Socialismo o Barbarie, periódico Nº 157, 13/08/09
 

 

 

 

 

 

La sangre no llega al río, pero...

Crece el germen de malestar general

El famoso diálogo está en terapia intensiva y a nadie le interesa resucitarlo. En realidad, a nadie le importaba “dialogar” (sólo la clase media más imbécil puede creer que los intereses contrapuestos se saldan hablando), sino dejar claros sus reclamos y condiciones en el escenario post derrota oficialista. Al menos, como señalamos desde estas páginas, los actores del “diálogo” se sacaron la careta y exhibieron su verdadero rostro: el de buitres capitalistas. Ahora, dicen, es el tiempo de las “instituciones”. Traducción: el premio mayor de la piñata, las retenciones a la soja, se resolverá en el Parlamento. El griterío de los ricos que se escandalizan por la cantidad de pobres, que veremos más abajo, hoy sólo echa un velo sobre la puja brutal por recursos privados y públicos que se dará en el Congreso.

Paritarias flacas y tarifazos gordos

Por otro lado, ésa es la agenda de los patrones y el gobierno. Los trabajadores y sectores populares tienen otras urgencias. Empezando por la inflación, que sigue su curso, con o sin INDEC “renovado”. Y eso alimenta la bronca frente a las paritarias miserables que está cerrando la burocracia sindical. El acuerdo de la UOM (18% en largas cuotas) cayó muy mal en la base metalúrgica, y el que está por firmarse del SMATA es todavía peor. No hay que engañarse por la relativamente baja cantidad de conflictos: la procesión va por dentro en muchos compañeros que hacen cuentas, no les dan los números y juntan bronca...

La otra gran preocupación son los tarifazos. Si bien no a la mayoría, a muchos les llegaron aumentos imposibles de pagar, y no precisamente porque tengan pileta de natación calefaccionada. Mientras tanto, la oposición brama contra los subsidios... y hace demagogia contra los tarifazos. El gobierno no sabe para dónde disparar: no puede anular a la vez los subsidios y los aumentos. Por supuesto, las explicaciones de De Vido en el sentido de tirarle el fardo a las compañías son risibles: por más que éstas sin duda aprovechen la volada, está claro que el visto bueno para las facturas infernales que están llegando lo dio el gobierno. Pero sin que haya habido grandes movilizaciones en contra, el avispero se alborotó lo suficiente como para obligar a los Kirchner a dar marcha atrás, al menos en forma temporaria.

Así es el ajuste K: se autoriza y esperan a ver qué pasa. Si el ruido político es muy grande, se patea la pelota para adelante y se denuncia que los otros son peores y unos hipócritas (bastante cierto). Las mismas compañías que habían recibido el guiño oficial ahora son señaladas con el dedo por el gobierno. Claro que los empresarios que antes estaban resignados a ese doble juego ahora están más encocorados. Saben que el gobierno los corre con una vaina que adentro no tiene ninguna espada: quedó rota el 28 de junio.

Los ricos se acuerdan de los pobres;

la CGT y la CTA se olvidan de los trabajadores

Hablando de hipocresía: la oposición, la Sociedad Rural y hasta el Papa han descubierto que no hay problema más grande en la Argentina que... la pobreza. ¡Insólito: los mayores fabricantes de pobres se quejan de que los Kirchner no matan el monstruo creado por ellos! En realidad, los índices de pobreza, que bajaron bastante de 2003 a 2006, vienen subiendo por lo menos desde la segunda mitad de 2007. Pero claro, los millonarios De Narváez, Biolcati o Macri recién se desayunan de la pobreza después de que el gobierno fuera derrotado en las elecciones.

Cabe preguntarse qué hay detrás de este súbito ataque de sensibilidad social entre gorilas tan peludos. Puede tratarse simplemente de buscar aquietar las aguas que tendrán que navegar ellos (¿dentro de dos años… o de cuánto?).[i] Pero también puede leerse como echar leña al fuego de la “desestabilización” que denuncian por lo bajo los kirchneristas.

Lo que, ni a los K ni la oposición de derecha se les ocurre plantear, es que uno de los factores centrales en el crecimiento de la pobreza es el deterioro salarial. Interesadamente, los medios de desinformación y los gorilas que lloran como cocodrilos hablan de los marginados, los que viven en la calle, etc. Pero la realidad es que ésos no son pobres, sino indigentes. El verdadero crecimiento de la pobreza no se verifica porque haya más excluidos, sino porque los salarios ya no alcanzan siquiera para cubrir la canasta... de pobreza (ni hablar de la familiar). La nueva pobreza, a diferencia de la de la crisis de 2001-2002, es la pobreza asalariada.

En ese marco, el aumento del salario mínimo a los vergonzosos 1.500 pesos que firmó la CGT (los "progresistas" y "combativos" de la CTA pedían... 1.800) es mejor indicador del origen del crecimiento de la pobreza que todas las caras compungidas del establishment.

