Socialismo o Barbarie, periódico Nº 196, 04/03/11
 

 

 

 

 

 

Un día Internacional de la Mujer bajo el signo de la rebelión de los pueblos árabes

“La revolución hace mejores a las personas”

Por Patricia López
Agrupación Las Rojas

Este año, el kirchnerismo se dispone a enterrar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora bajo los corsos del Carnaval, mientras Cristina, en su discurso de inicio del año legislativo, declara que es mentira que el aborto clandestino sea el principal problema, que el problema es el hambre, y entonces su nueva concesión a las mujeres va a ser la extensión de la asignación universal a las embarazadas de tres meses.

Los militantes del nuevo MAS continuamos la pelea de Lenin y Trotski para inscribir la emancipación de la mujer en la bandera de la revolución socialista, y reivindicamos el 8 de Marzo como un día de lucha por los derechos de las mujeres, y de unidad de esta lucha con la de todos los explotados y oprimidos.

Por eso, este 8 de Marzo nos manifestaremos contra el “gobierno de los derechos humanos”, que deja a las mujeres fuera de la especie humana. Celebraremos la fecha iluminados por la rebelión del pueblo egipcio, que abre la posibilidad de construir una salida socialista a la miseria en que viven los pueblos árabes. Y también se está abriendo un camino para aliviar la terrible opresión que sufren las mujeres.

“Así lo corrobora la estudiante Naram Mahmud, de 23 años, una de las voluntarias que controlan los accesos a Tahrir para vigilar que nadie introduzca armas en la plaza. ‘En absoluto hay acoso sexual’, sentenció entusiasmada. La joven apuntó que multitud de egipcios han participado en las manifestaciones en la plaza y que ‘nadie ha molestado a nadie. Aquí la gente es más responsable, es un paraíso. Y si hay alguna persona que hace algo malo, siempre habrá alguien que le diga que está equivocada’, destacó maravillada Mahmud, en referencia a la permisividad e indolencia que muchas mujeres encontraban cuando eran acosadas en los tiempos previos al levantamiento popular” (AFP).

“Sobre el futuro, la escritora y feminista Nawal el Saadawi, de 79 años, dice que ‘los revolucionarios están trabajando para cambiar la Constitución y tener un Estado aconfesional, una carta magna en la que hombres y mujeres sean iguales’. A su juicio, el régimen de Mubarak ha usado la religión y el acoso a la mujer para dividir y amenazar a los ciudadanos. ‘Esta revolución es como un sueño’, afirmó El Saadawi, para quien ‘en Tahrir no ha habido ni un solo caso de acoso sexual a mujeres desde el pasado día 25’, fecha en la que comenzaron las protestas” (AFP).

Para comprender esta sorpresa de la gente ante la nueva actitud de los hombres, anotemos que en este país cuatro de cada cinco mujeres han sido asaltadas sexualmente alguna vez en su vida.

Presencia masiva de mujeres en las calles y al frente de la lucha

Claro que este cambio no se debe sólo al “espíritu libertario” de los rebeldes, sino a un hecho bien material: según diversos colectivos feministas, “lo que habitualmente suponía una participación de la mujer de un 10%, en esta ocasión se sitúa entre un 40 o 50% de los manifestantes en los días previos a la marcha de Mubarak”.

“Evidentemente, Egipto sigue siendo una sociedad patriarcal, y ciertos valores siguen estando lo suficientemente enraizados como para permanecer tras una protesta tan innovadora como la del 25 de enero”, reconoce Amal Abdel Hady, de la Fundación Nueva Mujer. No obstante, durante estos días se han visto cosas impensables hasta ahora, como “mujeres que lideran grandes protestas en confraternización con los hombres, rezos conjuntos sin que ellas tengan que ponerse detrás, o gente de ambos sexos durmiendo bajo la misma tienda sin que siquiera se conozcan”, continúa.

En la plaza Tahrir también estuvieron presentes en fotos Sally Zahran, una chica de no más de 20 años, y Habiba Mohammed Rushdi, una señora mayor. Las dos murieron el 28 de enero, una baleada y la otra salvajemente golpeada por la policí­a. Se han convertido en mártires de la revolución.

Las luchadoras egipcias no sólo “acompañan” a los hombres en la rebelión

Para la Fundación Nueva Mujer, la mayor preocupación es que “el hecho de que las mujeres no estuvieran organizadas durante las protestas, con unas exigencias de derechos específicos en mente, puede suponer que se las vuelva a ignorar en esta etapa post Mubarak, como históricamente ha sucedido en Egipto. Hasta el momento ningún grupo, ni siquiera aquellos liderados por jóvenes, han luchado activamente por que se escuche la voz de la mujer”, concluyen.

Coincidimos absolutamente con esta preocupación. Ni el movimiento obrero ni las mujeres pueden confiar al ejército ni a ningún representante del Estado capitalista la satisfacción de sus demandas. En caso de consolidarse un nuevo gobierno burgués, lo más probable es que luego de un período inicial de concesiones para calmar a la gente el gobierno intente volver al “orden”, y el orden capitalista en Egipto es la superexplotación de los trabajadores y la extrema sumisión de las mujeres, como en todo país semicolonial.

