Socialismo o Barbarie, periódico Nº 196, 04/03/11
 

 

 

 

 

 

Fidel Castro y Hugo Chávez apoyan a Gadafi

Cuando las relaciones de Estado importan más que
los explotados y oprimidos

Por Oscar Alba

La masacre desatada por Gadafi para detener la rebelión del pueblo libio ha puesto a prueba nuevamente los alcances políticos de la izquierda y de aquellos que bajo el barniz del “progresismo” ocultan su desprecio reaccionario por las luchas de los trabajadores y los sectores populares. En el podio de los pseudo revolucionarios que siguen adulando y apoyando a Gadafi en su cruzada genocida para retener el poder político en sus manos, se encuentran Fidel Castro y Hugo Chávez, referentes de amplios sectores de la izquierda latinoamericana.

El comandante cubano afirmó: “Se podrá estar o no de acuerdo con el presidente Muammar Gadafi. El mundo ha sido invadido por todo tipo de noticias, empleando especialmente los masivos medios de información. Habrá que esperar el tiempo necesario para conocer con rigor cuánto hay de verdad o de mentira”. [1] Es decir, para Castro los bombardeos a los manifestantes y los miles de muertos que la represión de Gadafi produjo pueden ser una maquiavélica maniobra de los medios de información para desestabilizar a Gadafi. O sea, tenemos que esperar a ver qué es “verdad o mentira” de lo que se dice de Libia, mientras que las masas en Libia no han esperado más para salir a las calles para terminar con Gadafi.

En una columna llamada “Reflexiones” que escribe en la prensa cubana, Fidel Castro opinó: “Por mi parte, no imagino al dirigente libio abandonando el país, eludiendo las responsabilidades que se le imputan, sean o no falsas en parte o en su totalidad”. Así embellece la figura del dictador que, para congraciarse con el imperialismo, dejó de condenar y luchar contra el Estado sionista de Israel y no abrió la boca cuando los yanquis invadieron Irak.

Por su parte, Hugo Chávez expresó en su twitter: “¡Viva Libia y su independencia! ¡Gadafi enfrenta una guerra civil!” [2], en claro apoyo al régimen del coronel libio. La cuestión es que si algo ha perdido Libia, luego de una etapa con rasgos antiimperialistas, es su independencia. Las empresas yanquis y europeas volvieron por el petróleo libio y quien les abrió la puerta fue el propio Gadafi. Y podría decirse que Chávez confunde ficción con realidad, porque su política real es que lejos de profundizar una verdadera independencia, el deterioro de la situación en Venezuela es tal que está llevando a los trabajadores y las masas venezolanas al hambre y la miseria, dejando lugar a que la oposición reaccionaria y proimperialista gane terreno.

En septiembre de 2009, Chávez condecoró a Gadafi y le entregó una réplica de la espada de Simón Bolívar. Cuando la oposición reaccionaria y golpista venezolana les reclamó a los ministros del gobierno que dijeran si apoyaban a Gadafi, el canciller Nicolás Maduro respondió: “Él (Gadafi) ayudó a consolidar organizaciones vitales que luchaban por la independencia económica del sur, ha sido vital para la Organización de Países Exportadores de Petróleo, ha jugado un papel fundamental en la consolidación del Movimiento de Países No Alineados y su participación fue decisiva en la construcción de la Liga Árabe”.[3]

Con respecto a “los que luchaban por la independencia económica del sur”, ¿se estaba refiriendo a los lazos de amistad que Gadafi tuvo con el gobierno de Isabel Perón y José López Rega, creadores de la Triple A en la Argentina, a mediados de los 70? Y la famosa consolidación del Movimiento de Países No Alineados no fue más allá de algunas declaraciones y documentos y la incapacidad de tomar medidas efectivas contra el atropello imperialista.

Sería bueno que muchos izquierdistas y “progres” terminaran con la fábula del “socialismo del siglo XXI” de Chávez o la liturgia populista del castrismo. Y que aquellos que proclaman el apoyo a la lucha del pueblo libio no olviden quiénes están hoy apoyando al dictador genocida Gadafi.


Notas:

1. “Fidel apoya a Gadafi”, Grethelde de la Llana, 22-2-11.

2. El Comercio de Perú.

3. El Comercio de Perú.