Socialismo o Barbarie, periódico Nº 179, 24/06/10
 

 

 

 

 

 

Masacre en Bariloche

Juicio y castigo a los responsables
materiales y políticos

Corresponsal

A poco más de 23 años de la masacre de Ingeniero Budge, el asesinato de Diego Bonefoi de un tiro en la cabeza, y luego de Nicolás Carrasco y Sergio José Cárdenas por la feroz represión descargada contra los que se movilizaron en repudio, vuelven a abrir el debate sobre la política de gatillo fácil que efectúa el Estado como forma de control social. Cuestión que se combina, en el caso de Bariloche, con las masivas marchas reaccionarias de apoyo a la policía asesina.

La situación social de Bariloche es muy contradictoria, más allá de todas las apariencias. La potente “industria” del turismo genera la perpetuación de una situación social en la cual la mayoría de la población queda fuera de este circuito, y se ve obligada a vivir de “changas”. Los trabajadores que viven de esta actividad, se pueden separar en dos categorías: una minoría, altamente calificada; y una gran mayoría, flexibilizada, que encuentra trabajo en los restaurantes, bares, hoteles.

En toda esta estructura, la policía que asesinó a Bonefoi juega un rol muy particular.  A la par que asesina, tortura y detiene al azar a los jóvenes en los barrios pobres; en el centro actúa como perro de caza, controlando que nadie “del alto” se le acerque a un turista para pedirle plata, comida, etc. Sacándolos a patadas del centro. Lógicamente, esto responde al negocio millonario. La masiva marcha reaccionaria a favor de la policía es un reflejo de esto. Organizada por las cámaras empresarias, se movilizaron los comerciantes, la pequeña burguesía acomodada y todos aquellos que viven del negocio del turismo.

Sin embargo, este aspecto se combina con otro más general, que hace al rol de la policía en los barrios obreros y pobres, y al rol del gobierno K en todo esto, que en los últimos tiempos viene profundizando la criminalización de la protesta social. Lleva adelante causas contra trabajadores, estudiantes, tiene preso a Roberto Martino por manifestarse contra el Estado genocida de Israel y utiliza la represión cuando no puede contener las luchas obreras por medio de la burocracia sindical; a su vez, a nivel de los barrios obreros, populares, sigue garantizando que la policía asesine impunemente, como forma de disciplinamiento social.

El gobernador Saiz, responsable de los asesinados, junto al Intendente Cascón y a la policía, habla de “no politizar la tragedia” respondiéndole a quienes pedían su renuncia. Sínico y caradura. ¿No son políticas la feroz represión y los dos asesinatos, a manos de la policía y el BORA, mientras velaban los restos de Bonefoi? ¿No es político el pedido al gobierno nacional de la Gendarmería, y la movilización de policías desde Viedma y Roca? ¿No son políticos los casos diarios de gatillo fácil? Desde el Nuevo MAS creemos que se debe profundizar en la politización. Es el propio sistema capitalista el que necesita para su funcionamiento la represión y los asesinatos. Exigimos: Juicio y castigo a los responsables materiales y políticos de la masacre; retiro inmediato de la policía de los barrios; desmantelamiento del aparato represivo del Estado.