Socialismo o Barbarie, periódico Nº 148, 03/04/09
 

 

 

 

 

 

Amenazan a delegados de Ecocarnes

Fracasó el intento de romper la organización

Por Rodolfo Torres

El paro agrario del 18 al 27 de marzo significó la no comercialización de ganado. Para las corrientes de “izquierda” que apoyan estas medidas reaccionarias deberían saber que esto tiene consecuencias inmediatas para los obreros de la carne. En todos los frigoríficos la actividad se paró por completo una vez vaciados y faenados los animales que estaban en los corrales, los compañeros no trabajaron y perdieron plata, porque de hecho estuvieron suspendidos y cobran por garantía horaria.

Los hechos

El viernes 27 terminaba al paro y la patronal de Ecocarnes organizó para que le entren una gran cantidad de camiones jaulas para faenar el sábado, convocando a todos los obreros para las 7 de la mañana.

Los trabajadores del frigorífico por convenio trabajan 9 horas todos los días y los sábados no trabajan y en todo caso son horas extras voluntarias. Los delegados intentaron infructuosamente llegar a una acuerdo con la empresa sobre cómo y cuánto le iban a pagar las horas extras. La empresa ofreció una suma ridícula de $ 30 y el almuerzo; el viernes a última hora cuando ya todos los compañeros estaban en sus casas. Los trabajadores hicieron cadenas telefónicas y de “mensajitos” y decidieron no ir a trabajar. El sábado a las 6 de la mañana los delegados y un grupo de trabajadores se acercaron al frigorífico para ver el acatamiento de la medida e informar a los compañeros que se hicieron presentes. Sobre un total de 150 trabajadores de la línea de faena sólo 10 llegaron al frigorífico y porque no se habían enterado; al informarles los compañeros de la situación, se retiraban.

Aproximadamente a las 7.30 llegó Omar Solassi, dueño y gerente general del frigorífico con su VW Pasat Gris y al ver a los delegados les tiró el coche encima en una maniobra que si los compañeros no saltan hacia atrás inevitablemente iban a ser arrollados. Inmediatamente bajó la ventanilla del auto y amenazó a viva voz que los iba a hacer mierda, “voy a hacer lo posible y lo imposible para echarlos”, dijo entre otras tantas acusaciones y amenazas.

El fracaso de una política

Desde hace años la empresa tiene inscripto como trabajador del frigorífico a Silvio Etchehún, secretario general de un sindicato fantasma (SIGBA), que tiene sólo inscripción gremial, que es financiado totalmente por las empresas y es totalmente propatronal. Demás está decir que apoyó a las patronales agrarias y es la supuesta voz obrera que apoya al “campo”. La patronal no sólo que apoya a este sindicato sino que tiene una política activa para “sacarse” de encima a los delegados combativos de Ecocarnes que están afiliados al sindicato histórico con personería gremial. La política es fácil: regar con millones de pesos al otro sindicato. Con el comienzo de las clases la obra social del SIGBA repartía útiles, guardapolvos y zapatillas Nike para los hijos de los obreros, la condición no sólo era estar en la obra social, sino afiliarse al sindicato fantasma. Casi mil pares de zapatillas se repartieron con el objetivo de quebrar la organización de base. La prueba de fuego se hizo el 28, cuando la empresa convocó a trabajar y los trabajadores decidieron no ir y acataron a la organización de base y a sus delegados combativos que eligen democráticamente desde hace 6 años. El acatamiento fue total y en condiciones muy difíciles de organizarse. Esto explica la ira del dueño.