Socialismo o Barbarie, periódico Nº 145, 19/02/09
 

 

 

 

 

 

CONLUTAS debe romper con la política superestructural del PSTU

La línea de exigencias a Lula es insuficiente

Es necesario un Encuentro Nacional de Bases para organizar
la lucha contra los despidos y la reducción de salarios

Por Antonio Carlos Soler
De Práxis, corriente marxista revolucionaria, febrero 2009

San Pablo.- Las centrales sindicales oficialistas y sus burócratas, además de dejar pasar los despidos, en varias fábricas están haciendo acuerdos de reducción de salarios.

Por su parte Conlutas –de la que somos parte y revindicamos– ha sido incapaz de organizar la lucha, incluso en las ramas y sindicatos que supuestamente dirige, como los metalúrgicos de São José dos Campos. Frente a 800 despidos, se limitó a organizar un acto al que sólo fueron 3.000 compañeros, cuando sólo en la GM (General Motors) hay 5.000 obreros.

Para enfrentar la crisis hacen falta algo más que palabras bonitas. Hay que poner en pie una alternativa totalmente independiente de Lula y la burocracia. No podemos dejar pasar estos primeros ataques sin respuestas.

En ese sentido, la última reunión de Conlutas (realizada en Bélem durante el FSM) fue un error total. Votó como únicas actividades en el 2009 hacer dos actos –uno en Río y otro en San Pablo– y un “encuentro” a fines del 2009. Un “encuentro” que, en la medida que dependa de las disposiciones del PSTU, va a ser otra vez un “parlamento” que sólo charla y no organiza lucha alguna.

Es preciso romper con esa lógica de hablar mucho y no hacer nada. Debemos organizar inmediatamente una amplia campaña nacional contra los despidos y las reducciones de salario.

Esta campaña de debe comenzar por apoyar a los que ya están luchando, al mismo tiempo que convoque a un Encuentro Nacional de Bases con delegados electos, que organice un plan de lucha para dar respuesta a los ataques de la patronal y Lula.

Conlutas: la política de exigencias a Lula es insuficiente

La patronal y la burocracia vienen haciendo una fuerte presión sobre la base del Sindicato de Metalúrgicos de São José dos Campos, dirigido por el PSTU, para que acepten despidos y rebajas salariales. Frente a esto se plantean dos cuestiones: una táctica, y otra política e ideológica.

1) ¿Por qué ante el despido de 800 trabajadores de GM no fue encaminada una propuesta de huelga de la fábrica y movilización conjunta de todo el gremio?; 2) ¿Por qué en un gremio dirigido por Conlutas y el PSTU, los trabajadores tienden a aceptar propuestas de rendición, antes que luchar?

Esto nos lleva a la historia reciente. Después de la movilización de mayo y junio de 2008 contra el paquete que quería meter la GM, fue finalmente impuesta la contratación de temporarios. Desde entonces, hay un debate en el movimiento acerca de la política de Conlutas-PSTU de haber mantenido esa lucha completamente aislada, en los marcos locales y corporativos, y de la derrota que significó aceptar los temporarios. Pero la dirección de Conlutas y del PSTU jamás ha hecho un balance de esta derrota.

Traemos a cuenta este hecho, porque sobre la conciencia y acción de los compañeros pesa esta reciente experiencia y, más en general, que la política del sector mayoritario de Conlutas, no arma a los trabajadores para el nivel de enfrentamiento que exige la presente situación.

Es una política superestructural y corporativista que hoy no sirve. Conlutas, dirigido por el PSTU, no logra construir políticas que puedan hacer frente, en serio, a los despidos masivos, incluso en los gremios que ellos dirigen.

Un ejemplo de esta falla política es cómo el PSTU ha orquestado la táctica de exigencias a Lula. Conlutas envió una carta al Presidente que podría ser correcta como táctica, teniendo en cuenta la popularidad e ilusiones que Lula aún conserva entre los trabajadores.

Pero el PSTU, al no organizar en los propios sectores que dirige, la resistencia concreta a los despidos, transforma esa táctica secundaria de exigir a Lula, en prácticamente lo único que hace: en una estrategia.

Además de eso, propone un plan de acción con las demás centrales para febrero o marzo. Este llamado por arriba tiene poco asidero, porque los burócratas de las centrales se han puesto al servicio de las patronales y el gobierno en esta crisis. Conlutas, en vez de llamar a las bases a discutir la crisis y un plan concreto de luchas se limita a esos llamados abstractos.

La política del PSTU al frente de Conlutas y los sindicatos que dirige se ha demostrado desastrosa para los trabajadores. Ahora, esta estrategia sindical moldeada en el corporativismo y la superestruturalización es incapaz de llevar a los trabajadores a un movimiento de resistencia real.

Es necesario un plan de lucha nacional en defensa del empleo, votado por un Encuentro Nacional de Bases

Lamentablemente, hasta ahora Conlutas se la limitado a organizar “Encuentros parlamentarios”, que de poco han servido para organizar de verdad la lucha de los trabajadores y la juventud. El CONAT y el ENAT [anteriores reuniones llamadas por Conlutas] fueron ejemplos de oportunidades perdidas. A pesar de la disposición de un importante sector de la vanguardia que viajó días y días atravesando el país para llegar a esos encuentros, volvimos a casa sin una orientación clara para organizar la lucha. Y las pocas cosas votadas, fueron letra muerta.

En su corta existencia, Conlutas ha sido incapaz de organizar la lucha ni siquiera en los gremios que dirige.

¡Es preciso romper la lógica que el PSTU le ha impuesto! ¡Basta de encuentros parlamentarios!

Retomemos los métodos tradicionales de la clase trabajadora: se discute para actuar. En ese sentido, es urgente organizar asambleas por lugar de trabajo, que discutan las demandas y necesidades de lucha para la defensa del empleo, del salario y de todos nuestros derechos.