Socialismo o Barbarie, periódico Nº 148, 03/04/09
 

 

 

 

 

 

Habla Marco Boltes (APS, Paraguay):

“Esperamos el desgaste de Lugo”

Entre la elección y la asunción de Lugo se dan 60 ocupaciones de tierras, gente originaria con sus arcos y flechas, y exigen que se nombre a un indígena presidente del INI (Instituto Nacional del Indígena), que estuvo a cargo de un blanco. El movimiento sindical, la burocracia, pidió un 30% de aumento de salario, la última vez pidieron el 5%. Cuando asume Lugo, reprime violentamente las 60 ocupaciones de tierra con la policía y el ejército. Ni el Partido Colorado ni Stroessner habían usado el ejército para reprimir campesinos. También se reprimió al movimiento indígena y no hubo aumento salarial.

Por su parte, la oposición de derecha hizo planteos de que no hay seguridad, se viene el caos, etc., e hicieron una movilización con sectores de clase media y la burguesía. Los bancos privados, de servicios, los McDonalds; los sojeros sacaron los tractores y cerraron las rutas, pero hicieron una marcha hacia Asunción y sólo juntaron 2.000 personas.

Al asumir, Lugo nombra como ministro de Emergencia Nacional a Camilo Suárez, líder del PMAS; a Luis Torres, dirigente máximo del Movimiento Víctimas de Bolaños, como ministro de la Niñez y la Adolescencia, y a un dirigente campesino de Convergencia Popular Socialista, como presidente del Instituto Nacional de la Reforma Agraria. A la vez, otro nombramiento importante para ver adónde va Lugo es el del ministro más importante, el de Economía, que es mismo ministro de Nicanor Duarte Frutos, Borda, absolutamente neoliberal.

El partido de Lugo no pasó la prueba del poder en seis meses ya está disuelto, el único que existe es el Partido Liberal Radical Auténtico. Lugo administra el aparato del Partido Colorado y no cambia absolutamente nada sin los colorados.

El impacto sobre la izquierda que no entra directamente en el gobierno es muy fuerte. Un dirigente campesino de Convergencia Popular Socialista, Elvio Benítez, muy crítico del gobierno hasta ahora, es de San Pedro, donde se cultiva sésamo. Pues bien, el gobierno acaba de sacar una resolución de que va a subsidiar el sésamo y comprar toda la producción, evidentemente para cerrarle la boca.

En los partidos de izquierda que votaron a Lugo, la mayoría de sus militantes está ocupando algún puesto en el Estado, aunque hay gente que está rompiendo. Una anécdota: hace poco fuimos a un café y había un músico, que en un momento dado dice “un saludo a Marco Boltes, dirigente socialista, etc.”, sube al escenario y plantea: “Yo estoy muy decepcionado de la izquierda, porque tengo una sobrina enferma de cáncer y entonces recurrí a Camilo Suárez. Respuesta: no se dedica a temas personales, y ahí sus guardaespaldas tuvieron la amabilidad de echarme de la presencia del comandante Camilo Suárez”. Hablamos largo y tendido e insistió en que todo era una mierda. Eso va a ir aumentando, pero aún son mayoría los que defienden a Lugo.

En la última reunión de SoB Internacional discutimos llamar a no votar a Lugo. Fue una política correcta, pero se discutió bastante en el grupo y en la vanguardia. Estábamos creciendo, y había que hacer una opción de la corriente, por la salud del grupo, aunque con varios compañeros perdimos esa batalla. Hay que entender como parte de eso las presiones de afuera, de los primeros tiempos del gobierno de Lugo, la confusión política generalizada y las presiones materiales concretas. Muchos ex compañeros ya no ganan salarios de miseria, se quedaron con cargos del poder. Por ejemplo, un compañero mío que era dirigente sindical ganaba unos 230 dólares, y estaba en un sindicato que tenía muchas luchas. Viene el secretario de Relaciones Públicas de Lugo y le ofrece un cargo en Yacyretá. Ahora gana 5.000 dólares. Ese sindicato hace 15 días se descabezó, todos sus compañeros combativos, de izquierda, se fueron, y ahora el sindicato lo dirige gente del Partido Colorado.

Hay cierta desmoralización en la vanguardia. Ahora vamos a ver qué pasa, hay que seguir la evolución de Lugo. A nosotros nos invitan a hablar en debates y otras actividades, siempre que no sea un acto de la supuesta izquierda para apoyar al gobierno, ahí sí no nos invitan. Pero el aislamiento, el drenaje de militantes tentados por los cargos y el dinero del Estado, la confusión general, hacen un panorama complicado. Lo que hacemos por ahora es esperar el inevitable desgaste del gobierno de Lugo y ver cómo reaccionan los sectores populares.