Socialismo o Barbarie, periódico Nº 159, 10/09/09
 

 

 

 

 

 

Los gorilas llaman a elecciones...

¡Huelga general para tirar abajo el golpe militar!

¡Asamblea Constituyente ya!

Publicamos a continuación el editorial del último periódico de nuestros compañeros del PST hondureño. Básicamente, en él se demuestra cómo a pesar del tiempo transcurrido desde el golpe y que el mismo ha sido sacado de los medios masivos de comunicación del continente, la lucha antigolpista no se ha cerrado y la resistencia popular sigue marcando su presencia diariamente en las calles del país. En lo inmediato, los golpistas han convocado a elecciones para el 28 de noviembre a modo de operativo legitimador. En estas condiciones, nuestros compañeros del PST reafirman que el eje de la lucha antigolpista actual pasa por la preparación de la huelga general y la lucha por imponer una Asamblea Constituyente Libre y Soberana que barra con todas las instituciones golpistas.

El rompimiento del orden constitucional burgués dado por el conjunto de la burguesía y sus instituciones por la fuerza de las armas y la represión el 28 de junio, es el resultado de la bancarrota del capitalismo hondureño asentado en: 1) un modelo económico al servicio de las transnacionales y la inversión extranjera (cuya expresión más reciente son los TLC); 2) un modelo político asentado en el bipartidismo (que incluye la existencia de los llamados partidos «enanos» que justifican y legitiman el monopolio del Partido Liberal y Nacional de la vida política del país); y 3) unas instituciones del Estado (desde el Congreso Nacional, la Corte Suprema de Justicia, las Fuerzas Armadas y las iglesias católica y evangélicas) profundamente antidemocráticas y corruptas a la medida de la burguesía hondureña y sus defensores.

A partir de la bancarrota del sistema capitalista hondureño, el Golpe va dirigido contra el pueblo hondureño y en particular contra el movimiento popular organizado. Un movimiento popular que retoma el camino de mayo, es decir el de la huelga de 1954, avanzando en su independencia de clase después de décadas de sometimiento al orden burgués y en particular de seguidismo al Partido Liberal y sus caudillos. Desde la gesta del 26 de agosto del 2003 bajo el gobierno de Ricardo Maduro (Partido Nacional), con el surgimiento de la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular; hasta los Paros Cívicos bajo el gobierno de Manuel Zelaya (Partido Liberal) y el surgimiento de la Candidatura Independiente Popular que impulsa a Carlos H. Reyes a la Presidencia de la República; el movimiento popular ha venido librando una dura batalla no sólo por aspectos reivindicativos, gremiales, económicos y políticos, sino por una política de independencia de clase, de una profunda democracia obrera y popular expresada en la vida interna y pública de la CNRP, que se ha ido extendiendo a nivel nacional en un proceso de centralización y movilización, planteando la perspectiva de la lucha por el poder para la clase obrera y el pueblo explotado como única forma de superar la bancarrota del capitalismo hondureño.

En este contexto de crisis del sistema capitalista y de fortalecimiento de una alternativa de poder popular, la propuesta del presidente Manuel Zelaya de consultar al pueblo sobre la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, asustó a la clase burguesa hondureña que cerró filas, tomó las armas y dio el Golpe.

Las presiones de la OEA y de Obama– Clinton–CIA

Esta dinámica de la lucha de clases y sus perspectivas explican la posición de la comunidad internacional y sus instituciones (todas defensoras del sistema capitalista): repudiar el golpe pero abrir inmediatamente un proceso de negociación cuya cara pública y visible es el plan del presidente de Costa Rica, pero que incluye negociaciones secretas, presiones, chantajes y manipulaciones de todo tipo, utilizando incluso al movimiento de masas para ganar fuerza en la mesa de negociaciones. Los gobiernos, sobre todo imperialistas, quieres restablecer un «orden burgués » que les garantice sus negocios, por eso están contra el golpe que enfrenta la resistencia popular, pero tampoco están por una Constituyente ni por el castigo a los golpistas. Otros gobiernos están por un capitalismo con «rostro humano»: asistencialista, participativo con una mayor distribución de los ingresos pero sin cuestionar, de fondo, la explotación burguesa.

De tal manera que para la comunidad internacional no hay urgencia para resolver el conflicto, y eso ha llevado al reconocimiento y legitimación de hecho y no de derecho del gobierno de facto, más allá de presiones que no van dirigidas para lograr la caída de Micheletti sino para obligarlo a aceptar la negociación. Cortan unas ayudas económicas pero mantienen otras, sin dejar de comerciar (de obtener ganancias) con la venta de sus productos en el país.

La heroica resistencia popular

Asentada en las organizaciones existentes y la incorporación masiva de la población desorganizada, la resistencia se ha extendido nacionalmente abarcando amplios sectores del pueblo hondureño de diferentes características, incorporando diversas formas de movilización y expresión, así como avanzando en aspectos organizativos.

El Frente Nacional de Resistencia al Golpe de Estado, indiscutida organización que unifica el movimiento antigolpista, es la suma de todos los procesos previos de lucha popular organizada, en particular de la CNRP, que se convierte en su columna vertebral, incorporando las centrales obreras y campesinas así como a la totalidad de organizaciones antigolpistas pero que genera el surgimiento de nuevos espacios de organización y lucha como los frentes regionales, juveniles, de artistas y otros, que amplían la organización del pueblo hondureño en una magnitud nunca vista antes.

El heroísmo de la resistencia en Honduras no ha tenido límites, desde la movilización masiva a Toncontín el 5 de julio violentamente reprimida por el ejército, pasando por la movilización a la frontera en El Paraíso el 24 de julio, convertido por los golpistas en un gran campo de concentración al mejor estilo nazi, y la Gran Marcha contra el golpe de principios de agosto salvajemente reprimida en Tegucigalpa y Choloma, muestran la disposición de lucha del pueblo hondureño y su capacidad de enfrentar el terror y la represión. Sin embargo, ese heroísmo ha sido insuficiente.

La dictadura no será derrotada sin huelga general

Para derrotar la dictadura es necesaria una huelga general y la movilizacion nacional. Hay que preparar la huelga, no basta convocarla.

Es necesario hacer asambleas en los centros de trabajo, convocar los Consejos Consultivos, las Asambleas de Representantes y los Congresos de las Federaciones y Centrales para votar la huelga y organizar en cada centro de trabajo los comités de huelga. Las dificultades no deben servir de excusa para no prepararla, deben servir para darse políticas que superen esas dificultades.

Por su parte el Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe debe pasar a organizarse en todos los Departamentos del país y todos los municipios en base a claras reglas democráticas, representativas y de responsabilidad.

Sobre estas bases y con los paros de labores con toma de instalaciones y los bloqueos a lo largo y ancho del país el triunfo está garantizado.

Derrotar el golpe por la vía de la movilización nacional y la huelga general, para restaurar el orden constitucional sin condiciones, castigar a los golpistas y convocar a elecciones de una Asamblea Nacional Constituyente, libre, soberana e independiente.