Socialismo o Barbarie, periódico Nº 182, 06/08/10
 

 

 

 

 

 

La reunión del 31 de julio en Pacheco

Un des-encuentro que no pasara a la historia

El pasado sábado 31 de julio se realizó en un club de Pacheco (zona norte del gran Buenos Aires) un “encuentro” que, a priori, había sido convocado por la interna de Kraft y la ejecutiva de Fate. Supuestamente se trataba de una convocatoria de frente único de experiencias obreras. La asistencia alcanzó unos 550 compañeros dentro de los cuales, desde el nuevo MAS, aportamos una delegación de 100 con más de 30 delegados de diversos sectores.

El “encuentro”, que podría haber sido un pequeño paso adelante, fue un bochorno incalificable. Siempre igual a si mismo, el PTS intento monopolizar el micrófono rompiendo con todo criterio de frente único en el desarrollo del mismo.

Más allá de una estéril autoproclamación y un ultimatismo que ridículamente cree que desde su pequeño grupo se podrán resolver los inmensos problemas que plantea la recomposición obrera en nuestro país[1] el objetivo concreto en este caso –rompiendo cualquier criterio de frente único– fue lisa y llanamente esconder cobardemente su escandalosa y oportunista política de presentar una lista en la CTA contra la que está encabezando el SUTNA San Fernando[2].

Es por esta sencilla razón que no quería que se discutiera nada. Que maniobraron todo el tiempo respecto de la preparación de la reunión. Y que convocaron bien tarde (cuatro de la tarde en invierno) no vaya a ser que a los asistentes se les vaya a ocurrir discutir algo...

En estas condiciones, los compañeros de la ejecutiva de FATE se terminaron hartando, retirándose de la reunión. Detrás de ellos salió la delegación del nuevo MAS y la mayoría de los asistentes que no eran militantes del PTS.

En síntesis: se trató de un des-encuentro que no pasará a la historia[3] donde ni se discutió de política, ni tampoco se podía votar medidas reales de lucha dado lo limitado de los asistentes[4]. En todo caso, fue una demostración más –por si hacía falta– de que lo único que trata de hacer el PTS es construir una pequeña colateral sindicalista que no sirve ni como referente de lucha (no le da la envergadura) ni mucho menos como referente político de independencia de clase: ¡su principio más profundo es un cretinismo sindicalista a toda prueba!


[1] Parte de esta ubicación es una sobre-valoración de la experiencia de Kraft. Se trata de una de importancia, pero que no superó realmente la norma de los conflictos obreros dirigidos por la izquierda en estos últimos años como el caso de las luchas de FATE y el neumático o el Casino por nombrar las más emblemáticas. Además, el PTS, que se caracteriza por tirar “rayos y centellas” contra todo el mundo y pretender dar lecciones de “política revolucionaria”, se negó redondamente a impulsar la ocupación de la fábrica cuando había condiciones para ello.

[2] Ahora resulta ser que la justificación para esto es el hecho de que a la lista encabezada por FATE se le haya sumado IS... un argumento ad-hoc que no resiste el menor análisis.

[3] Sin temor al ridículo, el PTS definió esa reunión como un “encuentro histórico como hace décadas no se veía en el país”...

[4] La larga lista de resoluciones votadas salieron de la “galera” porque nadie las discutió.