Socialismo o Barbarie, periódico Nº 169, 04/02/10
 

 

 

 

 

 

Honduras

¡Fortalecer la Resistencia luchando
contra las medidas del régimen golpista
presidido por Pepe Lobo!

A fines de junio del año pasado, el  golpe de Estado en Honduras  se convirtió en el centro hacia donde convergieron las miradas de Latinoamérica y parte de Europa. El repudio general del movimiento de masas latinoamericanas motivó y puso sobre el tapete acciones de solidaridad con los trabajadores y los sectores populares del país centroamericano. El régimen golpista y reaccionario de Micheletti tuvo una rápida respuesta en las calles por parte de los trabajadores, estudiantes y sectores pobres. Esta movilización fue dando cuerpo a un Frente Nacional de Resistencia que puso en jaque a Micheletti. La complicidad del imperialismo, el reformismo y el temor a una radicalización mayor de la población por parte del depuesto presidente Manuel Zelaya permitieron sostenerse en el poder a los golpistas. Durante meses la Resistencia Popular luchó y se manifestó heroicamente pese a los toques de queda y la represión de la dictadura. Las elecciones nacionales convocadas por los golpistas fueron una farsa. La abstención electoral por el repudio al régimen fue altísima y la dictadura debió dibujar números para “legitimar” los comicios y al “electo” presidente Porfirio Lobo. Por eso, en Honduras se ha abierto una nueva fase en la lucha contra el régimen golpista que se escuda en una vergonzante “institucionalidad” burguesa. Presentamos aquí un artículo de los compañeros del Partido Socialista de los Trabajadores de Honduras, integrantes de la Corriente Internacional Socialismo o Barbarie,  publicado en su periódico El Trabajador Nº 74/enero 2010, sobre la situación actual.

Apelando al fraude electoral y la represión, el frente de los golpistas —integrado por los partidos que participaron en las elecciones, el Tribunal Nacional Electoral, la Corte Suprema de Justicia, el Ministerio Público, el Congreso Nacional, las Fuerzas Armadas, las cúpulas de las iglesias católica y evangélica y el conjunto de la burguesía hondureña—, da inicio a la segunda parte del golpe de Estado perpetrado el 28 de junio.

Bajo la conducción del imperialismo norteamericano presidido por Barack Obama, el régimen golpista se despoja del rostro gorila (Micheletti) para reemplazarlo por el rostro del Lobo disfrazado de abuelita (como en el cuento para niños de Charles Perrault), manteniendo todas las instituciones que dieron el golpe de Estado en el poder.

Con un discurso de reconciliación, llamando “Presidente” a Manuel Zelaya Rosales, nombrando vicepresidente del Congreso Nacional al garroteado y descarado Marvin Ponce de UD, enamorando a los dirigentes del Frente Nacional de Resistencia, Porfirio Lobo (alias Pepe), pretende engañar al pueblo y sus dirigentes para avanzar con los objetivos golpistas: tratar de recuperar las ganancias capitalistas –en medio de la caída de las inversiones y ganancias –producto de la crisis económica internacional, del Golpe de Estado y de la Resistencia popular–  golpeando al pueblo, en particular a los trabajadores, para quitar conquistas mediante el desempleo y la rebaja salarial, la contrarreforma agraria, la privatización de la salud, la educación y los servicios públicos, la “piñata” de los recursos naturales y el saqueo directo y descarado de las arcas públicas.

Para imponer dichos objetivos de superexplotación necesita desmovilizar la Resistencia cediendo cuotas o privilegios dentro del mismo régimen golpista como si en Honduras no hubiera pasado nada.

Aunque cante como sirena sigue siendo Lobo

Luego de los primeros intentos fallidos de incorporar al Diálogo Nacional a los dirigentes populares, Pepe tomó al toro por los cuernos, y se comprometió “tan pronto asuma las funciones de Presidente Constitucional de la República [...] a dictar un auto de salvo conducto en favor del Presidente José Manuel Zelaya y de sus familiares, a los fines de que puedan ejercer a plenitud el derecho ciudadano que les corresponde al disfrute de la libertad de tránsito, tal como se encuentra consagrado en la Constitución de la República.”

