Socialismo o Barbarie, periódico Nº 153, 18/06/09
 

 

 

 

 

 

Elecciones del SUTEBA: primeros elementos de un balance

Sacar las enseñanzas dando paso a
una nueva generación

Por Marina Alonso

General Sarmiento

Prepararse para lo que sigue

La elección en General Sarmiento fue bastante ajustada. Los dos mandatos consecutivos de la oposición se ganaron por relativamente pocos votos. Aquí se suman elementos varios; uno no menor es la tradición antiburocrática histórica de la misma. Donde más fuerte es esta tradición, recreada hoy en parte por nuevos compañer@s activistas y nuevas tendencias, es en Malvinas Argentinas donde la diferencia de la Multicolor con la Celeste fue tan abrumadora sino más que en otras oportunidades. Razón de más entonces para tener una política específica para organizar a los delegados, el activismo y la base combativa de esta verdadera zona “liberada” pegando desde allí sobre el conjunto de la seccional.

M.A.

La nueva alianza Celeste por el “orden”, el acatamiento a los “cuerpos orgánicos”, las sumas en negro y la despolitización de la docencia bonaerense ha obtenido un triunfo frente a los sectores antiburocráticos: ha reconquistado las seccionales combativas de General Sarmiento y Lomas de Zamora.

En el marco de una situación de desmovilización y de cierto temor por las consecuencias de la crisis capitalista, sólo la seccional La Plata se ha mantenido (aunque todavía la elección no ha sido reconocida por la burocracia) con la reivindicación de los Sutebas combativos y los plenarios de delegados en lucha. La primera tarea entonces es exigir el reconocimiento inmediato de esta elección.

Un contexto muy diferente al 2003 y 2006

Los Sutebas rebeldes se construyeron alrededor de la experiencia de autoorganización (coordinadoras, autoconvocatorias, etc.) en la huelga del 2001 y tomaron la forma de conquista de seccionales en el 2003. Esto ocurrió en aquellos distritos donde el Argentinazo se combinó con delegados y agrupaciones con tradición de lucha antiburocrática. Las seccionales de la oposición abrieron el camino de las asambleas masivas (de afiliados y no afiliados) y se fueron transformando en seccionales rebeldes que llegaron a cuestionar y/o desbordar en los hechos el “dictat” burocrático de la conducción oficial logrando realizar paros por fuera del encuadramiento de ésta en varias oportunidades[1].

A seis años de estos triunfos la situación es muy distinta. El proceso del Argentinazo fue reabsorbido. Los enormes esfuerzos de amplios sectores de la docencia de estas seccionales no alcanzaron a desarrollarse en toda la provincia. Lo anterior, sumado a la situación de temor frente a las consecuencias de la crisis, y combinada con los acuerdos de Baradel-Scioli para descontar los días de paro, hicieron que este año la situación fuera de descontento pero pasivo. Esa desmovilización ofreció un escenario muy distinto para las elecciones del 2009.

Una nueva Alianza Celeste

Paralelamente, y también como expresión de la reabsorción del “Que se vayan todos”, la conducción oficial armó una nueva alianza que integró a sectores del peronismo (el propio Baradel ha asistido a actos de Scioli), y a corrientes como el Partido Comunista y Barrios de Pie que pasaron de integrar las directivas de la oposición en el 2003 a presentar lista aparte en el 2006 y... hoy integran la lista Celeste provincial. Hicieron esto aportando votos y confusión a una nueva Celeste más alineada con el gobierno K y formada alrededor de liquidar las experiencias antiburocráticas que no sólo cuestionan la conducción de SUTEBA sino a los propios acuerdos de Baradel con el gobierno K.

Una alianza que preparó el terreno “estatutariamente” haciendo votar –de espaldas a la docencia– un nuevo estatuto que les permitió redoblar los mecanismos más antidemocráticos del sindicato: manejo arbitrario del padrón, de los recursos del sindicato, extensión de mandatos, fortalecimiento de la disciplina a la conducción central con el “comité de ética”, etc., etc.

Las corrientes de la Sociedad Rural

El giro del PC y Barrios de Pie (desde la oposición a la integración lisa y llana en la Celeste), no fue el único. La lista Azul y Blanca (integrada por el PCR) rompió con la Celeste (convivió con ella en la dirección de la seccional durante largos años) y giró hacia la defensa de los “populares” reclamos de la Mesa de Enlace y la Sociedad Rural. Hizo esto arrastrando hacia sus posiciones a una corriente que supo tener influencia en el gremio docente: el MST (Alternativa Docente), Izquierda Socialista (Docentes en Marcha) y otras agrupaciones menores que formaron la Lista Lila para las elecciones de CTERA del 2008 introduciendo así un elemento de dramática confusión entre los sectores antiburocráticos e independientes. Todas estas agrupaciones fueron pro-campo a lo largo del conflicto del 2008, dándole así preciosos argumento a los que saltaron la tranquera hacia el oficialismo Celeste pro-K.

Ya en ocasión de esas elecciones (2008), los que formamos la Rosa-Gris-Roja (impulsada –entre otros– por nuestra agrupación “Carlos Fuentealba”), planteamos que la Lila era una política de los aliados de la Celeste para dividir a la oposición.

