Socialismo o Barbarie, periódico Nº 157, 13/08/09
 

 

 

 

 

 

América Latina: Por la nacionalización de los diarios, radios y televisoras que alienten los golpes de Estado, y su funcionamiento bajo control democrático obrero y popular

Poner coto a los medios golpistas

El golpe de Estado en Honduras abre un necesario debate sobre la actual etapa política latinoamericana. El “progresismo” iluso del continente se persigna ante la sorpresiva reaparición de los golpes de Estado militares, que creía “desterrados para siempre”. Pero es ya evidente que a este demonio resucitado no se lo puede enfrentar con los exorcismos que rezan en la capilla de la OEA.

Un punto importante de este cuadro es el papel jugado por los autodenominados “medios de comunicación” (prensa, radios y TV). Hoy en América Latina, gran parte de ellos lo único que “comunican” son las mentiras más escandalosas. Y ahora varios están haciendo campañas políticas que promueven abiertamente golpes de Estado, en el propio país o en otros del continente. Respecto al golpe de Honduras, tenemos aquí el ejemplo del diario La Nación, defensor incondicional de Goriletti.

Este rol de ciertos medios burgueses no es nuevo. Basta recordar el papel que jugaron en Venezuela los diarios, radios y canales de TV en el criminal golpe de abril de 2002 contra Chávez. Asimismo, en 1973 en Chile, fue el siniestro diario El Mercurio, con su campaña fascista, quien abrió paso a uno de los más sanguinarios golpes militares de América Latina, el de Pinochet.

Pero aunque no sea nuevo, se ha vuelto más importante el papel de los medios de derecha. Se potencia, entre otros motivos, porque en muchos países del continente hay crisis y fragmentación de los partidos y movimientos tradicionales de la burguesía. Entonces, son los medios los que asumen la tarea de “organizadores políticos” de los movimientos reaccionarios. Esto es lo que viene sucediendo aquí con La Nación y el monopolio Clarín, en relación al movimiento gorila de la Mesa de Enlace, iniciado el año pasado con el lock out agrario.

En Honduras, los principales agitadores y “organizadores políticos” del golpe militar han sido medios como La Prensa de San Pedro Sula y El Heraldo de Tegucigalpa.

En esta situación sostenemos la necesidad de nacionalizar los diarios, radios y televisoras que alienten golpes de Estado, para que funcionen bajo el control democrático de las organizaciones obreras y populares.

En las condiciones normales de la democracia burguesa, apoyamos la más amplia libertad de prensa, incluso para los medios de derecha, aunque claro está que rompiendo su monopolio económico y generando iguales condiciones materiales para todos los medios de expresión y particularmente para los que expresen las posiciones de los explotados y oprimidos. Pero aquí no estamos ante una situación “normal”. Hay medios de derecha que, además, postulan golpes de Estado: o sea, regímenes dictatoriales que repriman a los trabajadores, los estudiantes y sectores populares. La Prensa y El Heraldo en Honduras, La Nación en Argentina, El Universal en Venezuela y otros medios promueven que se asesine y se encarcele a los trabajadores y estudiantes que protestan contra el golpe y la dictadura. Con sus campañas pro golpistas, están llevando las cosas al terreno de la guerra civil; es decir, del fascismo. ¡Hay que combatirlos!

Es en este marco que levantamos la consigna de nacionalizarlos o estatizarlos. Pero, simultáneamente, con la misma fuerza, sostenemos la necesidad de un funcionamiento realmente democrático: que sean una expresión pluralista de las masas trabajadoras y populares, los estudiantes, intelectuales y artistas. Rechazamos que de un monopolio privado pasen a ser el monopolio del gobierno patronal de turno. Que aquí, por ejemplo, se conviertan en voceros de los Kirchner o de quienes los sucedan. En ese sentido, la experiencia de Chávez en Venezuela ha sido desastrosa y le ha dado pasto a los falsos “defensores de la libertad de prensa”.