Socialismo o Barbarie, periódico Nº 157, 13/08/09
 

 

 

 

 

 

CNBA: Presentación de la Agrupación Tinta Roja

¿De dónde venimos?

Somos un grupo de compañeros/as que decidimos conformar una agrupación tras la disolución de la CEBA. La convocatoria original fue la declaración “Ante la ruptura de la CEBA: ¡Defendamos la independencia del Centro!” firmada por 12 militantes y simpatizantes de esa agrupación (esta declaración se puede leer en el sitio tintarojacnba.blogspot.com).

Nos constituimos con el objetivo de mantener el programa por el cual había sido votada como conducción del centro: la defensa de la más plena independencia política frente a las autoridades del colegio y de la UBA, así como frente a las corporaciones capitalistas, los gobiernos, etc. También mantenemos otras definiciones históricas de la agrupación: Nos declaramos concientistas, queremos generar un movimiento estudiantil desde las bases y ganarnos realmente su conciencia mediante la más amplia discusión colectiva y la práctica de la democracia directa. Luchamos por una educación que sea realmente pública, gratuita, masiva, de calidad, que esté en manos de los trabajadores y el pueblo y que sirva a su liberación. Nuestro ámbito más inmediato de acción es el colegio, pero consideramos que hace falta superar sus límites, forjando lazos con los trabajadores y luchando por una transformación social.

Reivindicamos y pretendemos continuar el accionar que tuvo la CEBA durante los primeros cinco meses del año, en los cuales encabezó una vigorosa lucha en defensa del campo de deportes organizando asambleas, movilizaciones al Consejo Superior y a la Legislatura , etc. Durante esos cinco meses, las definiciones fueron clarísimas: ¡ninguna negociación con el campo, ni entero ni por partes! ¡Ninguna apertura de calle, ningún cambio de zonificación!¡La rectora González Gass es delegada del Consejo Superior, y como tal, enemiga de los intereses estudiantiles!. Precisamente por tener la conducción del centro esas definiciones, el movimiento estudiantil pudo arrancar una importante conquista: el pedido de sentencia por parte de la UBA en el juicio con CAPMSA, lo cual impidió que este juicio caduque por extenderse demasiado (ya lleva 10 años). Se frenó además hasta el momento todos los intentos de acuerdo, con lo cual, todo indica que si seguimos movilizándonos, tarde o temprano la Justicia deberá entregarnos los títulos del campo de deportes, poniendo fin a una larga etapa.

¿Por qué luchamos?

La defensa del campo de deportes tiene mucha importancia: por un lado, es la defensa del lugar que usamos con fines educativos y recreativos. Pero tiene una importancia aún mayor, por ser una pelea en defensa de lo que le pertenece a la educación pública, contra aquellos que quieren pasarle por arriba para lucrar: el antidemocrático Consejo Superior, y la corporación capitalista CAPMSA (en la que también participan los gobiernos de la ciudad y nacional, es decir, Macri y Kirchner).

La pelea por el campo de deportes, por lo tanto, es solo un episodio más en una pelea muchísimo mayor: la defensa de la educación pública contra los intereses capitalistas, que la degradan día a día. Por eso tenemos que preguntarnos: la educación pública ¿es realmente pública?

Ante la asfixia presupuestaria y medidas de autofinanciamiento tomadas por los gobiernos capitalistas llegamos a una respuesta a esa pregunta: no, no lo es. En nuestro colegio, por ejemplo, la inscripción es abierta a cualquier persona, pero en definitiva los que entran son los que pueden pagar un instituto. En la educación secundaria en general sólo pueden acceder aquellos que pueden pagar las fotocopias, libros, transporte, comida, etc.

Y todos los gobiernos que pasaron no han hecho más que ajustar el presupuesto educativo y nunca la valorizaron como se debe. En el plano nacional las leyes educativas de los Kirchner son el ejemplo de esto. El presupuesto que tiene la UBA no hace más que demostrar las falencias de este gobierno en este plano. El Consejo Superior se adapta a este presupuesto y nunca encabezó ninguna lucha por su aumento: por el contrario, intenta tapar los baches presupuestarios mediante el “auto-financiamiento”, que consiste en la privatización de los recursos educativos (privatización de los posgrados, a costa del vaciamiento académico de las carreras de grado, convenios de investigación con empresas privadas, etc). Así, es cómplice de la miseria presupuestaria y de lo que esto produce: Miles de docentes ad-honorem, salarios bajísimos para los que sí los cobran, miseria edilicia y lo peor de todo, con estas medidas privatistas se aleja de la educación pública a los que más la necesitan.