Lamentablemente lo anterior se ha visto plenamente confirmado hoy. Aunque algunas agrupaciones abandonaron la Lila en estas elecciones (el caso de Docentes en Marcha), la Lila (en manos sobre todo de la Azul y Blanca y el MST) mostró su verdadero carácter al formar una segunda lista “opositora” y dividir el voto contra la conducción burocrática de Baradel. Llegaron incluso a la canallada de votar en blanco en seccionales como General Sarmiento donde no se pudieron presentar, a sabiendas de que esto contribuiría a entregar la seccional a la burocracia y generando un poco más de confusión y gatopardismo!

La Multicolor

En este difícil contexto, fue un acierto completo la formación de la Lista Multicolor. Frente a la campaña de “gestión” (tipo Macri-Michetti) de la Celeste y ante su “volver al sindicato para el afiliado” en contraposición a nuestra práctica de lucha (de asambleas masivas para todos y de resistencia a su “muy democrática” asfixia presupuestaria), la Multicolor levantó un programa de cara a las necesidades de todos los docentes: salario acorde a la canasta familiar y defensa del IPS; defendimos un modelo de sindicato democrático y de lucha basado en las asambleas, cuerpos y plenarios de delegados con mandato para que sea la base docente la que resuelva y no los Secretarios Generales.

Miles de docentes en toda la provincia dimos esta pelea, y muy especialmente en las seccionales combativas donde el activismo se jugó para defenderlas frente al aparato oficial. Se trata de un capital que se hará visible en las próximas batallas que más temprano que tarde se van a desatar, tanto contra el gobierno como contra la misma Celeste.

Sin duda, el desgaste de sostener estos 6 años las seccionales desfinanciadas y con una ofensiva constante de la Central erosionó a un sector de la base. Pero esto siempre es así: las conquistas nunca son un “derecho adquirido” sino que siempre deben ser recreadas y dependen, en última instancia, de los vaivenes de la lucha de clases. Por esto mismo, tampoco esta derrota es “absoluta”: en la lucha se gana y se pierde. Por eso hay que comenzar a preparar desde hoy las próximas luchas.

Sin embargo, a los anteriores elementos “objetivos” se le sumó un importante elemento “subjetivo”: la ya señalada inconsecuencia política de corrientes de la izquierda que van y vienen, que hacen acuerdos oportunistas sin ningún criterio político, las ridículas pretensiones “hegemonistas” de algunas de ellas[2], la dificultad de sostener acuerdos serios desde la conducciones de las recuperadas. Estos son todos elementos de importancia que se sumaron al ya señalado contexto adverso debilitando la pelea por la defensa de las seccionales antiburocráticas.

Paso a una nueva generación

La primera tarea entonces es procesar un balance entre la docencia combativa. Balance que debe partir de la situación del país y del gremio para entender el por qué de la nueva alianza oficialista, y sobre todo el significado de la misma, así como también realizar una profunda crítica a aquellas agrupaciones de la “oposición” que se manejaron con criterios oportunistas y/o de aparato.

Pero estos elementos de balance deben servir para las luchas que están por venir. Dando una mirada más de conjunto, es un hecho que desde hace varios años que no hay una lucha en regla de la docencia provincial (y mismo nacional como lucha unificada) y que cuando esto ocurra seguramente de la misma emergerá una nueva generación de luchadores docentes (que hoy en muchos casos sigue siendo hija del gran Maestrazo del lejano año de 1988). A esa eventual emergencia es a la que hay que “apostarle todas las fichas”.

En estas condiciones, el activismo que encabezó la conquista de las opositoras y resistió este retroceso tiene ahora la enorme responsabilidad de continuar la lucha y formar a las nuevas camadas para ser una alternativa en las próximas luchas a una burocracia Celeste que no por haber recuperado algunas seccionales ha recuperado la confianza de la base del gremio. Esto no es así: amplísimos sectores la siguen odiando, sectores que pesan mucho más a la hora de la lucha que en la votación por urna.

Desde la oposición, tenemos entonces el desafío de sobreponernos a este golpe y mantener el norte de la construcción de un polo alternativo antiburocrático y clasista que le sirva de herramienta a los nuevos docentes y activistas de toda la provincia[3].

Desde la agrupación Carlos Fuentealba, presentamos estos primero elementos de balance como un aporte a la comprensión de lo que pasó y cómo debemos prepararnos para las luchas que vendrán. En General Sarmiento, Mar del Plata, La Plata, San Fernando, Lomas de Zamora, Florencio Varela podés encontrarnos ¡Te invitamos a sumarte a nuestra agrupación antiburocrática y clasista consecuente!


Notas:

[1] En su oportunidad, esta cuestión fue subrayada por varios medios.

[2] Estamos pensando aquí en los casos de Alternativa Docente (cuya ubicación linda la traición) o mismo Docentes en Marcha más allá de reconocer que esta última se ubicó en esta elección en la “trinchera” correcta.

[3] Todo lo que venimos señalando no puede negar que subsistan verdaderas “zonas liberadas”. Por ejemplo, en la seccional General Sarmiento, en Malvinas Argentinas prácticamente se duplicó la votación de la burocracia quedando planteado cómo se organizará allí el activismo.