguen a la Sra. de Bonafini.

Pero no es sólo eso. Cuestionan uno de los pilares de su gestión: su política de derechos humanos.

Política agitada y llevada adelante durante estos años, que consistió, centralmente, como lo expresamos en notas anteriores, en castigar a algunos centenares de milicos para salvar a la institución FF.AA. Esto fue vía los juicios a asesinos y apropiadores y por otro lado, la cooptación de los principales organismos.

La bandera no alcanzó para investigar la desaparición de Julio J. López, el asesinato de Silvia Suppo ni tampoco el de los compañeros originarios Qom.

Pero a pesar de estas y otras contradicciones, ganaron la adhesión de un sector importante de jóvenes, trabajadores, población en general, que vio con buenos ojos el accionar de la justicia K en este terreno, comparándola con los nefastos Punto Final y Obediencia Debida de Alfonsín y el indulto de Menem. Lo vio como un avance y simpatizó con este perfil, aun cuando cuestionara otras orientaciones gubernamentales.

Fueron pasos adelante indudables el encarcelamiento de reconocidos genocidas, mérito que se atribuyó el gobierno como propio, ninguneando 30 años de pelea sostenida.

El escándalo Schoklender provocó un cimbronazo político en este sector. Una crisis que excede las medidas K, que se extiende como una mancha de aceite sobre la legitimidad de una lucha histórica en el país.

Muchos se preguntan: “¿Esto fue todo un engaño, todos los activistas por los derechos humanos son unos corruptos, estuvieron 35 años robando mientras nos hicieron creer que luchaban?”

¿De dónde salen los “malditos”?

La Sra. Hebe de Bonafini expresó su deseo de que los “malditos” vayan presos.

¿Pero de qué entraña salieron esos “malditos”?

Si la expresión está referida a los hermanos Schoklender, no es su historia personal lo que define su accionar fraudulento. En todo caso, su historia personal no es ajena al rol que jugaron estos años en el principal organismo de derechos humanos K.

Pero esta conducta corrupta no surge de la mente de ningún Maquiavelo. Las condiciones materiales que se crearon dieron origen a que los negociados y el accionar delictivo se expandieran en organizaciones que antes no tenían esa conducta.

Para nosotros existe una fundamental que es la cooptación por parte del Estado con la política y con la billetera.

Pero además coadyuvan un mecanismo de funcionamiento de estas organizaciones donde hay cero de democracia interna, donde todo se decide por la cúpula. Acompañado de un acérrimo “apoliticismo”.

Esta característica no es ni fue privativa de las Madres, fueron campeones en su burocratismo acérrimo y un falso apoliticismo los organismos dirigidos por el PC y los partidos burgueses, pero ellas no escaparon a esta mecánica donde los o las referentes resolvían todo. Donde las reuniones y el debate eran un adorno para respaldar la política llevada adelante por los dirigentes. Y donde el declarado apoliticismo escondió siempre posiciones políticas, aunque no fueran partidarias. Además acotó el desarrollo de un amplio debate que hubiera sido útil entre la vanguardia luchadora.

En el ámbito de la Universidad de las Madres, que debería ser el más democrático, por su carácter de centro de aprendizaje y de formación cultural e ideológica, son conocidas las expulsiones de varios profesores de renombre por discrepancias políticas. Es emblemático el alejamiento de Vicente Zito Lema, secretario académico de esa institución, en febrero de 2003, quien expresó públicamente en una carta el motivo de su renuncia:

“Sólo con perversidad o inocencia desmedida se puede afirmar que me alejo de la Universidad porque me deben mis sueldos como trabajador en la misma. Las Madres no pueden mentir. Ellas saben que nunca les reclamé pago alguno. Mi salario fue fijado por ellas y el administrador. Me han pagado siempre con demoras y a la fecha me deben seis sueldos aproximadamente. Insisto que nunca reclamé a las Madres, ni en forma verbal ni por escrito. Eso sí, he disputado con el administrador, por entender que se me ofendía en la medida de ser el único trabajador de la Universidad a quien no se le pagaba correctamente. Eso lo saben incluso los demás trabajadores de la Universidad, docentes amigos y el propio delegado de los trabajadores no docentes de la Universidad. El administrador me ha reconocido que las irregularidades en el pago de mis sueldos era practicadas como forma de presionarme políticamente.”

A esta denuncia acompañó otra en relación a amenazas recibidas.

Las Madres de Plaza de Mayo de Neuquén cuestionaron desde el año 2007 el apoyo al gobierno, la suspensión de la Marcha de la Resistencia y el emprendimiento constructivo. Según sus referentes principales, Lolín Rigoni e Inés Ragni, fueron aisladas y “no nos dan fondos ni para viajar a Buenos Aires”,  declararon cuando la Sra. Bonafini fue a inaugurar casas en esa Provincia, acto del cual no participaron.

La falta de democracia hace que cualquier voz que se levante cuestionando algún criterio político o de manejo de fondos no pueda prosperar.

Esta es la cruda explicación de por qué surgen estos “malditos”, que corroen el entramado social tanto de organismos de derechos humanos, de desocupados y de trabajadores. Aquellos que son atrapados por sus redes no pueden zafar aunque declamen años de lucha y buenas intenciones.

¿Cómo avanzar sobre estos obstáculos?

Mucho se ha dicho y escrito en estos días sobre el necesario control de los organismos del Estado sobre los fondos públicos para que no sucedan casos como éste.

Si algo está demostrado, es la inutilidad de estos controles. Existen la UIF (Unidad de Información Financiera), la AFIP, el Defensor del Pueblo y un largo etcétera que ni en éste ni en otros casos sirvieron para nada. O podríamos decir, que en la mayoría de ellos sirvieron para dilatar o tapar que aparecieran a la luz pública.

Debemos buscar los mecanismos que nos permitan avanzar en otro lado. En primer lugar, una política que tome en sus manos la lucha legítima por el castigo a todos los culpables del genocidio y las apropiaciones, sean civiles, militares o eclesiásticos, con total independencia de cualquier sector gubernamental, patronal o burocrático.

Junto con esto, un funcionamiento democrático que permita rectificar la política y controlar el funcionamiento cristalino de las organizaciones.

Es fundamental poner todo nuestro esfuerzo político y militante para que este hecho se transforme en un aprendizaje y un avance en la conciencia que permita a los luchadores sacar las conclusiones adecuadas.

• ¡Relegitimemos la lucha por los derechos humanos usurpada por los K!

• ¡Por la movilización y organización independientes!

• ¡Castigo a todos los culpables!