Socialismo o Barbarie, periódico Nº 199, 14/04/11

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Charla debate con el compañero Alcides Christiansen

“La lucha no es solo por los botines, es por
la emancipación del movimiento obrero,
es por el socialismo”

En la facultad de Humanidades de la UNCo realizamos una charla con el compañero Alcides sobre “El nuevo clasismo y los partidos revolucionarios”. A continuación algunos extractos de la misma:

Las charlas que hacemos a menudo los partidos de izquierda apuntan siempre a que tengamos claridad en relación a que tareas tiene planteada la izquierda en el momento presente. Dónde se para un partido revolucionario, socialista, ante los hechos que hay en el movimiento obrero principalmente. Nosotros tenemos la costumbre, la buena costumbre, de intervenir en todos los conflictos que se dan, buscar a los compañeros que están a la vanguardia de ese conflicto, traerlos hacia las posiciones revolucionarias, socialistas, clasistas; y formarlos en un partido revolucionario.

Clasismo y socialismo

“No sólo nos
domestica el
gobierno”

Pero ahí hay otro drama, ustedes vieron que hay muchos partidos de izquierda y muchos compañeros que creen que la salida es luchar por aumento salarial, conseguir y festejar; en caso de despido, conseguir la reincorporación y festejar; y se acabó. Si hay aumento salarial hoy, mañana tenemos que salir a pelear de vuelta y pasado de vuelta. Esto es sindicalismo, pelear por aumento salarial y no decirle nada al compañero que el problema no está en la fábrica solamente sino que está en la casa Rosada. Nosotros tenemos que indicarles la salida a los trabajadores en ese sentido, que tomen ese camino. Sino estamos haciendo lo mismo que hacen los partidos sindicaleros, y algunos que son trotskistas también, donde el centro pasaría por tener un par de abogados y asesorar al compañero desde el punto de vista legal. El compañero no es leguleyo, pero cuando empieza a actuar porque “el otro le dijo que tenemos que hacer esto”, que “si es legal o no salir a la huelga”, porque “la podemos perder”: ahí le mojó la pólvora al activismo, con eso le mojás la pólvora al obrero. (…) El Ministerio de Trabajo y todos los ministerios son del gobierno, son de la burguesía. (…)

Nosotros no podemos pelear, como hicimos en Piedra del Águila que el gobierno nos reconozca los 90 delegados de seguridad que tuvimos: que los reconozca pero si no los reconoce los metemos igual, los pusimos igual (…) Estaban votados por la asamblea, laburaban pero controlaban. Había un problema, un herido y el delegado le decía a la patronal el compañero no labura más, “pero ustedes no están reconocidos”, “no estamos reconocidos, porque somos transgresores, porque estamos en contra de esta ley que se dibujó para cagarnos siempre”. (…) Pero si ese trabajador tiene otra dirección que le dice vamos por mesa de entrada, como le decía recién, le moja la pólvora al compañero.

(… ) Es transgresor el obrero cuando tiene una dirección obrera y revolucionaria, se anima, va. Yo les cuento mi experiencia en la UOCRA y es así, en la legislatura vieja una vez fuimos a pelear el 25% de aumento y lo ganamos. Estábamos afuera con todos los compañeros y me dicen: “entremos de prepo”; le digo, “bueno, entremos pero empújenme”. Estaban todos los diputados votando cómo hacernos cagar, terminaron los diputados diciendo que teníamos razón y votando en la cámara de diputados el 25%... Fue increíble esa pelea, pero no fuimos por mesa de entrada, fuimos a patearle las puertas a los diputados (…) si no era así no lo conseguíamos. No quiere decir que rompamos el DNI y pasemos los semáforos en rojo, no la pavada. Pero en la lucha es así. No sólo nos domestica el gobierno, sino nos tienden a domesticar compañeros de nuestras filas.

(…) Hay una comparación entre el clasismo de los años ‘70s y este nuevo clasismo (…) Ustedes sabrán que en la época del Cordobazo, de los azos, que termina más o menos en el 73, surgieron una camada de dirigentes muy importantes que tenían la tarea primordial de desarrollar las peleas como fue en el Cordobazo, como fue en el Rocazo –que a mí me tocó participar- y dentro de las fábricas: el punto era tratar de ganar a esos compañeros para llevarlos a una alternativa socialista. ¿Por qué muchas veces decimos el clasista es socialista o no es? ¿Y por qué nosotros entramos a pelear esa cabeza, ese compañero y traerlos hacia el socialismo, hacia un partido? De esa época fue referente Tosco, por ejemplo, ¿cuál fue su política? Tosco dejó de ser clasista cuando vino Perón, es decir, él planteaba que cuando “venga Perón se solucionan los problemas”. Aclaro que Tosco no traicionó ninguna huelga y posiblemente el creyera que Perón era un dirigente revolucionario y por eso estaba ubicado en esa posición. ¿Qué hizo Tosco y esa vanguardia? Hizo que las cabezas de todos esos compañeros que luchaban confíen en un dirigente burgués. En ese momento había un partido muy chico, que era el nuestro, el PST, que tenía posiciones muy distintas a este sector (…)

(…) Es una obligación de los partidos revolucionarios tomar las riendas en ese sentido y decirle sin miedo, a los compañeros, que si vos no tomas las banderas del clasismo y las convertís en una herramienta fundamental para pelearle a la burguesía y a su gobierno el poder, podes caer en manos de la burguesía, o quedarnos en la propaganda, como lo hacen muchos compañeros.

