Desde
estas páginas venimos señalando el fortalecimiento que está
teniendo el gobierno nacional en los últimos meses, que la
tendencia general de la dinámica política es que el
kirchnerismo, en la candidatura de Cristina Fernández, va a
una muy probable reelección, y que las elecciones van a
ser, en caso de que la izquierda pueda presentarse, una dura
pelea debido tanto a la recuperación de un oficialismo que
la juega de “progresista”, como a la existencia de
candidaturas como la presidencial de Solanas y Sabbatella a
gobernador en provincia de Buenos Aires, que también
aparecen a la “izquierda” del arco político.
Las
elecciones en Catamarca a gobernador y cargos locales fueron
un categórico reflejo de esto; para el oficialismo K
significaron un paso adelante, ganando la elección al
Frente Cívico y Social, de riñón radical, tras dos décadas
en el poder. Aunque aquí también actuó otra tendencia, la
del desgaste de veinte años de gobierno de Brizuela, el
dato político central es el inesperado avance del
oficialismo en una provincia que le era adversa. Lucía
Corpacci obtuvo, sobre los votos totales, el 48,2% contra el
44,3 del radicalismo. Las otras listas a gobernador fueron
la del barrionuevismo 2,3%; el MST Proyecto Sur, 1,4%, y el
PO, 1,1%...
Lucía Corpacci y el saadismo: barriendo la mugre bajo
la alfombra
Alguna
vez Perón dijo “los ladrillos también se hacen con
bosta”, y cuando el difunto Néstor Kirchner lo revindicó
con todas las letras, Bonasso, un K frustrado, le retrucó
que era "cierto lo de los ladrillos” pero que “el
rancho después termina con olor a mierda" (La Nación,
14/12/08). En el caso de Catamarca, las escandalosas
declaraciones en Radio Mitre de Corpacci muestran de cuerpo
entero que si bien el kirchnerismo avanza a paso firme hacia
las presidenciales, no es para nada ningún tipo de renovación
política como lo quieren pintar: “Yo
me siento muy orgullosa de ser Saadi, por lo que fueron
mis abuelos, por lo que es mi madre, por lo que fueron
muchos de mis tíos (…) Ser
Saadi para la gente de Catamarca no es sinónimo de mala
palabra, para nada. Nosotros somos una familia trabajadora.
(…) Mediáticamente
[el caso María Soledad Morales] se manejó de una manera
que los que vivimos en Catamarca, y los que poco a poco
vamos viendo cómo fueron las cosas, sabemos que no fue como
las mostraron los medios. (…) Ramón [Saadi], con sus aciertos y sus errores se ha ganado el cariño
de mucha gente” (Clarín, 15/03/11).
El
mismo Saadi salió por Radio Mitre a declarar que el caso
María Soledad había sido “un crimen pasional”: “Fue
un crimen pasional. Es
todo una fábula. Creo que ha sido la primera acción
mediática que se llevo a cabo en la República Argentina
(…) no fue como lo mostraron los medios” (Clarín,
16/03/11). No es para nada sorprendente mencionar que Página
12, boletín oficial de la Casa Rosada, no dijo una palabra
sobre estas declaraciones.
Para
quienes no conocen la historia de María Soledad Morales,
fue una joven catamarqueña de 17 años, que apareció
violada y asesinada en septiembre de 1990. El escándalo
salió a la luz gracias a las movilizaciones, en una
provincia que era manejada como un feudo por Ramón Saadi.
Este cayó, intervención de la provincia mediante, porque
todos los imputados en el caso María Soledad eran del riñón
saadista, por ejemplo Guillermo Luque y Luis Tula (hoy
libres), que contaban con el encubrimiento de la mafia
gobernante. Tras el derrumbe de Saadi asumió el gobierno de
Castillo del Frente Cívico y luego a este le sucedió por
dos mandatos Brizuela. Este caso tiñó por años la situación
política de la provincia.
Por
todo esto es que en esta elección Lucía
Corpacci se cuidó de mostrarse en la previa como parte de
“la familia”, y Ramón Saadi bajó sus candidatos de
la lista para que su prima no quedara pegada. Pero apenas comenzaron los festejos, apareció lo más campante por el
búnker kirchnerista y estuvo a los abrazos con la flamante
gobernadora (ver foto).
Hoy,
a casi 21 años de ese terrible caso, la nueva gobernadora
revindica a Saadi y todo su feudo, al cual califica de
“gente trabajadora”, mientras se muestra como referente
de un gobierno nacional que, con un dejo de ironía, dice
luchar contra la impunidad y los derechos humanos…
Esto
es otra muestra de que en su armado a nivel nacional el
kirchnerismo tiene la misma orientación que hacia el
conurbano de la provincia de Buenos Aires:
en este tiene de aliados a intendentes y punteros peronistas
dignos del lejano oeste como Ishii (por sólo citar un caso
emblemático), y en el interior del país se apoya en
aparatos políticos clientelares similares a los de sus
colegas bonaerenses (Saadi, Insfrán y cía.). Si bien
varios de estos hoy “están jugando” para Cristina y no
para Duhalde, ayer sí lo hicieron tanto con este como con
Menem y hasta con la dictadura militar, y a nadie le cabe
duda de que podrían pasar de la “transversalidad” a
cualquier variante “troglodita” del PJ si alguna de
estas volviera a ser la que corta y reparte la torta.