Pero esta es una rebelión desde abajo que hasta ahora no se han apropiado ni los religiosos ni el nacionalismo burgués, las barreras que “históricamente” impidieron a los trabajadores y el pueblo egipcio la construcción de una política verdaderamente revolucionaria. Esas barreras se han levantado por un momento, y la gente mira encantada el horizonte de posibilidades que se abre ante sí. El siguiente reportaje “al paso” ilustra muy bien esta situación en lo que hace a las mujeres:

“Mujer: Antes a las protestas iban poquitas mujeres. Los maridos no nos dejaban. Y ahora hemos llenado la plaza, hemos encabezado manifestaciones, nos hemos enfrentado a la policía. ¿Se da cuenta?

“Periodista: Pero Egipto sigue siendo un país patriarcal, machista...

“Mujer: Claro, y lo seguirá siendo un tiempo más. Pero algo grande ha cambiado aquí. Cuando usted ha vivido presa, presa en su propia casa, y prueba la libertad... ese saborcito no se olvida. Las mujeres egipcias ya no volveremos a ser las mismas, se lo aseguro. Cuando vuelva con mis hijos, les contaré. No lo van a creer. Pero yo lo vi, yo lo viví. Ya nada volverá a ser como antes.

Hombres conociendo la solidaridad y el respeto, mujeres conociendo la independencia y la voluntad. Como dijo el escritor Alaa al Aswany: “La revolución hace mejores a las personas”.

Por una organización y un programa revolucionario para la liberación de las mujeres

El feminismo burgués nos achaca a las feministas socialistas una suerte de “traición” (aunque como son gente muy educada nunca usan esa palabra): dicen que impulsamos a las mujeres a embarcarse en revoluciones en las que después se ignoran sus derechos. No somos ingenuas a este respecto, y sabemos que la suerte de las mujeres árabes está ligada a la profundidad que pueda alcanzar el proceso en la región, entendiendo por “profundidad” no solamente cuántos gobiernos caigan, sino también que la perspectiva del socialismo pueda abrirse paso creando nuevos partidos revolucionarios, nuevos sindicatos clasistas y nuevas organizaciones de mujeres con un programa de liberación, unidas a los trabajadores en la lucha contra el capitalismo.

Lo que también sabemos, y las feministas burguesas parecen olvidar, es que la opresión de las mujeres por las iglesias y los Estados es una lacra que crece no donde hay revueltas populares, sino donde la barbarie capitalista no encuentra resistencia. No hay que ser socialista para advertirlo. La escritora El-Saadawi (exiliada por Mubarak y de vuelta en Egipto con la rebelión) comenta: “Yo inicié la campaña Solidaridad Mundial para una Sociedad Secular, porque todos estamos en el mismo barco. No he conocido un país secular. Francia no es un país secular, Estados Unidos no es un país secular. En Noruega, donde estuve el mes pasado, el rey y el primer ministro deben ser cristianos luteranos, el 50 por ciento de los ministros deben estar afiliados a la iglesia estatal, las niñas y niños son obligados a estudiar en las escuelas que el cristianismo luterano es la verdad absoluta. Y eso es Noruega...”

Y esto es Argentina –agregamos nosotros–, el reino del progresismo con cara de mujer, donde ha renacido la vieja costumbre de quemar a las mujeres desobedientes. Las leyes dejan a los golpeadores en libertad para cumplir su amenaza, y los casos de mujeres asesinadas en la hoguera por el marido o el ex marido se suman semana a semana como en tiempos de la Inquisición, ante la impavidez del Estado.

La iglesia muestra su regocijo por el discurso “a favor de la vida” de la presidenta, que inauguró el año político dejando en claro que no habrá legalización del aborto en la Argentina. Ésta es la respuesta del gobierno a las políticas de “cabildeo” de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, al recién estrenado cristinismo de las Lesbianas Feministas por la Legalización del Aborto, y al discurso de María Rachid santificando al parlamento que “le dio” el matrimonio igualitario. Era el único resultado posible luego de que casi todas las organizaciones de género del país se movilizaran para llorar por Néstor y se negaran a hacerlo para luchar por los derechos de las mujeres.

Esta es la realidad: en la Argentina “progre” con presidenta mujer, donde cada año se reúnen 30.000 mujeres en un Encuentro Nacional, las mujeres estamos retrocediendo. En el Egipto islámico, las mujeres avanzan al calor de la rebelión obrera y popular. Quien quiera oír, que oiga.

Este 8 de Marzo, todas a la calle por:

• Derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito. Educación sexual pública, laica, científica y feminista. Basta de subsidios a la iglesia. Fuera la iglesia de la educación y la salud.

• Vivienda, trabajo y protección para las mujeres víctimas de violencia. Cárcel a los golpeadores.

• ¡Viva la lucha de los pueblos árabes! Por la liberación de los trabajadores y las mujeres del capitalismo patriarcal

• Por un movimiento de mujeres feminista y socialista, aliado a las luchas obreras y populares