Socialismo o Barbarie, periódico Nº 173, 01/04/10
 

 

 

 

 

 

Lo que dejó la pelea por la Plaza de Mayo

El gobierno K pegando a derecha e “izquierda”

El pasado miércoles 24 el gobierno salió a jugar la carta de la polarización con la oposición patronal que “lo pretende destituir”… Esa carta terminó pegando en sectores permeables al discurso de los derechos humanos. Sobre esa base se anotó un triunfo político, si bien se trata de uno no extendible al conjunto de la escena nacional donde “la pelea por las masas” –por así decirlo– se juega en el terreno de la economía y la inflación.

La jornada del 24 no dejó de ser ejemplificadora: de alguna manera fue una “radiografía” de todas las tendencias que actúan en la palestra nacional –desde la derecha hasta la izquierda– aunque vistas por el exclusivo lente de la lucha “democrática”.

Lo concreto es que el gobierno logró en parte su objetivo de “monopolizar” la jornada copando el centro de la Plaza de Mayo. Sin embargo, también hay que subrayar que esto no impidió que desde los sectores y organismos independientes de los K –agrupados en el EMVJ– lográramos ingresar a la Plaza lo que no dejó de ser un gran resultado de los más de 20.000 compañeros y compañeras que logró movilizar este espacio.

Duhalde, Noble y la “calesita” K

En su puesta en escena del 24 el gobierno contó con varios elementos a su favor. Por un lado estuvieron las escandalosas declaraciones de Eduardo Duhalde. El mismo acababa de manifestar –atención que habla para otro “público”– que debería “plebiscitarse” en las elecciones presidenciales del 2011 si la población “está favor o en contra de que continúen los juicios a los genocidas”. Luego de sus declaraciones se han podido ya escuchar posiciones parecidas en varios medios de comunicación (por ejemplo respecto del “vaciamiento de los juicios”, que “a la gente no le interesan los mismos”, etcétera).

Está clarísimo que lo que plantea Duhalde seguramente hace sintonía con un sector de la patronal que siquiera quiere que gerontes de 80 años deban seguir desfilando por los tribunales. ¡Duhalde impulsa un liso y llano nuevo Punto final!

Luego está el caso emblemático de Ernestina de Noble, dueña del diario Clarín. Lo que pasa es que además de la complicidad de este diario con el golpe militar (lo mismo que el diario La Nación y otros) está el hecho que desde años es un “secreto a voces” que “sus hijos” son apropiaciones de madres y padres desaparecidos. ¡Las chicanas judiciales para que no se hagan un serio análisis de su ADN ya llevan años y las pruebas acaban de ser suspendidas nuevamente!

Está claro que, entonces, disparar contra la Noble es facilísimo porque su caso es un escándalo: de ahí la justa consigna que se cantaba entre las filas K: “Noble, Magneto [por el gerente general del diario] devuelvan a los nietos”.

Sin embargo, esto sólo sirve para “polarizar” y esconder la verdad de las cosas: y la verdad es que el juzgamiento a los militares sigue circunscripto –en la generalidad de los casos– a personajes de elevadísima edad sin ningún peso hoy en las FFAA, al tiempo que la lentitud de los pasos procesales de la justicia (y la mecánica de los mismos) sólo hacen más trabajoso todo el proceso de juzgamiento: una verdadera calesita K.

Como denuncia Adriana Calvo, sólo una ínfima minoría de los genocidas ha sido juzgada desde el 2003 y una más ínfima aún esta detrás de las rejas. El hecho es que las causas han sido fragmentadas hasta el infinito. Se montan juicios donde sólo se juzgan algunos personajes. “Evolutivamente” por así decirlo, la cosa se puede extender hasta el infinito dada esta fragmentación, al tiempo que a los compañeros testigos que han vivido semejante barbarie se los hace ir una y otra vez a declarar…

Julio López y Carlos Fuentealba: de eso no se habla

Una justicia que nunca llega, esta calesita de nunca acabar no es entonces verdadera justicia. Y para colmo, como revelación de su política y de su impotencia de confiar todo en la susodicha “justicia”, ahora a Cristina no se le ha ocurrido mejor idea que plantear llevar el caso de los hijos de Noble a las instancias “internacionales”… Como si el Estado argentino no pudiera hacer nada al respecto. ¡A confesión de parte relevo de prueba! Se trata de un verdadero escándalo que muestra toda la impotencia de los K en la materia.

Para colmo de colmos, el gobierno K se niega rotundamente a hablar de los casos de desaparición o asesinatos de luchadores que han ocurrido bajo su gobierno. Se trata de los compañeros Julio López y Carlos Fuentealba. López está desaparecido hace varios años ya y sobre el hecho de la impunidad escandalosa que rodea su caso, se sigue montando una acción de amedrentamiento y asesinato de otros testigos. Es el caso de estos días de la compañera Silvia Suppo asesinada en condiciones por demás sospechosas al parecer por el sicariato que estaría haciendo su aparición en nuestro país.

A esto se le agrega el caso de nuestro compañero Carlos Fuentealba, asesinado hace ya 3 años en Neuquén. Si es un hecho que el autor material de su muerte está entre las rejas, Jorge Sobisch, su autor intelectual (y demás cómplices) gozan de “buena salud”: están en completa libertad y el gobierno K jamás tomó cartas en el asunto.

El silencio gubernamental frente a estos hechos, sumados a la fragmentación extrema de las causas y en la insistencia en la “vía de la justicia” para impulsar el juzgamiento muestran los estrictos límites burgueses de su política de derechos humanos en momentos que, a la vez, dado sus límites e impotencia, está recibiendo ahora peligrosos cuestionamientos por derecha.

La izquierda sojera como coartada

Dadas las señaladas circunstancias, está claro que el gobierno logró un cierto triunfo político el 24. Como venimos señalando, la jornada tuvo convenientes elementos de polarización contra la oposición derechista… pero también contra la izquierda presentada toda ella como “sojera”.

La cuestión es que el gobierno K está haciendo el esfuerzo por poner en pie –de manera ultra “light”– una suerte de ala política “progresista” afín dentro del peronismo. Ahí está el caso del programa televisivo “6, 7, 8” e iniciativas por el estilo. Así las cosas, fue a la Plaza con consignas como “no venimos por el chori, no venimos por el plan, venimos por un proyecto nacional y popular” o el mismo “Ernestina, Magneto, devuelvan a los hijos”.

Pero no se ha tratado sólo de Duhalde, Noble o Magneto. Cuando la columna de EMVJ entró a la Plaza hubo ciertas chiflatinas y sectores que nos acusaron, en bloque, de “sojeros”…

Aquí hay un problema real: la hipoteca que pende sobre una parte de la misma izquierda no K que en el conflicto del 2008 apoyaron a la Sociedad Rural: ¡este ha sido el caso, fundamentalmente, del PCR, el MST y la IS que no tuvieron empacho en mezclar sus banderas con las de la Sociedad Rural en el recordado acto de Palermo!

Se trata de un punto de quiebre real de la situación del país desde aquel momento, que el gobierno K, obviamente, pretende usar a su favor y que escandalosamente no ha merecido autocrítica alguna de estos grupos cuando la realidad ha demostrado –a los gritos– el desastre de esta posición.