Lo que el Consejo Superior refleja es el enorme poder acumulado en la Universidad por un pequeño grupo de profesores, en perjuicio de la enorme mayoría de los estudiantes, de los docentes y de los trabajadores no docentes. El poder de esta minoría antidemocrática se sostiene solamente mediante la represión: nada más ilustrativo que el rector Hallú asumiendo mientras la policía le pegaba palazos y balas de goma a los estudiantes en el Congreso. A su vez, nuestra experiencia nos muestra que cada vez que nos movilizamos al Consejo Superior encontramos vallados policiales que nos impiden presenciar las sesiones (que deberían ser públicas). Y así como el Consejo Superior no hace nada por exigirle al gobierno nacional un aumento presupuestario, nuestra rectora no hace nada por exigirle al Consejo Superior que modifique sus políticas. Al contrario, es ella quien las aplica en nuestro ámbito: para eso la nombraron a dedo en 2007, pasándole por encima a la voluntad de los estudiantes. El mismo rector Hallú que asumió mediante la represión, designó a Virginia González Gass para el Buenos Aires y a Viegas en el Pellegrini, enfrentando la toma de ambos colegios. Para avanzar en la democratización del colegio, tenemos que conseguir que en los consejos los estudiantes no estemos en minoría, que todos los docentes puedan votar, que los graduados no tengan representantes propios, que los representantes no docentes tengan voto, y sobre todo, que el Consejo tenga la atribución de elegir rector.

También hay que recordar que a pesar de depender de la UBA vivimos en la ciudad de Buenos Aires. Y decimos hay que recordar porque dentro del colegio se escucha aún un pensamiento algo “burbujista”. La lucha por la educación es una sola y si no se la da en conjunto está destinada a la derrota. Por eso es nuestra tarea apoyar toda lucha por la educación que se de tanto en la UBA , como en la ciudad y en el país. Cualquier lucha de la educación pública es nuestra lucha.

¿Dónde estamos parados?

Para poder entender mejor las condiciones en las que tenemos que salir a pelear es necesario comprender las condiciones económicas, políticas y sociales. En el mundo se desarrolla una crisis internacional que ya pasó del sector financiero a la economía real sin lugar a dudas. Se ve el cierre de fábricas y empresas de todo tipo, la masificación de las suspensiones y de los despidos, las rebajas de salarios y el aumento de las jornadas laborales.

Mientras tanto en nuestro país existe una muy importante crisis política, que se abrió con la derrota del gobierno K a manos de las reaccionarias patronales del campo (Sociedad Rural y compañía), alrededor del conflicto de las retenciones. Esta derrota se continuó y profundizó recientemente en las elecciones del 28 de junio.

Ninguna de estas variantes (gobierno K u oposición por derecha) puede ser un aliado para el movimiento estudiantil. Ambos quieren evitar que la crisis afecte las ganancias de los empresarios, y por eso quieren descargarla sobre los trabajadores, sobre la educación y salud públicas, etc. Por eso pueden reunirse a “dialogar” y “consensuar” un ajuste brutal, que tendremos que pagar todos nosotros. Nuestro único aliado posible es el movimiento obrero independiente que se está generando en distintos sectores aún de manera aislada (Fate, Pilkington, Papelera Massuh, etc), los movimientos combativos de trabajadores desocupados, y los sectores populares que luchan contra este ajuste en todas sus formas. Esta crisis es del capitalismo: ¡Tienen que pagarla los capitalistas, que la generaron, y no los trabajadores y los sectores populares!

Creemos que es necesario que todos los estudiantes nos movilicemos por estas cuestiones, por eso los llamamos a participar y a sumarse a la agrupación Tinta Roja para pelear por esta perspectiva junto a nosotros.