Felizmente, yo tengo una inmensa confianza en la clase trabajadora, acá si no cambia todo esto la clase obrera no lo cambia nadie. ¿Qué está ocurriendo hoy en la Argentina? Muchos trabajadores saltan por encima del vallado de la burocracia. Desde esos compañeros nos jugamos a que todos los trabajadores revienten, pasen por encima de la burocracia. (…) Que surjan los compañeros con todo, que formen nueva dirección y ése es el compañero que tenemos que ir a decirle cómo sigue la cosa. No porque sabemos mejor que otro, es porque tenemos memoria. Los partidos revolucionarios, son los que mantienen la memoria del movimiento obrero mundial. La dictadura se jugó a muerte para cortar esa memoria. (…) Los trabajadores estamos contra el mundo, nos pegan de todos lados. Salimos a pelear y te tiran con un cura, para aflojarte un poco; el ejército, sino lo pueden parar; la burocracia, que te hace echar y te pone matones. (…)

El que dice que la trinchera es el obrero y después termina siendo el entrismo, el franeleo con los sectores de la CTA, dejó de ser clasista. Porque la CTA hoy representa a dos sectores de la patronal, fíjense cuándo se dividen los sindicatos, no se dividen porque uno quiere pelear por darle el 100% de aumento a los obreros y el otro el 80%; no, se dividieron porque la patronal llamo y les dijo “¿ustedes con quién están?”. Se dividió la patronal arriba y se dividió su personal en los sindicatos, entonces quedó Micheli con el campo y Yasky quedó con el Gobierno.

¿Cómo responde el Gobierno a lo que está sucediendo, al proceso de recomposición? Pongamos un ejemplo, FATE, hay compañeros que ganaron una seccional, que es tal vez lo más grande que tengamos del nuevo clasismo. El compañero Ayala y muchos compañeros más, que son clasistas, quieren ganar un sindicato, quieren extenderse al resto de las fábricas para que hagan lo mismo. Después aparecerán las coordinadoras, que aparecen cuando hay lucha (…) Y la solidaridad del movimiento estudiantil, como fue en la caminata de Piedra del Águila, o cuando tuvimos la huelga grande acá, se llenó de compañeros estudiantes y obreros-estudiantes. Eso no le gusta a la patronal y a su gobierno; por eso ellos tienen su quinta columna que son la juventud kirchnerista y la burocracia sindical que le empieza a decir otras cosas a los estudiantes y a los obreros, “no le des bola a los zurdos; Néstor vive, ¿no sabías que murió por el socialismo?” (…) Se juegan a cooptar la vanguardia, a cooptarla para el Gobierno, y descabezar a todas las nuevas direcciones independientes, contra eso tenemos que luchar los partidos revolucionarios socialistas. (…) La pelea más importante para nosotros es contra el gobierno y contra sus burocracias de la CGT y las dos CTAs (…)

Nuestro objetivo político de lucha es ganar compañeros, instruir compañeros, formar a la vanguardia dentro de la lucha, eso es lo principal; también en la pelea electoral tenemos que aparecer y es ahí que el gobierno nos quiere proscribir con la reforma electoral, proscribir a los partidos revolucionarios para que los compañeros no tengan representación política. (…)

La democracia obrera y el partido

Muchos partidos dicen que la democracia obrera es cuando el obrero decide, yo creo que cuando el obrero opina, proponen su línea, deciden y aplican. Porque hay una costumbre de decir “tres propuestas y votemos” pero las tres las mandaba la mesa, en Piedra del Águila pasaba eso. Eso no es democracia obrera. Democracia obrera es cuando se levanta un obrero de ahí, tira una propuesta y se le respeta y no le silban los “preparaditos” de la burocracia (…) La democracia obrera y el partido son las herramientas que tenemos los trabajadores.

En la UOCRA cuando un delegado se veía que se empezaba a vender lo decíamos en la asamblea y ese delegado caía. Al delegado lo tenés que formar, con charlas como estas. Hacíamos asambleas para hablar de política. En el momento en que la patronal lo quiere corromper le frenamos la mano en la asamblea, con los obreros. Para eso está el partido revolucionario. No esperen que la CTA le diga: “saque la mano de ahí” (…)

Todas las direcciones de los sindicatos que no son clasistas, revolucionarias y socialistas tarde o temprano traicionan a los obreros, porque buscan las variantes patronales; y si un compañero cree que es clasista y está con el kirchnerismo, no es clasista. Necesitamos obreros revolucionarios y socialistas para sacar al movimiento obrero de donde está. (…) Y para eso hay que construir partidos socialistas revolucionarios, para que el compañero comprenda que la lucha no es sólo por los botines, es por la emancipación del movimiento obrero, es por el socialismo. (…)

Después del colapso del MAS estábamos haciendo el Nuevo MAS acá, Carlitos estaba haciendo el Nuevo MAS, militando con la revista SoB, reconocido por todos. Por supuesto, después lo cambiaron, lo afeitaron y lo pusieron de mural atrás de la mesa donde se sentaba Yasky y hoy esta Maldonado. Murió peleando contra Yasky, Carlitos; murió peleando contra el Gobierno, contra Kirchner; contra la burocracia. Y nosotros, como estamos presentes, decimos: no, la memoria de Carlitos es ésta, era un socialista revolucionario, así se forman los compañeros que van a ir a pelear en la recomposición, en la lucha del movimiento obrero.