Socialismo o Barbarie, periódico Nº 153, 18/06/09
 

 

 

 

 

 

Honduras: elecciones presidenciales en noviembre

Candidatura Independiente Popular cumple con
los requisitos de inscripción

El viernes 5 de junio las organizaciones obreras, campesinas, populares y de izquierda de Honduras que promueven la Candidatura Independiente Popular para la Presidencia de la República para participar en las elecciones generales de noviembre próximo, presentaron al Tribunal Supremo Electoral sesenta mil ciento doce firmas (50% más de lo exigido) respaldando los requisitos para la inscripción de dicha candidatura.

Las fuerzas políticas y sociales en Honduras

El sistema político hondureño es uno de los pocos en América Latina que aún mantiene el bipartidismo asentado en dos partidos burgueses, el Liberal y el Nacional, desde hace casi un siglo. Todas las leyes electorales han preservado su monopolio político y los nuevos partidos burgueses surgidos en la segunda mitad del siglo XX: Partido Innovación y Unidad (Socialdemócrata) y Democracia Cristiana han sido el complemento para mantener inalterable dicho orden, convirtiéndose en comodines al servicio de los dos partidos tradicionales.

Sin embargo, en la actualidad y como producto de la crisis del  modelo de acumulación capitalista hondureño (fin de un siglo de dominación económica y política de las compañías bananeras y entrada en el modelo neoliberal) combinado con la actual crisis del capitalismo mundial, han provocado una profunda crisis en dichos partidos que se ha trasladado a todas las instituciones del estado burgués, provocando enfrentamientos político institucionales entre diferentes grupos de poder burgués.

El Partido Unificación Democrática (izquierda), surgido tras la firma de los tratados de paz de Esquipulas y la derrota del proceso revolucionario centroamericano, luego de avanzar hacia posiciones de izquierda en el proceso electoral del 2005 –al calor de las luchas populares– ha caído en un profundo oportunismo y adaptación al sistema bipartidista que provocó su crisis interna y división, provocando una importante ruptura con la vanguardia del movimiento obrero y popular hondureño.

En este contexto, y desde el interior de la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular, instancia nacional que aglutina a centenares de organizaciones obreras, campesinas, magisteriales, indígenas, populares y partidos de izquierda (en particular el Partido Socialista de los Trabajadores) surgió la propuesta de avanzar de la lucha reivindicativa a la lucha política presentando Candidaturas Independientes para unificar la vanguardia luchadora y la izquierda de cara al proceso electoral del presente año.

La CNRP se ha convertido, desde su fundación  en el año 2003, y al calor de la movilización, la organización y la democracia directa, en la principal organización de masas de Honduras logrando ser la convocante de multitudinarias movilizaciones nacionales (toma de la capital Tegucigalpa el 26 de agosto del 2003 y los paros cívicos nacionales del 2008). Ha logrado avanzar en un programa unitario nacional (los 12 puntos)  con el cual ha unificado incluso a las tres centrales obreras y tres centrales campesinas de Honduras.

Inicialmente la CNRP había divido su apoyo entre la Candidatura Independiente y una posible alianza del PINU con la UD, en vista de la importante presencia de miembros de este último partido en la Coordinadora. Sin embargo, la realidad demostró que la alianza era una ilusión sobre todo por la crisis y división de la UD, provocando que varios de sus miembros más reconocidos lanzaran candidaturas independientes a las Alcaldías y Diputaciones. Por tal razón la CNRP, en sus dos últimos Conversatorios (asambleas nacionales democráticas) acordó respaldar la Candidatura Independiente Popular y llamar al pueblo a apoyarla.

La Candidatura Independiente Popular

La Ley Electoral de Honduras permite la presentación de candidaturas independientes de los partidos legalmente inscritos, pero establece una serie de requisitos, profundamente antidemocráticos, que han impedido hasta el día de hoy poder hacer uso de este derecho electoral. Entre ellos, presentar un 2% de firmas en base a los votos válidos de la última elección general, para respaldar la inscripción de dichas candidaturas. Tomando en cuenta que los pequeños partidos que participan de las elecciones no han logrado una votación del 2% en las candidaturas presidenciales, salta a la vista el enorme obstáculo para conseguir dichas firmas.

Ello llevó a que algunos sectores políticos de izquierda y populares vieran como incorrecto haber lanzado la candidatura porque pronosticaban que no se iban a reunir las 40 mil firmas y que el fracaso iba a conducir a la desmoralización, pronunciándose algunos por lanzar candidaturas a las Diputaciones y Alcaldías y otros señalando que había que esperar cuatro años más.

Sin embargo, la realidad demostró la justeza y oportunidad del lanzamiento lográndose en menos de un mes la cantidad de 60,112 firmas entregadas al Tribunal Supremo Electoral. Quedando unas dos mil firmas sin poder entregarse debido a que llegaron a la capital provenientes de remotos municipios fuera de tiempo.

La sorpresa fue tan grande que varios medios trataron de ignorarla hasta tanto los candidatos se presentaron al TSE acompañados de un nutrido grupo de activistas que al mejor estilo de las luchas populares agitaron consignas y cantaron puño en alto las estrofas de La Internacional.

Ahora el Tribunal Supremo Electoral tiene 30 días para inscribir o rechazar la candidatura. Siendo un organismo controlado por los dos partidos tradicionales que desde hace años se oponen a ampliar el espectro político hondureño rechazando cualquier candidatura independiente; el cumplimiento de los requisitos no garantiza la inscripción de Carlos H. Reyes y sus designados, razón por la cual en los próximos días se definirán las estrategias de movilización y presión popular para obligar al TSE a inscribir la misma.

Consolidar el carácter de clase de la candidatura

Por su origen, por su programa y por sus candidatos, la Candidatura Independiente Popular, tiene un marcado carácter de clase. Carlos H. Reyes, presidente del STIBYS, Bertha Cáceres, dirigente indígena, Lidia Hernández, dirigente magisterial y Carlos Amaya, miembro del PST y de la Conducción Nacional de la CNRP, representan la continuación de las grandes luchas de la Coordinadora y el movimiento popular de Honduras en el terreno electoral.

Apoyada en el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares (STIBYS) que agrupa a los trabajadores de las transnacionales de refrescos en botella y de cervezas, con el aporte político del Partido Socialista de los Trabajadores, y el movimiento indígena combativo de Honduras más la presencia de dirigentes magisteriales, el principal desafío es consolidar de manera absolutamente clara el perfil obrero y popular, independiente de cualquier corriente o dirigente de la burguesía, en particular el presidente de la República Manuel Zelaya Rosales.

También es necesario tomar distancia de las prácticas electorales oportunistas de la UD y los pequeños partidos burgueses, ratificando el carácter obrero popular de su programa, discurso, métodos y campaña electoral.

La experiencia de la Candidatura Independiente Popular en Honduras es única en el continente y en particular en esta etapa de crisis del sistema capitalista mundial y se diferencia de otros procesos políticos de la región por su carácter de clase, su origen y sus candidatos.

Sobre esta base se hace necesario el más amplio llamado a todas las fuerzas que se reivindican de la clase obrera y sectores populares explotados a sumarse activamente en apoyo a la Candidatura Independiente Popular.