Socialismo o Barbarie, periódico Nº 189, 12/11/10
 

 

 

 

 

 

Universidad Nacional de Córdoba

Vamos por todo

Por Adrián Peryam

Al cierre de esta edición, la Asamblea general de Filo, votó la continuidad de la toma de los 3 pabellones, con la posiblidad de radicalizar aún más las medidas de lucha.

De esta manera, tras 43 días de toma, los estudiantes demostramos que no creemos los intentos de negociar de la Decana, que vía mail anuncia el compromiso de tratar por Consejo Directivo tan sólo dos puntos del pliego de reivindicaciones de los estudiantes, en una sesión extraordinaria que recién sesionará el 29 de noviembre.

Vale destacar que este poco serio esfuerzo de destrabar el conflicto, no sólo demora la solución, sino que tampoco alcanza a satisfacer los reclamos, porque si bien se trata de dos temas sensibles en el estudiantado como son becas y plantas docente, esto se anuncia sin especificar la modalidad, ni la instrumentación de las becas, más un porcentaje limitado, y por otro lado, no se estaría realizando un nuevo pedido de cargos docentes, sino que se distribuiría los cargos en función de la partida presupuestaria ya establecida.

Por tal motivo, los estudiantes continuamos con el plan de lucha que ya lleva 43 días y que dada la coyuntura general, promete seguir al menos por un tiempo.

La institucionalidad de los k como política de gestión universitaria

Esta promesa de continuidad tiene como base la política que viene llevando adelante el gobierno universitario, tanto de la facultad como el rectorado.

Ambas gestiones mantienen una línea común de tratar de no negociar con los estudiantes. La rectora Scotto ninguneo a los estudiantes cuando fuimos al Consejo Superior. Al querer entrar a este, la policía agredió a estudiantes, lo que provocó la ocupación de la sala del Consejo, que terminó sesionando de manera extraordinaria en otro Pabellón, custodiados por la Bisagra y la Franja Morada. Allí votaron lo que los estudiantes pedíamos: el repudio a la Ley de Educación Provincial, que hasta la ocupación no tenían pensado hacer. A su vez la movilización estudiantil le arrancó al rectorado que una delegación del Consejo Superior viniera a dialogar con quienes ocupábamos el Consejo, aunque la reunión no tuvo resultado alguno en cuanto a respuestas por el pliego de negociaciones.

Una semana después, en la siguiente Sesión del Consejo Superior, (sin presencia policial formal, pero con policías de civil y muchas personas con físico de patoteros) se nos permitió leer el pliego de reivindicaciones, y se nos “invitó” a participar de las comisiones correspondientes en el marco del Consejo Superior, a fin de que el pliego de reivindicaciones sea tratado por los mecanismos institucionales correspondientes y con los tiempos de los mismos.

Por su parte, en la Facultad la discusión es bastante similar, desde hace un mes, la entrada principal del Decanato permanece cerrada y se entra al mismo por una puerta lateral que puede ser abierta solamente desde adentro, tarea que lleva adelante miembros de la seguridad del decanato y efectivos de la policía.

La fuerza policial está dentro del edificio a pedido de la decana con el argumento de “preservar el edificio, la documentación habida en el mismo, y el patrimonio de la facultad”, en pocas palabras, por miedo a que los estudiantes tomemos el edificio.

Pero no sólo en eso coinciden con la política llevada adelante por Scotto y el gobierno K, sino que el acuerdo fundamental tiene que ver con que el reclamo estudiantil tiene que ser resuelto por la vía institucional o ser ninguneado o desarticulado por completo.

Las agrupaciones del centro pierden la dirección política de la asamblea

Pero para la institucionalización del conflicto también jugaron las agrupaciones estudiantiles que están al frente del Centro de Estudiantes, tanto El Andén como La Bisagra.

Como buenos “ex independientes” devenidos K, ambos coinciden en que la solución al conflicto viene por el costado institucional. La Bisagra, ya se cansó de pedir que se levanté la toma con mil y una excusas, aunque fracasando no sólo en Filo, sino también en Trabajo Social y en Ciencias de la Información.

Por su parte, El Andén, mucho más político, buscó primero desgastar desde adentro, haciendo que se trabaje el pliego para que sea presentado al Consejo, luego manifestó su desacuerdo en que en las comisiones del consejo participen también representantes de la asamblea sosteniendo los principios de la democracia representativa. También fueron garantes que se realicen las elecciones universitarias, hecho que desvío el plan de lucha por una semana y ahora plantean la necesidad de la suspensión o directamente levantar por lo que ellos consideran buena voluntad del consejo de tratar el pliego.

Es en este marco, en el que la asamblea estudiantil pasó por arriba a las agrupaciones estudiantiles de la gestión, como lo son El Andén y La Bisagra, ratificando el Plan de Lucha y analizando los pasos a seguir

Hay que profundizar el plan de lucha

Lamentablemente, el desgaste propio de un plan de lucha que ya lleva 43 días, mezclado con movilizaciones por temas tan importantes como las que se realizan por Mariano Ferreyra, la suba del precio del colectivo a 2.30 o contra la nefasta Ley de Educación Provincial  y la merma de gente en los pabellones hacen dudar a muchos de la fortaleza de nuestros reclamos.

Esta duda está basada en que no se ve mucha gente acompañando la toma en el “día a día”, pero muy distintas son las asambleas, ya que ahí se ve la fuerza que tiene el reclamo estudiantil, en las que la participación sigue siendo masiva. Prueba de ello es la intimación a una respuesta por parte del decanato para que en 48 hs haya una solución política al conflicto. Esa moción votada en la última asamblea muestra que de no haber respuestas satisfactorias a nuestros reclamos se profundizará todavía más el conflicto y que el estudiante de Filo va por todo.