Socialismo o Barbarie, periódico Nº 173, 01/04/10
 

 

 

 

 

 

Problemas del imperialismo yanqui con sus colonizadores en Palestina

Obama se pelea con el gobierno de Israel

Por Claudio Testa

En las últimas semanas, la primera plana de las noticias internacionales fue ocupada por el match Obama vs. Netanyahu: las disputas entre la Casa Blanca y el gobierno de Israel.

Un primer round fue el frustrado viaje del vicepresidente de EEUU Joe Biden, anulado por Obama ante la provocación del gobierno de Israel, que dispuso en vísperas de su partida una nueva expansión de los asentamientos judíos en Jerusalén (con la consiguiente expulsión de palestinos).

El Muro del Apartheid que rodea los guetos palestinos. El plan de Obama es montar con ellos la farsa de un “Estado Palestino”. El gobierno de Israel ni siquiera acepta eso.

El segundo round fue el viaje de Netanyahu (primer ministro de Israel) a Washington, donde habría sido “humillado” por Obama, que en medio de la reunión lo dejó con la palabra en la boca levantándose y diciéndole: “Me voy a cenar con Michelle y las chicas... Hazme saber si tienes algo nuevo que decir...”. (EFE, 25/03/10)

¿Qué está pasando?

Esto es novedoso en las relaciones EEUU-Israel. Hay una crisis que provoca chisporroteos en un matrimonio con casi 50 años de duración.

En 1947/48 el imperialismo yanqui y la burocracia de Moscú se pusieron de acuerdo para votar en la ONU la creación de ese enclave colonial llamado lsrael. Lo hicieron a costa del territorio y el pueblo de Palestina. Luego de esa votación, Washington y (sobre todo) Moscú suministraron armas a los colonizadores para masacrar a los palestinos y realizar una de las mayores “limpiezas étnicas” del siglo XX.

Sin embargo, fue recién en los años 60 que EEUU e Israel llegaron a establecer una asociación tan estrecha que ha llevado a caracterizar a ese enclave colonial como el “estado Nº 51 de EEUU”. Desde entonces, no ha habido crimen ni barbaridad cometida por Israel contra los palestinos y otros pueblos de la región, que no haya contado con el aplauso y/o el silencio cómplice de Washington. ¿Por qué ahora es distinto? ¿Hasta dónde llegan realmente las diferencias?

Por supuesto, hay que descartar que después de dar apoyo incondicional durante décadas a ese estado racista, la Casa Blanca se haya conmovido por el genocidio en cámara lenta que sufren los palestinos.

Aquí estamos ante algo que se ha dado otras veces en la historia: las rencillas por diferencias de intereses y políticas entre el gobierno de un imperialismo y sus colonos. En el siglo pasado, un ejemplo fue la pelea entre los “pieds noir” de Argelia y el gobierno francés.

Para ver esto en el caso actual de EEUU-Israel, oigamos a uno de los principales jefes del Pentágono, el Gral. David Petraeus: “la ‘impresión’ [textual!!] que EEUU favorece a Israel en Oriente Próximo, está dañando nuestros intereses en la región, socavando a nuestros aliados árabes y ayudando a que Al Qaeda e Irán ganen influencia...”.[1]

El imperialismo yanqui no sólo está sumergido en la más grave crisis económica desde la Gran Depresión. También su dominación mundial viene en declive, aunque no hay todavía un derrumbe.

El centro de gravedad geopolítico de EEUU como principal potencia mundial es precisamente esa vasta región que el colonialismo occidental bautizó como “Oriente Próximo” o, mejor, “Medio Oriente”, y que va desde Líbano, Palestina y Egipto hasta Afganistán y Pakistán. Esto explica la trascendental importancia de Israel para EEUU y su constitución de facto como “estado Nº 51”.

