Socialismo o Barbarie, periódico Nº 159, 10/09/09
 

 

 

 

 

 

Cumbre de la UNASUR

Mucho ruido y pocas nueces

Por Vicente Kalhel

Bariloche, fue el lugar elegido para realizar la Cumbre de Presidentes de Sudamérica, convenientemente, alejada de los centros urbanos y a resguardo de probables movilizaciones populares de repudio a la instalación de bases yanquis en Colombia.

Este Encuentro se llevó a cabo en momentos en que la situación latinoamericana inclina el péndulo hacia la derecha. Al surgimiento de oposiciones políticas desde la derecha en los países con gobiernos “progresistas”, se suma la irrupción del golpe militar de Micheletti contra el presidente Zelaya en Honduras.

El golpe militar hondureño y la instalación de siete bases estadounidenses en territorio colombiano trazan un eje reaccionario, para acentuar la dominación imperialista, frente a los gobiernos “progres” y son una respuesta por derecha al ciclo abierto por las rebeliones populares.

El gobierno colombiano de Álvaro Uribe no es el primero de su tierra que abre los brazos a la estrategia yanqui. Desde 1999 se ha ido convirtiendo en un inmenso portaaviones del Pentágono enclavado en suelo latinoamericano. Detrás del argumento de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo se erige la sombra del verdadero “orden” que intenta poner el imperialismo en territorio continental. Las fuerzas militares desplegadas en suelo colombiano por los Estados Unidos no son simples maniobras de tropas, sino que son una amenaza concreta más allá de las fronteras colombianas. En este sentido las siete nuevas bases militares son parte de una “movida” militarista que ya se había puesto en marcha en 2008 con el resurgimiento de la IV Flota del Comando Sur yanqui que ha vuelto a recorrer las aguas de las costas sudamericanas.

Una capitulación vergonzosa

El centro de las discusiones fue el acuerdo entre Colombia y Estados Unidos para la instalación de las bases militares yanquis en suelo colombiano. Después de siete horas de discusiones, los presidentes reunidos acordaron convocar al Consejo de Defensa de la UNASUR para analizar la estrategia militar yanqui en la región. No obstante, no produjo una resolución concreta de rechazo a la injerencia militar estadounidense en Sudamérica y más precisamente ante la iniciativa militar yanqui en Colombia.

Uribe fue el encargado de defender los intereses que tenían en juego los yanquis en la cumbre de Bariloche. “Tal como se esperaba, Uribe ensayó hoy una férrea defensa de su acuerdo con Washington y se quejó por la ‘falta de cooperación’ de sus pares de la región. ‘La propuesta de los Estados Unidos representa un apoyo práctico y eficaz. Pocas veces hay una cooperación práctica, más allá del plano discursivo’, deslizó”. (La Nación, 28/8/09) La respuesta a los argumentos de Uribe, más de allá de algunos matices y roces, no derivó en una condena y rechazo a la política de Estados Unidos y de su fiel perro guardián colombiano. Chávez y Evo Morales, si bien alertaron sobre las consecuencias políticas de la injerencia yanqui en Sudamérica, propusieron finalmente “conocer mejor” el acuerdo a través del texto completo del documento firmado entre el gobierno de Obama y el colombiano. “Sería necesario tenerlo para salir de algunas dudas y descifrar incógnitas, que bastantes tenemos”. (La Nación, 28/8) El mismo Chávez, que viene denunciando las intenciones militaristas de Estados Unidos y ha llegado a hablar de “vientos de guerra”, fue asaltado en Bariloche por “dudas” e “incógnitas” sobre las intenciones de Obama y propuso que la UNASUR estudie y revise la estrategia militar yanqui.

El colmo de la hipocresía estuvo en boca de Tabaré Vázquez, quien en su discurso rechazó la presencia de bases militares extranjeras. Lo que no dijo el presidente uruguayo es que Estados Unidos ya tiene instalada una base militar en Santa Catalina, a pocos kilómetros de Montevideo, la capital de ese país.

Construir una verdadera alternativa antiimperialista

La reunión de la UNASUR demostró que desde Chávez a Evo Morales, pasando por Correa de Ecuador, Cristina K y Lula, son incapaces de defender en forma efectiva los intereses de los trabajadores y los pueblos sudamericanos amenazados nuevamente por los esbirros de Obama y los imperialistas del Norte. La ofensiva política militarista no puede ser frenada con discursos o la compra de más armamento (otros países también están siguiendo los pasos de Lula en ese sentido) por parte de los gobiernos burgueses, por más “progres” que se precien. En este sentido, la UNASUR es una estructura política burguesa en las alturas de la cual no puede surgir una verdadera y férrea alternativa antiimperialista. Las masas de Sudamérica deben tener claridad de la claudicación de los presidentes “progres” y orientar esta pelea a partir de su movilización, identificando ante todo a los perros guardianes de Obama como Uribe y a los “progres” como Evo, Cristina K, Chávez y compañía, como distintas opciones capitalistas pero en ningún caso representativas de los verdaderos intereses populares.