La oposición patronal en un laberinto
Párrafo
aparte merece el llamado de atención que Morales Solá le
hace a la oposición en su columna “Advertencia para una
oposición desorientada”, cuando les dice que “La
derrota del domingo sólo les será útil a los líderes
opositores, en efecto, si sirviera para que despierten de
una buena vez” (La Nación, 15/03/11). No es la primera
vez que el pasquín de la oligarquía trata de inútiles a
los líderes de la oposición patronal, pero con el primer
resultado electoral en mano y una dura derrota “de
local” de los radicales, aparte de los llamados de atención
más bien lo que prima en los medios de cara a las
elecciones de octubre es como una cierta resignación.
Los
que se llevaron todos los premios a los “marmotas de
turno” fueron Cobos y Sanz: predijeron el triunfo radical,
tenían todo preparado para festejar la victoria de
Brizuela, sacarse la foto para nacionalizar la elección y
en el camino tuvieron que cambiar necesariamente su discurso
de triunfo por uno de acompañamiento “en el triunfo o en
la derrota”… Las internas
entre los impresentables del peronismo federal, el PRO, De
Narváez y los radicales parecen tender cada vez más a la fragmentación, y aunque lógicamente la oposición patronal
minimice el alcance nacional de la derrota en Catamarca y
eche las culpas sobre Brizuela, lo cierto es que por estas
horas está a años luz de aparecer como una opción de
recambio con posibilidades reales.
La
necesidad de enfrentar al gobierno nacional y la oposición
patronal con un frente clasista
Antes
de ver qué balance es necesario hacer sobre la elección de
Catamarca para la izquierda de cara a las elecciones
nacionales de octubre, vamos a hacer un pequeño repaso del
hándicap de la centroizquierda encarnada en el MST-Proyecto
Sur. Los candidatos de Pino Solanas, los cuales tuvieron
bastante presencia en diarios nacionales como Clarín y La
Nación, hicieron una floja elección, sacando el 1,4% a
gobernador y el 1,8% a diputados provinciales. El dato
importante para Proyecto Sur fue que ganaron la intendencia
de Andalgalá: en ese pueblo se dio en los últimos años
una dura lucha contra la minera Bajo La Alumbrera, y con un
discurso antiminero se hicieron de la intendencia. Sin
embargo, cabe aclarar que
el candidato que encabezó la lista en ese pueblo por el
MST-Proyecto Sur, Alejandro Páez, es un radical que fue
electo (y ganó) en las mismas internas de la UCR; pero
Brizuela, que es cómplice de las mineras contaminantes lo
vetó: fue entonces cuando el MST y Pino le dieron un lugar
(Clarín 15/03/11) [1].
En
este escenario, la única lista de la izquierda en Catamarca
fue la del PO, y estuvo a años luz de conquistar el 6% que
tanto pregonaban como base de su elección: a gobernador,
con sólo 5 listas apenas arañaron el 1,1%, a diputados el
1,4% y a concejales por la Capital el 1,7% (en Prensa Obrera
del 03/03 habían preanunciado que obtendrían cargos en la
legislatura provincial…).
Lo
que queda sobre la mesa, pese al autobombo de corrientes
como el PO, es la primerísima necesidad de unificar las
fuerzas clasistas de cara a las elecciones nacionales: por
un lado, ya hemos señalado
desde estas páginas la necesidad de una campaña unitaria
contra ley electoral K y enfrentar la proscripción de la
izquierda; por el otro, con un escenario que no es el más
favorable para la izquierda (ya mencionamos las mediaciones
como Sabbatella y Solanas que atraen votos a la
centroizquierda), se hace necesario construir una alternativa unitaria, un frente clasista
de la izquierda independiente. Desde el Nuevo MAS llamamos
al PO, el PTS e IS a golpear con un solo puño por estos
objetivos.
Nota:
1.
En un reportaje en Página 12 del 16/03/11 Páez dijo: “Soy
presidente de la UCR (de Andalgalá), pero por mi
discurso en contra del gobernador Eduardo Brizuela del Moral
me sacaron del Frente Cívico y Social. Ahí apareció
Proyecto Sur con el MST ofreciéndome su boleta (…) Yo
participé en noviembre del lanzamiento de la plataforma
virtual de Ricardo Alfonsín. Formo parte además del equipo
técnico de sus asesores (…) Proyecto Sur ha creado su
estructura en la provincia de Catamarca. Al mismo tiempo, no
puedo desconocer que soy presidente de la UCR”. Que
corrientes como el MST se jacten de que fue “su triunfo”
no puede causar otra cosa que risa.