Y esa también es la base de la pelea Obama-Netanyahu. Empantanado en guerras y ocupaciones coloniales que no marchan bien, y con sus gobiernos vasallos cuestionados en muchos países, EEUU necesita urgentemente dar a los pueblos árabes e islámicos una “impresión” opuesta a la que dice el Gral. Petraeus.

¡Le vendría muy bien a Washington que Obama apareciese ante esos pueblos como el que “hace justicia” a los palestinos...! Y para eso lo primero es frenar los “asentamientos”.

Dos políticas

Esto enfrenta no sólo a Obama con Netanyahu, sino que divide asimismo al establishment del imperialismo yanqui, sus dirigentes corporativos y políticos, entre los cuales comienzan a abundar las críticas a Israel. Una encuesta de fines de 2009 entre 642 miembros del Council for Foreing Relations –de gran influencia en el Departamento de Estado– dio por resultado que dos tercios son muy críticos a Israel y estiman que EEUU ya ha hecho demasiado a su favor. Lo del Gral. Petraeus refleja algo más que una opinión personal...

A su vez, también dentro del mismo campo sionista hay divergencias. El AIPAC (American Israel Public Affairs Committee), el tradicional lobby israelí que constituye uno de los principales factores de poder dentro de EEUU, sigue apoyando incondicionalmente a Netanyahu. Pero le ha salido un competidor: se ha conformado otro lobby sionista, llamado JStreet, que sostiene la línea de Obama.

A grosso modo, hay dos políticas. La del actual gobierno de Israel es seguir hasta el fin la lógica de la colonización: es decir, el exterminio y/o traslado de la población palestina. No es una broma la propuesta de Avigdor Lieberman –ministro de Relaciones Exteriores– para la solución final de la “cuestión palestina”: arrojar una bomba atómica en Gaza y expulsar a la población de Cisjordania a los países vecinos.[2] Esta propuesta es simplemente consumar el mecanismo de “limpieza étnica” que es la base sobre la que se fundó Israel como estado colonial-racista.

En cambio, la otra política, la que expresa Obama, es no extender más los asentamientos de colonos sionistas y montar la farsa de un “estado palestino”. Los palestinos ya han sido expulsados de la mayor parte de su territorio y encerrados en tres o cuatro guetos rodeados de un muro de 8 metros de altura y aislados entre sí. A esas “prisiones a cielo abierto” se les pondría un cartel de “Estado Palestino”, y sería administrado por los mercenarios traidores de la “Autoridad Nacional Palestina”, encabezados por Mahmoud Abbas.

Es el esquema del “bantustán”, con que los racistas blancos de Sudáfrica sometieron a la población de color. También hubo allí traidores nativos que se conchabaron como “gobernantes” de los bantustanes y además formaron parte de los cuerpos armados con que se reprimía a la población africana.

Simultáneamente a la ruidosa disputa Obama-Netanyahu, trascendió una noticia poco difundida pero que define bien los límites de esas divergencias:

“Estados Unidos e Israel firman acuerdo armamentista de 250 millones de dólares. Mientras la atención se ha centrado en la reciente tensión entre el gobierno de Obama y el israelí por la construcción de asentamientos, el Pentágono y las Fuerzas Armadas israelíes concluyeron otro acuerdo armamentista de gran magnitud. El periódico israelí Haaretz informa que EEUU le dará a Israel tres nuevos aviones de transporte Hércules-J, producidos por Lockheed Martin, a un costo de 250 millones de dólares. Israel también está negociando un posible acuerdo de tres mil millones de dólares para comprar aviones de combate Lockheed F-35...”[3]

En medio del match Obama-Netanyahu, Israel sigue siendo su “estado Nº 51”.


Notas:

1.- Ricardo Mir de Francia, corresponsal en Jerusalén, “El gobierno israelí se resiste a ceder a las presiones de EEUU”, El Periódico, 27/03/10.

2.- “Lieberman: Treat Hamas like Japan in WWII”, AFP, 13/01/09.

3.- “US-Israel Agree to $250M Arms Deal”, Democracy Now!, 26/03/10