Socialismo o Barbarie, periódico Nº 186, 30/09/10
 

 

 

 

 

 

Elecciones a la Asamblea Nacional : Se vota en medio de una grave crisis
económica y social

Desgaste del chavismo y reagrupamiento
de la oposición de derecha

Por Lidia Guaicaipuro
Desde Caracas
Para Socialismo o Barbarie, 18/09/10

El 26 de septiembre se realizarán las elecciones para elegir diputados a la Asamblea Nacional, principalmente. La Asamblea estará formada por 110 diputados elegidos nominalmente, 52 por lista y 3 diputados indígenas. Además, 12 diputados irán al Parlamento Latinoamericano.

La Asamblea actual está compuesta en su mayoría (93%) por diputados afines al chavismo, de los partidos PSUV, PPT y PCV. La oposición de derecha tiene 11 diputados del partido Podemos. En las elecciones anteriores, los otros partidos de derecha boicotearon la elección, retirando las candidaturas. Esto le dio abrumadora mayoría a Chávez.

En el referéndum del 2009 para permitir la reelección de Chávez, ganó el oficialismo con 54,86% de los votos contra 45,13% de la oposición y 32% de abstención. En las elecciones regionales de 2008 Chávez ganó 18 gobernaciones, pero de las 5 que ganó la oposición, 4 eran las más importantes y pobladas del país.

En muy probable que el chavismo resulte victorioso, aunque seguramente la derecha obtendrá muchos más diputados que hace cinco años. La derecha va unida en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que agrupa a 11 partidos nacionales entre ellos Copei (democristiano), Podemos (división del MAS), Primero Justicia (neoliberales), Alianza Bravo Pueblo, Un Nuevo Tiempo (neoliberales), La Causa R (populista), MAS (Movimiento al Socialismo, socialdemócrata), Movimiento Republicano (neoliberal) y AD (socialdemócrata neoliberal) y 40 partidos regionales con tarjeta propia.

El partido Patria para Todos (PPT), policlasista “progresista”,[1] salió del frente chavista. En diversas regiones hace alianzas con una corriente trotskista, la USI (Unidad Socialista de Izquierda).[2] En la USI y en las listas de esa alianza hay destacados dirigentes sindicales –como Orlando Chirino, José Bodas y otros– que inicialmente fueron partidarios de Chávez pero luego rompieron con posiciones independientes y a la izquierda del régimen.

A su vez, el PPT rompió en el último año con el oficialismo y aceptó entre sus filas a otros ex partidarios de Chávez, entre ellos Henri Falcón, quien renunció al PSUV en mayo al esgrimir fallas en el proceso revolucionario.

Según las encuestas, que habrá que corroborar, el chavismo conservaría la mayoría en la asamblea debido a la distribución de circunscripciones, pero no sacaría más votos que la oposición.

El gran problema es que el juego de polarización –alentado tanto desde gobierno como desde la burguesía y el imperialismo yanqui que interviene de mil maneras en la campaña– es entre Chávez y la oposición de derecha.

La situación en 2010

Es lógico que muchos de los que antes votaron por Chávez, ahora se abstengan o voten por candidatos opositores. Es que la situación se ha vuelto muy difícil para la mayoría de los trabajadores.

La devaluación de enero de este año ha provocado un alza de los precios de la comida, medicamentos, y todo en general, mucho mayor a la de los años anteriores. Se ha deteriorado el nivel de vida de la población, el sueldo básico apenas cubre 47% de la canasta básica. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los costos elementales de una familia promedio ascendieron a 2.597,52 bolívares en el mes de junio, mientras que la remuneración básica mensual en el país era de 1.223,89 bolívares.

La situación de estancamiento económico continúa. Solamente el estado está empleando trabajadores, y eso sólo con contratos precarios. Para empeorar la situación de los parados y precarios, la venta ambulante, común en las ciudades latinoamericanas, ha sido prohibida, principalmente en Caracas. Los vendedores, en su mayoría mujeres, que osan colocar unas pocas mercancías en el suelo, lo hacen con zozobra. Cuando ven los policías gritan “lluvia” para que todo el mundo recoja sus cosas y empiece a correr.

Pero esto tiene consecuencias graves. La precariedad es el principal factor de aumento fenomenal de la delincuencia, de las agresiones con violencia. Especialmente en Caracas, todos tienen miedo de salir a la calle, de montarse en un bus. En la capital hay una especie de “toque de queda” que comienza en las tardes. La gente se refugia en sus casas. Y en los barrios populares, los hombres jóvenes siguen siendo víctimas de asesinatos.

Recientemente una foto de la morgue de Caracas, donde se apiñaban desnudos, tirados en el suelo, los cuerpos de tantas victimas, causó un enorme escándalo, que aprovechó la derecha.

El gobierno responsabiliza al narcotráfico y al paramilitarismo de estos crímenes. Pero si esto puede crecer y desbordar en forma incontenible, es por la inmensa crisis social y económica que abona el terreno para que ocurran tantas desgracias. También hay mucha violencia contra las mujeres, asesinadas por sus maridos, a pesar de los dispositivos creados por el gobierno para facilitar la denuncia de la violencia doméstica.

Sin embargo, y a pesar del desgaste del chavismo, eso no implica que automáticamente la gente se vuelque a votar por la derecha. Es que la oposición de derecha no resulta creíble. Los trabajadores recuerdan cómo era la vida con esos partidos. Las contradicciones entre los diferentes grupos de derecha también son demasiado visibles, a pesar de la “unidad” electoral. Además que no es difícil darse cuenta de cuáles son sus verdaderos intereses, aunque hagan una campaña demagógica.

Otro factor que debilita al gobierno son los altos niveles de corrupción de sus funcionarios. Hablamos con un trabajador de PDVSA, que debe financiar los proyectos de los consejos comunales. Nos confió cómo los pequeños proyectos de las comunidades –como actividades deportivas– tardan meses en aprobarse porque no hay “tajada”. En cambio, un proyecto de una empresa capitalista para construir miles de vivienda se aprueba rápidamente, porque queda una gran “comisión” para varios funcionarios de PDVSA. De esos proyectos, el 30% o más se va en “comisiones”, así que lo que finalmente se construye es poco. ¡Así está muy lejos de solucionarse el problema de la vivienda!

“Socialismo” de Chávez, propaganda y realidad

Al mismo tiempo que eso sucede a la vista de todos, se hace una propaganda permanente sobre el “socialismo”, el “poder de las comunidades”, el “arte socialista”, la “participación de la mujer”, el “control obrero”, etc. Pero la realidad la muestra el ejemplo de los trabajadores del seguro social, que han llegado al colmo de necesitar hacer huelga de hambre por sus derechos. Dirigentes sindicales han sido asesinados, sin que jamás se encuentre a los culpables. Los burócratas sindicales chavistas maniatan al movimiento obrero, y los empleados públicos no se atreven a luchar por sus salarios por terror a represalias y sobre todo, los despidos.

El régimen, al mismo tiempo que habla de “socialismo”, exhibe y promueve una escandalosa desigualdad. Un empleado de jerarquía de PDVSA gana 12 veces el sueldo de un obrero. Sus hijos se van de vacaciones a Cuba, con el plan vacacional de PDVSA. Mientras, un obrero no puede pagar los útiles escolares de sus hijos. Los bancos privados siguen debilitando la moneda y haciendo enormes ganancias.

Etc., etc., etc. Sería interminable la lista de hechos que demuestran cómo Chávez desprestigia todos los días la palabra socialismo.


Notas:

1.- http://www.ppt.org.ve/noticias/23-7-10-2.htm

2.- http://laclase.info/