En respuesta Zelaya señaló que ve como “un buen gesto de Lobo esta iniciativa, que está lógicamente como presidente electo desmarcándose de la dictadura”.

Sin embargo, Pepe aclaró que su pretensión es que “Honduras normalice su relación con el mundo” y para que no quedaran dudas sobre quién manda explicó: “Quiero que sepan que todo lo que se ha estado haciendo ha sido consultado con Estados Unidos”.

Por tanto, a no confundirse, Lobo no se está “desmarcando de la dictadura”, “simplemente busca el reconocimiento internacional”, como aclaró el abogado de la Resistencia y de la Candidatura Independiente  Popular, Fredin Funes. En otras palabras, su objetivo es el mismo que desde el golpe de Estado han tenido los golpistas: impunidad frente a sus crímenes contra el pueblo, reconocimiento y ayuda económica internacional y las bendiciones de Tío Sam.

El objetivo de la “sucesión constitucional” fue realizar las elecciones generales para evitar la posibilidad de una Asamblea Constituyente —por donde pudiera expresarse el pueblo trabajador—y ahora pretende cambiar el carácter de la Resistencia que actualmente es un poder popular para convertirla en un inofensivo partido electoral, fácilmente controlado por la burguesía como ocurre con Unificación Democrática. De esta manera pretenden lograr un grado de “normalidad”, “reconciliando el fascismo con la resistencia” —como predica César Ham de Unificación Democrática a cambio de un cargo en la directiva del Congreso Nacional—, que les permita llegar al próximo proceso electoral recuperando la legitimidad y gobernabilidad burguesa, cuestionados por el pueblo en las calles.

No perder el rumbo

La Resistencia y en particular el Frente Nacional, bajo ningún punto de vista pueden reconocer el gobierno de  Pepe Lobo asentado en el régimen de terror de los golpistas. Tampoco puede caer en la ilusión de prepararse para las elecciones del 2014 permitiendo que la burguesía golpista avance en sus objetivos políticos, económicos y sociales.

Desde el primer día de gobierno de Pepe, hay que retomar la lucha de manera democrática, organizada y disciplinada. Es necesario definir un programa de lucha que de respuesta a los crímenes cometidos por el régimen golpista. No sólo se trata de denunciar las violaciones a los derechos humanos, sino de parar los asesinatos, encarcelamientos y violaciones de todo tipo que continúan pese a los cantos de sirena de Pepe Lobo.

El movimiento campesino, los trabajadores de la educación, la juventud estudiosa, los obreros de la maquila, la población pobre, están siendo atacados cotidianamente por la burguesía, sus instituciones y la represión, en sus intereses cotidianos. El Frente Nacional debe movilizarse en defensa del pueblo que es la base fundamental de la Resistencia.

Parar los crímenes, los despidos, los desalojos, las alzas de precios, la entrega de los recursos naturales, el saqueo generalizado, deben ser los objetivos inmediatos de la Resistencia junto con la lucha por la Asamblea Nacional Constituyente libre, democrática y soberana para la Refundación de Honduras.

¿Prepararnos para las elecciones en el 2014 o para la huelga general para derrotar el régimen golpista?

Derrotar a la burguesía golpista y su política, pasa entonces por derrotar al gobierno de unidad golpista de Pepe Lobo. Sin la derrota de dicho gobierno es imposible lograr el objetivo de refundar el país sobre otras bases, y las elecciones del 2014 nos encontrarán  más débiles y a los golpistas más fuertes para lograr sus objetivos.

La movilización y lucha permanente debe ser la consigna del día de la Resistencia. A las acciones y actividades cotidianas del Frente expresadas en diversas formas de lucha es necesario agregar la preparación seria y responsable de la huelga general. No hay otra forma de derrotar a los golpistas, como ha quedado demostrado en siete meses de resistencia.

Se trata de articular y complementar dichas acciones, dando los primeros pasos que preparen la Huelga General. Los Paros Cívicos, en particular el del 17 de abril del 2008, ya son parte del método de lucha del pueblo hondureño y deben ser retomados en el camino de la huelga general.

La Resistencia no podrá graduarse si no pasa esta asignatura pendiente.