Socialismo o Barbarie, periódico Nº 198, 01/04/11

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Reunión de la CTA Micheli

Un congreso de crisis

Por Fernando Dantés
Nuevo MAS Mar del Plata

El MST en el congreso

Con Pino y con Micheli

Por Fernando Dantés

No podía ser de otra forma: los ex troskistas del MST fueron al Congreso a cantarle loas a la nueva conducción de la CTA. Una vez abandonada la independencia de clase a favor de una entidad tan notoriamente capitalista y derechista como la Mesa de Enlace, era consecuentemente oportunista convertirse en parte de la burocracia sindical que tomara el mismo sendero. No se puede decir que sean parte orgánica de la burocracia, pero hay que reconocer los denodados esfuerzos que hacen para serlo. Esta corriente centro izquierdista presentó al Congreso un documento de “propuestas”. Hay varias cosas para señalar. En primer lugar, no hace referencia una sola vez a algo llamado burocracia sindical. Parece ser que ya no es una tarea de primer orden para el movimiento obrero sacudirse de encima ese bozal. La tarea es simplemente armar en los sindicatos de la CGT y la CTA listas “amplias y unitarias”, de “luchadores”, pero no antiburocráticas.

El otro gran eje del MST fue pelear para que la CTA sea parte del armado electoral de Proyecto Sur. Para el MST, el movimiento obrero debe pelear… para que sus organizaciones sean parte de un armado político burgués o pequeño burgués. A este punto ha llegado el oportunismo de estos ex militantes de izquierda.

Este 23 de Marzo empezó en Mar del Plata el largamente postergado Congreso Federal de la CTA, convocado por la fracción Micheli. En la sesión misma los convocantes no se cansaron de reafirmar el “incuestionable triunfo” de la convocatoria. Nos permitimos cuestionar esta afirmación, que suena más bien a autoconvencimiento que a otra cosa.

Las discusiones del 23 de marzo llevan a la luz que la unidad de la Lista 1 está atada por un nudo no muy bien hecho.

Los Números...

Por todos lados la flamante conducción de la CTA anunció el arribo de 10 mil delegados de todo el país, número que desbordaría fácilmente el Polideportivo de Mar del Plata. Llamativamente, no sólo no consiguieron copar el estadio sino que los asientos vacíos parecían ser más numerosos que los ocupados. Estuvo muy claro que el objetivo de 10 mil delegados les quedó muy grande.

Más aún la convocatoria, numéricamente floja, no reflejaba un activismo militante asentado en los gremios, por todos lados se veían compañeros de los movimientos de desocupados (Aníbal Verón, MTL, Tupac Amaru, Atahualpa, y otros). Como frutilla del postre, podemos agregar que no había precisamente en esta fracción burocrática un clima de fiesta, sino más bien de incertidumbre.

La fracción de la fracción, de la fracción

En el debate se vio plenamente que de ninguna forma había unidad en el “Congreso”.

El fortalecimiento relativo del gobierno puso aún más en crisis al arco opositor sojero. Es un hecho que el debilitamiento del bando patronal al que Micheli pretendió atar el destino de la Central sindical, se tradujo en una crisis política de la nueva fracción dirigente.

De la misma manera que la Central se dividió en año pasado por diferencias políticas entre los burócratas que la conducían, las discusiones entre los nuevos “dirigentes” está cruzada por la orientación política a darle a la CTA. Se imponía la pregunta: ¿hacia dónde ir?

Hubo varias fracciones de la fracción que intentaron dar respuesta a esa pregunta.

Sintéticamente había tres posturas a grandes rasgos:

1. Los partidarios del inmediato ingreso a Proyecto Sur (MST, etc.) como supuesta encarnación del “Movimiento Amplio Emancipatorio” por el que “peleara” desde su fundación la CTA, subordinando toda política en el movimiento obrero a un proyecto electoral centroizquierdista tibiamente burgués.

2. Una escasa “Vieja Guardia”, pero con peso simbólico, que sostiene mantener el ya definitivamente fracasado proyecto de una “constituyente social” poli clasista a la que se debería subordinar todo aquél que pretendiera aliarse políticamente a la CTA.  El único planteo concreto de este grupo era la exclusión de los ex izquierdistas del MST, la CCC y todo partidario del ingreso a Proyecto Sur.

3. No faltaron quienes defendieron “una reconciliación” con el yaskismo, hablando abiertamente de la debilidad de la CTA después de las últimas elecciones, y posterior división de la Central.

Estas fueron a grandes rasgos, con diferentes matices, las posiciones fundamentales. La posibilidad de una síntesis entre ellas era tan lejana que la dirección michelista se vio obligada a no definirse sobre las cuestiones políticas fundamentales de la realidad nacional, en pos de la contención de las tendencias centrífugas en su seno. Un ejemplo claro es no haber tomado posición ni una sola vez sobre el gobierno kirchnerista en el “Documento para el debate” de Micheli, a pesar de la exigencia de todo un sector de una oposición clara.

Los “planes de lucha” de la CTA

El día anterior había sido el Congreso provincial del “gremio madre” de la CTA Micheli, el sindicato de estatales ATE. En él, se traslució el sentido reclamo de la base de un plan de lucha por salario (ver nota aparte). La burocracia de ATE decidió subordinar todo plan a lo que decidiera el congreso de la CTA del día siguiente. Algunos delegados plantearon la crisis de la Central, como el problema de “llegar a la base”, tomando sus reivindicaciones. Sin embargo, ellos no pudieron dar otra respuesta que la clásica cantinela centroizquierdista “el hambre es un crimen”, y el pomposo anuncio de la necesidad de paro y movilización por esa consigna que dice mucho, para no decir nada (más el planteo de un aislado “paro” el 8 de junio por el 82% móvil). La indefinición política del Congreso pinta de cuerpo entero a la burocracia michelista y su crisis.

Los posibles “planes de luchas” futuros no son más que “patear la pelota” para adelante, mientras el fracaso del proyecto político de la CTA subordinado a las patronales agrarias sigue quitándole el sueño a Micheli, De Gennaro y Cía.

Por una alternativa clasista en la CTA

Las fraudulentas elecciones de la CTA del año pasado desnudaron la verdad sobre la burocracia de Yasky y Micheli. Ninguna de las dos variantes sirve para organizar la lucha consecuente por las necesidades de los trabajadores y menos para pelear por una alternativa política de independencia de clase. En el plano estrictamente sindical hay que terminar con esta fantochada de Congresos que no son más que monólogos de la burocracia. Hay que pelear por congresos con delegados mandatados por la base, y en el plano político hay que avanzar en el reagrupamiento de los sectores clasitas tanto en una CTA como en la otra, como también en los gremios de la CGT.

La Lista 5 fue un enorme paso en el que se conformó un frente único de algunas de las experiencias más avanzadas de la organización independiente de los trabajadores, como el SUTNA San Fernando y el Cuerpo de Delegados de FATE, la Junta Interna del Hospital Garrahan, los Judiciales de Morón, entre otros. Desde el Nuevo MAS consideramos imperioso continuar y profundizar esta experiencia, empujando por el reagrupamiento del un nuevo clasismo.