Por eso la oposición de derecha y la Iglesia, que hacen demagogia con los pobres, reclaman asignaciones por hijo, canastas de comida, bolsas de remedios… cualquier cosa menos aumento de salarios. ¡Repartir migajas con plata estatal, puede ser; tocarle el bolsillo a los patrones, eso sí que no! Lo escandaloso es que ni los burócratas de la CGT ni los de la CTA proponen nada distinto: esos “representantes de los trabajadores” se olvidan del criterio número uno que define al trabajador, su salario, y disuelve esa condición en la de “jefe de familia”. Estas organizaciones de la clase trabajadora, gracias a los burócratas que las dirigen, se comportan como sociedades de fomento, ONGs o lo que sea, no como sindicatos.

Esta política es precisamente la que caracterizó la marcha del CTA el pasado viernes 7 al Ministerio de Trabajo: se dedicó a hablar de la “asignación universal por hijo” diluyendo totalmente los reclamos de los trabajadores en tanto que tales: el tema de los salarios, de los despidos, de la estatización de toda fábrica que cierre o despida masivamente, etc. Un verdadero bochorno vendido como un supuesto “plan de lucha” y que viene confundiendo a varios “incautos”[1]. Razón de más entonces para se acumulen desconfianza y bronca en las bases obreras.

Proa al FMI de una nave que hace agua

El gobierno sigue emitiendo señales a esta altura inequívocas de su voluntad de volver a los “mercados financieros internacionales”. Están en marcha tanto una oferta a los bonistas que quedaron fuera del canje (holdouts)[ii] como al Club de París. La invitación al FMI de auditar el INDEC, más allá de que se acepte o no, muestra también una intención de acercamiento. De más está decir que Boudou ya ni se acuerda de sus bravatas al momento de asumir, y reitera cada vez que puede que va a tomar medidas en el sentido de recuperar el crédito.

La cuestión de fondo, como hemos señalado reiteradas veces, son las cuentas fiscales en rojo. La recaudación cae con la actividad económica, los ingresos por retenciones son un gran interrogante y para pagar el servicio de deuda el gobierno debe hacer malabares financieros. Las provincias empiezan a tener problemas serios para afrontar no las obras extraordinarias, sino los gastos corrientes (sueldos). Y ya se sabe que el hilo se corta por lo más delgado.

Debe ser por eso que los Defensores del Pueblo del interior alertaron sobre la posibilidad de puebladas. Hoy la causa puede ser el tarifazo. Mañana, la aparición de cuasi monedas estilo los patacones, la demora en el pago de sueldos o cualquier otra cosa. El malestar social no estalla, pero está en germen. Y el detonante puede ser casi de cualquier índole (social, económica o política), un índice de que están en pleno curso los elementos de una crisis general. El gran desafío para la izquierda socialista revolucionaria es aportar para que sean los motivos y la acción de la clase trabajadora los que esta vez, a diferencia de 2001, marquen la tónica política.

Y si bien es cierto que la sangre todavía no llega al río, se equivocan los que creen que no hay heridas abiertas en todo el cuerpo social.


[1] Hasta ahora el PTS venía apoyando las supuestas “medidas de lucha” de la CTA. A la vez, hay una cierta confusión en algunos miembros del cuerpo de delegados del subte que acaban de realizar una combativa marcha por salarios y el reconocimiento de su sindicato al que no asistió un solo dirigente de la CTA… pero sin embargo varios compañeros si marcharon en la cabecera del acto de la CTA del viernes pasado…

[i] Digamos que la discusión en la clase capitalista sobre la conveniencia o no de ir por la cabeza de los Kirchner antes del fin del mandato se ha saldado sólo de manera provisoria. Hoy, las patronales más fuertes nucleadas en la AEA (donde no está la Mesa de Enlace) están convencidas de que lo mejor es no descalabrar el “frente institucional”. Consideran que la fragilidad política, económica y social del país no permite jugar con fuego. A regañadientes, los sectores más abiertamente “destituyentes”, empezando por los campestres, aceptaron que estaban en minoría y abandonaron, por el momento, la ofensiva iniciada en la Exposición Rural. Pero no es una retirada en toda la línea, sino un repliegue táctico. Ya dejaron en claro que se reservan el derecho de volver a las andadas si las condiciones empeoran. Y como no sería raro que eso suceda, tampoco lo sería que en esas circunstancias no estén tan en minoría en el conjunto de la patronal como ahora.

[ii] Son esos mismos fondos buitres a los que Néstor Kirchner se había jactado de no pagarles un peso. Pues bien, como esos muchachos habían logrado cerrar la puerta del financiamiento no institucional (es decir, la banca privada) y los prestamistas institucionales (FMI, BID, BM) tampoco venían muy contentos con los K, al gobierno no le quedaba otra ventanilla que Venezuela. Y ahora que los petrodólares chavistas tampoco abundan, los Kirchner no tienen más remedio que volver con la frente marchita.