Socialismo o Barbarie, periódico Nº 179, 24/06/10
 

 

 

 

 

 

Se levantó la toma de 16 días de Medicina

Una lucha extraordinaria con final agridulce

Por Ernesto, Maite y Maxy
Agrupación Ya Basta! – UNLP

La toma que los estudiantes de Medicina iniciaron el miércoles 2/6 para impedir que se les aplicara una durísima restricción a la Práctica Final Obligatoria de la carrera, fue levantada el viernes 18 para dar paso al “diálogo” con las autoridades en el Consejo Directivo de la Facultad.

Los 16 días de toma fueron un sacudón para toda la UNLP, pues se trató sin duda de la lucha más importante en años en una facultad platense, mérito de un activismo que impuso la toma y de la alta participación de la base estudiantil. No obstante, este hito de lucha se levantó sin conseguir su objetivo, que era la anulación de las restricciones a la PFO. En el acta firmada por estudiantes y el decano con la mediación del Rectorado, no se desconoce sino que se ratifica la resolución del Ministerio de Educación que impone las restricciones, y sólo plantea discutir los “plazos de implementación”, en el ámbito de las instituciones de la LES. No se trata de una derrota, ya que las restricciones fueron de hecho frenadas y difícilmente puedan ser aplicadas por un buen tiempo, pero es evidente que se perdió la oportunidad de lograr un triunfo histórico para Medicina y para todo el movimiento estudiantil contra la LES y la CoNEAU. Nos parece fundamental que los activistas de Medicina, que ya probaron de sobra su capacidad para la lucha, saquen las conclusiones necesarias de estos sucesos para evitar que se vuelva a perder una oportunidad así, y para que la próxima lucha sea una contundente victoria.

Los alcances: la decisión del activismo y la masividad

El hecho mismo de luchar fue impuesto por el activismo a la CEPA, conducción del Centro de Estudiantes, que votó en contra de tomar la Facultad y que el primer día de toma trató de que fuera “simbólica”, es decir, nula. También se le impuso que la pelea fuera por la anulación de la resolución, cuando la CEPA sólo planteaba la suspensión. Sobre la base de esta convicción de pelear de plano contra las autoridades y con una medida de lucha tan contundente y masiva (varias asambleas de cerca de 1.000 estudiantes), había fuerza suficiente para reventar la resolución y al decano Martínez de una vez por todas, si se ponía el blanco en la CoNEAU y la LES, si se enfrentaba a fondo la resolución del Ministerio de Educación Nacional para desconocerla, saliendo de la trampa de discutir sólo en el ámbito de la facultad.

Los límites: la CEPA

Pero la CEPA trabajó denodadamente para frenar esta dinámica y levantar la toma como fuera, apoyándose en un sector legalista de estudiantes, constituidos en “Comisión de legal”[1], a través de los cuales propusieron cosas como cantar el Himno Nacional en las asambleas, encabezar las marchas con una bandera argentina, o hacer una “cadena de oración, como se hizo en Kraft”, ¡cuestión que ya atenta contra la educación laica!

La CEPA, que se llena la boca diciendo “todos contra Martínez y Hoja de Roble[2]”, se negó una vez más a darle una pelea digna, ¡incluso con esta toma!, porque su objetivo no es echar a Martínez sino apenas resistir sus ataques, porque su utopía es la “coexistencia pacífica” con una gestión con la que es imposible coexistir, ya que por ejemplo en pocos días dejará a cientos de ingresantes afuera gracias a sus famosos exámenes restrictivos… La CEPA que se llena la boca “contra el gobierno K”, ¡aquí tenía una verdadera lucha contra el gobierno K, contra la política del Ministerio de Educación, y se negó a dar esa pelea! ¡Incluso quiso generar expectativas en que el Ministerio se posicionaría del lado de los estudiantes!

La clave para destrabar el conflicto pasaba por clarificar a todos los estudiantes en lucha el rol jugado por la CEPA, para correrla de la dirección del conflicto e ir a fondo por la anulación. Pero la única agrupación de izquierda con estudiantes de la Facultad, En Clave Roja-PTS, en vez de cumplir este papel se limitó a hacer algo necesario pero no suficiente como es la solidaridad desde las otras facultades, sumándose en esto a la iniciativa del Ya Basta! en Humanidades y Bellas Artes, también junto al CAUCE. En ninguno de sus volantes ni en los artículos de su periódico clarificó el problema político de una dirección que desconocía sistemáticamente los mandatos de asamblea que votaban “anulación”, ¡pero que a cada nueva asamblea llegaba presentando la misma propuesta del Rectorado![3]

Este balance está al servicio de evitar que los activistas de Medicina que dieron todo por ganar se desmoralicen al presenciar el lánguido epílogo de los Consejos Directivos y sus farsas de Comisiones, y que, al contrario, sigan adelante y formen junto al Ya Basta! algo nuevo, una agrupación que dispute a la CEPA la dirección de las luchas y del Centro de Estudiantes de Medicina.


[1] Esta curiosidad resulta tan histórica como la toma: que la comisión que dirige políticamente una toma se llame no “Comisión de lucha”, “Comisión de organización” o “Comisión política” sino ¡“Comisión de legal”!

[2] Hoja de Roble es la agrupación que no sólo gestiona la Facultad de Medicina sino también las principales clínicas de La Plata.

[3] Los artículos referidos son “Mantener la toma…” en LVO Nº378 y “La lucha de Medicina la ganamos entre todos!” en LVO Nº379. En este último ni siquiera se nombra a Unite-CEPA, como si no existiera.